Palencia
La mutación de hospicio en megaproyecto culturalPalencia
La mutación de hospicio en megaproyecto culturalJose Rojo
Domingo, 16 de abril 2023, 00:23
Este año se cumple el 70º aniversario de la inauguración del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de Palencia –la primera piedra se colocó en 1949–, que tuvo lugar el 15 de mayo de 1953 y que fue celebrada a bombo y platillo el 26 de ... junio en un acto presidido por el entonces jefe del Estado, Francisco Franco, al que acompañaron su mujer Carmen Polo y el ministro de Obras Públicas, al tratarse del primero de los nuevos centros en construcción de esta índole que se abría en España. Coincidiendo con esta efeméride, se ha presentado un proyecto cultural para recuperar este complejo educativo que se vio abocado al abandono absoluto tras el cierre de sus puertas en 1982.
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No es la primera vez que este colegio ubicado en el Camino de la Miranda se postula como candidato a una reconversión. La anterior a esta última es reciente –noviembre de 2022– y fue capitaneada por el Ayuntamiento de Palencia y la Diputación Provincial, instituciones que propusieron esta infraestructura como sede de la futura Agencia Espacial Española, una medalla que se colgó finalmente Sevilla.
En el caso actual, el destino de este orfanato femenino, que en sus años dorados llegó a acoger a 500 residentes, es su mutación en Museo de Arte Contemporáneo.
«Es el momento de concentrar el legado artístico de Palencia en un solo lugar con una doble finalidad: salvaguardar en las debidas condiciones todo este material artístico y legarlo así a las generaciones venideras y poder construir de forma global una o varias lecturas de la historia del acontecer artístico en Palencia durante el siglo XX y principios del XXI, y que solo es posible comprender y 'leer' en toda su amplitud disponiendo toda esta obra de forma conjunta. Y que dará ocasión también a los investigadores e historiadores del arte a trabajar y elaborar sus libros y catálogos que alumbrarán intelectualmente la cultura artística palentina», argumentan sus ideólogos, el arquitecto Luis Muñoz, el escultor Luis Alonso y el poeta Julián Alonso, que han recibido el respaldo de cerca de 150 amantes del arte vinculados al territorio.
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«A raíz del fallecimiento de Félix de la Vega, Ángel Cuesta y Fernando Zamora, los que acudimos asiduamente a exposiciones hemos comentado en varias ocasiones sobre el destino y la salvaguarda de la obra de los artistas que nos van dejando, que al final se diluye y va desapareciendo, ya que las instituciones locales no se interesan en su custodia. Y muchos de los artistas en vida no saben dónde almacenar sus creaciones. Francamente, es una pena que no seamos capaces de retener y disponer de ese patrimonio para generaciones futuras», relata Luis Muñoz.
La piedra nuclear de esta iniciativa es la creación de un Museo de Arte Contemporáneo apuntalado para empoderar la cultura, el arte y la literatura firmada por autores palentinos. Pero su ambición va mucho más allá, ya que proyecta una serie de dotaciones y servicios encaminados a dinamizar la vida cultural y social de la ciudad: centro de estudio y documentación, biblioteca especializada, residencia temporal para artistas, salas de exposiciones, salón de actos, talleres artísticos, módulos de ensayo para músicos, laboratorio fotográfico y de videoarte, sede de instituciones culturales y científicas, seminarios, cafetería y restaurante y jardín botánico sembrado de esculturas.
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«Habría que contar no solo con la obra de los artistas, sino también con el legado de los fondos de investigación de los propios artistas, como es el caso de Ángel Cuesta, compuesto por cientos de libros y documentos, numerosísimos negativos fotográficos de casi todos los pueblos de la provincia y rincones palentinos que ya no existen y una serie de pinturas y dibujos que sobrepasan seguramente los dos millares», señala. Y resalta también la importancia de contar con la residencia temporal para artistas y estudiantes durante las temporadas de los cursos que se impartirían, «con lo que se rescataría parte del antiguo uso que tuvo este edificio de residencia de huérfanas ferroviarias». Y añade: «Las residencias contribuyen a la mejora de la cohesión social, generan entornos de conocimiento y confianza, refuerzan el sentimiento de pertenencia y el compromiso de la comunidad, favoreciendo el diálogo intercultural, la regeneración urbana y la promoción de su territorio como un lugar creativo, dinámico y comprometido con la cultura».
Este arquitecto palentino no pone freno a la hora de aportar ideas brillantes susceptibles de ser consideradas por parte de las administraciones locales, como el trazado de un parque-paseo del arte diseminado con obras de los artistas residentes que conectaría el futuro museo con el Cristo del Otero. «Referencias de este tipo de instalaciones las podemos encontrar hasta en un pequeño pueblo de Ávila, Muñogalindo, donde hay un 'bosquecillo' con pinturas de Ibarrola, y también en Ávila, en Hoyocasero, la exposición de obras de land-art, el 'Cementerio de Arte' de Morille (Salamanca), el parque de esculturas de la zona del faro de Candás y, sobre todo, el 'Parque de Feliciano' en Navalcarnero, un parque extraordinario hecho solo para albergar las esculturas y un estupendo edificio de Feliciano Hernández», apostilla.
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Otra de sus interesantes propuestas es apostar por una oferta gastronómica de primer orden con la apertura de un restaurante en el antiguo pabellón deportivo, «resuelto, por cierto, con una interesantísima apuesta estructural de hormigón visto, y así recuperar y volver a poner en valor la tradicional cocina palentina de las verduras de las huertas de nuestra riberas», señala. Antes de alcanzar tal dimensión sugiere crear un bar-restaurante que, además de atender a los visitantes y utilizar el jardín como terraza, diera cobertura a alumnos y profesores del cercano instituto Camino de la Miranda y de la residencia de los Barnabitas, así como a los vecinos de los barrios aledaños.
Tampoco se olvida de la dimensión educativa del proyecto, que contempla la programación de talleres y recursos didácticos especialmente dirigidos a niños y jóvenes y que, incluso, puedan desarrollarse en familia. «El planteamiento es crear un espacio de diálogo donde poder integrar pensamientos, sentimientos, percepciones, intereses y vivencias y explorar las herramientas artísticas capaces de dar forma a la expresión personal», apostilla.
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El Colegio de Huérfanos de Ferroviarios dispone de 12.000 metros cuadrados construidos y de una parcela de alrededor de 50.000, un espacio idóneo donde desarrollar este proyecto, que además de recuperar este decadente edificio, modelaría en la zona, junto al Cristo del Otero –tótem de la capital palentina– y al futuro Palacio de Congresos y Exposiciones, un triángulo cultural inédito en la ciudad.
En opinión de Luis Muñoz, el Museo de Arte Contemporáneo podría arrancar en una primera fase con la reparación de las instalaciones de que disponía el inmueble antes de su abandono institucional. Unas obras de rehabilitación que costarían cerca de cuatro millones de euros, aunque calcula que el presupuesto final del proyecto podría rondar los 12 millones, «un montante que podría alcanzarse con aportaciones de todas las administraciones públicas y recurriendo a fondos europeos en distintas anualidades», apunta.
Este arquitecto recuerda que este hospicio se erigió sobre unos terrenos municipales cedidos en 1945 y que, tras su cierre, fue causa de una disputa judicial que se mantuvo durante más de veinte años entre el Ayuntamiento y la Asociación del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios por determinar la titularidad del mismo, que finalmente le fue revertida en 2011 al Consistorio. «Desde la clausura del colegio hasta la sentencia judicial, el edificio apenas había sufrido desperfectos porque en el entorno se mantuvo una vigilancia policial y unos cuidados mínimos, pero cuando la propiedad se devolvió al Ayuntamiento, sus responsables desatendieron el edificio y lo dejaron en el olvido, siendo víctima de un deterioro progresivo y de constantes saqueos. Si se hubiera mantenido en el tiempo, podríamos abrir el museo en unos meses», comenta.
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