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Representantes del comité de empresa de la empresa armamentística Nammo, concesionaria de las instalaciones de la Fábrica de Armas, entregaron ayer en la Subdelegación del Gobierno una carta para que se dé traslado de ella a Madrid y en la que se insiste en pedir ... al Ejecutivo central que prime la industria española sobre empresas extranjeras y asigne a Palencia un contrato de munición por 42 millones de euros. Ello, basándose en el artículo 346 del tratado de la Unión Europea, por el que, ante situaciones de crisis como la generada por la pandemia, los gobiernos tienen derecho a adjudicar directamente los contratos a empresas nacionales siempre y cuando se garantice la producción, sin necesidad de sacar el contrato a concurso.
«Hemos estado reunidos con representantes políticos de Palencia y en contacto con militares de Madrid, todos nos dan buenas palabras y nos dicen que tenemos toda la razón y que luchemos por ello, pero nadie hace nada. No pedimos ayudas, sino que se haga en España lo mismo que se está haciendo en otros países, que se están agarrando al artículo 346. Nos dicen que países como Brasil o Sudáfrica lo hacen más barato, pero no nos podemos ponernos a competir con ellos porque la mano de obra es más barata allí que aquí». Entiendo que ellos se vayan a ahorrar 1.700.000 euros, pero si dejan el trabajo aquí, parte de ese dinero lo devolvemos a las arcas del Estado a través del IRPF, del Impuesto de Sociedades... Si nos asignan ese contrato, tenemos que contratar además a treinta personas, estamos hablando de casi cuatro millones de euros lo que devolveríamos al Estado», afirmaba ayer el presidente del comité de empresa de Nammo, David Revilla, que incidía en cómo en esa carta se brinda al Gobierno la opción incluso de que sea él el que fije un precio a Nammo.
«Llegamos hasta tal punto que les decimos que nos hagan una auditoría, que vean lo que cuesta la mano de obra y la materia prima y nos pongan ellos el precio, porque si lo hacemos al precio que lo están ofreciendo estos países, perdemos mucho dinero. A 40 o 50 céntimos menos el cartucho, perderíamos 4 millones de euros a final de pedido», agregaba David Revilla, que recalcaba cómo «todos los países están dejando el trabajo de munición dentro del país, menos España, que lo ha adjudicado a empresas extranjeras. Se refería a los últimos cuatro contratos marco existentes destinados a la fabricación de munición de distintos calibres, de cuatro años de duración, dos de los cuales han sido asignados a otros países (el 40 milímetros a Brasil y Sudáfrica y el 12,7, a Suiza), una parte de un tercero (del 7,62) a Palencia y el resto, a Sudáfrica, y ese cuarto contrato (del calibre 5,56) del que se está a la espera su adjudicación el próximo lunes, día 22, por importe de 42 millones de euros. «Hablamos de una cartera de contratos de 66,7 millones de euros, de los cuales solo 8,4 millones quedarían en la Fábrica de Armas de Palencia», apuntaba el presidente del comité de empresa de la antiguas Fábrica de Armas, que emplea a 201 trabajadores y que es la única de España que puede fabricar esta munición.
Para el Ministerio de Defensa solo facturamos un 10% al año, el 90% lo hacemos para empresas extranjeras», concluía David Revilla.
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