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Los niños disfrutan de la pista de hielo al poco se ser inaugurada.

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Los niños disfrutan de la pista de hielo al poco se ser inaugurada. Marta Moras

La Navidad continúa en Palencia con la pista de hielo sintético

Doscientos metros cuadrados de plástico encerado para disfrutar en familia a los pies de la Catedral hasta el domingo

Martes, 2 de enero 2024, 13:15

Sin ningún tipo de coste energético. Así es la pista de patinaje sobre hielo que se ha inaugurado este martes y permanecerá abierta hasta el domingo 7, justo al lado de la Catedral de Palencia, en la plaza de la Inmaculada de la capital, y que cosiste en unas planchas de plástico blanco enceradas para deslizarse como si se tratase de hielo de verdad. Sin generadores alrededor y sin el frío y la humedad de ocasiones anteriores, desde las 11 horas comenzó a gozar de afluencia, sobre todo de pequeños, que agarrados a los laterales la recorrían con emoción y una sonrisa.

Esta actividad tan asociada a la Navidad la habían demandado los niños palentinos en el Pleno Infantil del 20 de noviembre, Día Mundial de la Infancia, que dio voz a una treintena de menores en el Ayuntamiento. «Creíamos que había que cumplir este deseo en estas fiestas que son muy familiares», señaló el concejal de Fiestas, Fran Fernández. «Este es el paso siguiente de la Navidad, para la semana que nos queda. Está pensada para disfrutar todos juntos, no solo los niños sino también con sus padres y creo que es otro de los momentos especiales de estos días», añadió.

Esta atracción, que contó con patinadores desde que abrió, es una de las principales novedades dentro de la programación navideña del Ayuntamiento de Palencia, recordó la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, ya que desde el año 2018 no se instalaba en la capital palentina. En aquella ocasión, y en todas las anteriores, la ubicación había sido el parque del Salón y sí que era hielo con su consecuente gasto energético. «Es una pista ecológica, esto era fundamental porque para el equipo de Gobierno es muy importante la sostenibilidad. Actualmente hay muchas pistas ecológicas, donde el consumo eléctrico es cero, pero el ambiente que generan es igual y es sostenible, que es muy importante», resaltó Fran Fernández.

Una amplia carpa blanca protege del frío y también de la lluvia esta pista de 10 por 20 metros de hielo sintético para diversión de pequeños y mayores con horario de 11 a 14 horas y de 17 a 20 horas y con un precio de 2 euros para patinar durante un periodo de veinte minutos. Además, costa en su interior de moqueta artificial para facilitar los desplazamientos y para comodidad de los usuarios.

Y no solo hay doscientos pares de patines en la recepción para todos los que quieran deslizarse y probar, sino que también goza de cuatro deslizadores de apoyo infantil, tres focas azules y un oso polar blanco, para quien necesite un poco de ayuda sobre la resbaladiza pista.

«He venido a primera hora para probarla», reconocía Ángel García, de doce años, mientras patinaba agarrado al lateral. No era la primera vez que patinaba sobre hielo, ya lo había hecho hace años en la pista que instalaron en el parque del Salón y, además, le gustan mucho los patines en línea. «Me gusta mucho patinar sobre hielo», añadía mientras se soltaba y se iba despacio y con cuidado hacia el medio de la pista.

Su prima Leire Robles también disfrutaba de la pista de patinaje sin soltarse. «Me encanta aunque ya me he caído, pero no me he hecho daño», reconocía la pequeña de siete años, que también practica patinaje en línea, con una sonrisa y sin dejar de moverse sobre el hielo sintético. Su abuela les observaba desde el otro lado de las planchas de plástico y reconocía que habían venido el martes por si llovía el resto de días o hacía más frío, aunque afirmaba que seguro que volverían porque «patinar les gusta mucho». Eso sí, Ángel García, conocedor de una pista de hielo tradicional, señalaba que la instalada a los pies de la seo de San Antolín resbalaba aún más que una de hielo.

400 bolsas de cotillón

La celebración de la Navidad en familia ha sido uno de los objetivos del equipo de Gobierno, ya que esta pista es una actividad para padres e hijos que da continuidad a otro tipo de celebraciones como fue el último día del año la novedosa Nochevieja infantil, donde se repartieron 400 bolsas de cotillón. «Yo creo que ha sido una fiesta de todos con los niños y las niñas que han disfrutado mucho», resumía el edil de Fiestas.

La Plaza Mayor se quedó pequeña el último día del año para acoger a todos los que querían disfrutar de unas campanadas tempranas. Tanto fue así, que el bullicio impidió que se oyeran las campanadas del reloj del Ayuntamiento y hubo que improvisar. Fue el director de la Escuela de Rock quien cantó las campanadas, mientras que uno de los alumnos las iba marcando con la baqueta en uno de los platos de la batería.

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