El museo del románico de Aguilar se abre a las pinturas murales de las ermitas de la comarca

En el interior de San Juan de Matamorisca, descubrieron pinturas murales tardogóticas, que aunque fueron eliminadas tras una limpieza de muros, afortunadamente todavía se preservan algunas de ellas, entre las que destaca la escena de la Crucifixión con San Juan y la Virgen, pero sobre todo la escena del Juicio Final. Están atribuidas al denominado Maestro de San Felices, en realidad un taller pictórico que trabaja en los albores del siglo XV y que trabaja en muchos más edificios de la zona.

En San Pelayo de Perazancas, una lápida conservada en la ermita señala el 1076 como año de la construcción del templo, misma fecha que su ábside que lo convierte en uno de los restos románicos más antiguos de la provincia. La puerta de acceso muestra capiteles que se creen mozárabes. Los frescos albergan una cierta influencia de la pintura románica francesa y son los que cuentan con más variedad de colores.

Se reparten en tres registros que se corresponden simbólicamente con la distribución del universo religioso. En la parte superior, se dispone el mundo celestial representado con la aparición de Cristo rodeado de los símbolos de los evangelistas, no conservados, y franqueado por varios ángeles que forman parte de su corte celestial. En la zona central, el apostolado. Las figuras visten túnica blanca, manto rojo y conversan en parejas, algunos portan una leyenda con su nombre. En la jamba derecha del arco triunfal, aparece un clérigo, tal vez San Isidoro, que porta un libro y un báculo. Sobre la ventana abierta en el costado sur destaca un bello dragón alado.

La ermita de Santa Eulalia de Barrio de Santa María presenta una sencilla y equilibrada planta (una nave rectangular y una cabecera con ábside semicircular y presbiterio recto). La iglesia, con su unión de arquitectura, escultura y pintura, se convierte en uno de los mejores ejemplos de las iglesias románicas populares palentinas.

Lo más destacado del interior es su conjunto pictórico gótico, pero con mucha influencia románica que decora la cabecera y parte del muro sur de la nave. El ábside muestra a Cristo en Majestad (Maiestas Domini) rodeado por los símbolos de los Evangelistas (Tetramorfos). La cronología del templo ronda los últimos años del siglo XII o principios del XIII. Mientras que las pinturas seguramente sean algo más tardías, avanzado el siglo XIII. . A pesar de su carácter popular, el pintor destaca por su técnica plana y lineal además de una fuerte capacidad creativa.    

Esta no es la única nueva propuesta del Rom. Mañana por la tarde, el recorrido 'Conociendo a los maestros románicos' explicará el trabajo de los canteros que trabajaron en Rebolledo de la Torre, Cillamayor y Revilla de Santullán. Y como cada fin de semana, continúan las rutas por el Aguilar medieval y las visitas teatralizadas al monasterio de Santa María la Real, que cuenta estos días además con la exposición Románico Ilustrado