
Luisa Martín, actriz
«En el mundo de la interpretación hay que resetear los personajes»Secciones
Servicios
Destacamos
Luisa Martín, actriz
«En el mundo de la interpretación hay que resetear los personajes»Cuando era una niña, a Luisa Martín (Madrid, 1960) su padre le escribió una tierna e intuitiva dedicatoria en el reverso de una foto fechada ... el 12 de abril de 1964 en la que ella posaba sola y que aún conserva: «Mi cómica hija María Luisa a los cuatro años. Tienes madera de actriz, pero ¿será eso bueno para ti?». Y ante esa pregunta, la respuesta afirmativa ha sido exponencial, ya que lleva más de cuarenta años en la profesión tocando los tres medios (teatro, cine y televisión) y triunfando allá donde pisa. La intérprete, orgullosa de sus raíces castellanas –toda su familia procede de Ávila–, aterriza de nuevo en el Teatro Principal de Palencia para disputar un duelo interpretativo con Olivia Molina en 'Malditos tacones', un texto que firma Ignacio Amestoy, Premio Nacional de Literatura Dramática, que adapta y dirige la Magüi Mira y que ambas intérpretes escenificarán este jueves a las 20:30 horas.
–El jueves se sube a las tablas del Principal de Palencia, junto a Olivia Molina, con 'Malditos tacones'.
–Me hace una ilusión loca volver a Palencia. Tiene un teatro maravilloso, precioso y pequeñito, donde he actuado varias veces. Lo conozco muy bien y, en una ocasión, me tocó representar una obra estando afónica y siempre digo que es el único teatro donde puedes actuar con afonía porque su acústica y sus dimensiones permiten que te escuche hasta la última fila, incluso en ese estado. Además, me encanta actuar en Castilla porque toda mi familia es de Ávila. Yo soy una castellana de pro y estoy orgullosa de su carácter seco y de que tengan la lealtad por bandera.
–¿Ya había trabajado anteriormente con Olivia Molina?
–Sí, coincidí con ella en la segunda temporada de la serie 'Bajo sospecha', pero subirte al escenario todos los días es otra historia. Y mi experiencia con ella en el teatro ha sido fantástica, nos llevamos muy bien y estamos todo el día juntas. Las dos tenemos buenos caracteres y no surgen conflictos. De todas formas, yo siempre me he llevado muy bien con mis compañeros.
Noticia relacionada
–Un texto crudo que firma Amestoy y que aborda la violencia de género y las relaciones conflictivas, entre otros temas.
–Este texto aborda muchos temas: el abuso, el maltrato, el uso del poder… Somos dos mujeres muy fuertes y triunfadoras en nuestras respectivas profesiones. Es una especie de lucha de poder entre las dos, en la que se empiezan a descargar mochilas acumuladas en sus vidas.
–¿Los tacones son el hilo conductor de la temática?
–No, lo cierto es que se hacen muy pocas referencias a los tacones. Se ven, son evidentes y se convierten en el símbolo de esa penitencia que hemos tenido que llevar las mujeres para demostrar fuerza, poder y posición, además de ir bien arreglada. Afortunadamente, cada vez menos actrices se ponen tacones en las alfombras rojas.
–En esta obra vuelve a estar a las órdenes de la directora escénica Magüi Mira, como ocurrió en 2023 con 'Salomé'.
–De hecho, 'Malditos tacones' surgió de una conversación entre Magüi y yo cuando estrenamos 'Salomé' en el Teatro de Mérida. Ambas nos llevamos muy bien, ella me conoce muy bien como actriz y yo a ella como directora.
–¿Qué subrayaría de su método en la dirección?
–Magüi siempre busca la verdad y la estética y en esa belleza y armonía busca también la fuerza.
–En este montaje se habla de decir la verdad. Como persona, ¿Luisa Martín es partidaria de decir la verdad siempre, aunque duela?
–Soy partidaria de ser sincera, pero, sobre todo, leal. Cuando hay que decir la verdad, se dice, pero no siempre hay que decirla porque hace mucho daño. La verdad está sobrevalorada, porque muchas veces la gente la utiliza para descargarse una mochila y cargártela a ti. Por ejemplo, en casos de infidelidad, si un día me pones los cuernos y no pasa de ahí, quédate tú con esa experiencia y con tu mala conciencia, pero no me la pases a mí porque voy a estar dudando de ti toda la vida.
–Usted tiene un gran bagaje en los escenarios. ¿La televisión ha eclipsado su amplia trayectoria teatral?
–No. Lo que ocurre es que con un capítulo de una serie te ven más espectadores que en tres años de teatro. Cuando haces teatro, necesitas hacer muchas funciones para que el público vea tu trabajo sobre las tablas, pero eso no tiene que desmerecer al trabajo que haces en televisión ni la popularidad que te dan las series debe desmerecer a lo que haces sobre el escenario. Son medios muy diferentes entre sí, pero apasionantes todos, incluido el cine. Lo más interesante de nuestra profesión no es hacer cine, televisión o teatro, sino interpretar. Yo lo que exijo como actriz es que el personaje que me ofrezcan sea totalmente diferente al anterior. En el mundo de la interpretación hay que resetear los personajes.
–Resulta curioso que, siendo niña, su padre ya intuyera sus dotes como actriz.
–Mi padre era un hombre muy intuitivo y muy sensible al que le encantaba el teatro y yo era muy teatrera, aunque yo no lo recuerdo. Pero mi hermana mayor, la única que me queda de nuestra familia porque mis padres fallecieron hace tiempo, me comenta que de pequeña me envolvía en sábanas y hacía como tragedias griegas, que les entretenía y que contaba historias.
–Ha cumplido 65 años, de los que más de 40 ha dedicado a la profesión. ¿Piensa en la jubilación?
–Estoy muy contenta de haber llegado a los 65 con una vitalidad, un físico y unas ganas increíbles de hacer cosas. El mérito está en cumplir años. Y, en absoluto, pienso en la jubilación. Cuando era más joven me embarcaba al mismo tiempo en dos series y una función de teatro; ahora cuido mucho lo que hago y me cuido mucho a mí misma porque quiero llegar muy lejos con mi edad y hacer proyectos interesantes.
–¿Qué momentos divertidos recuerda de su trayectoria?
–Tengo millones de anécdotas divertidas en el teatro y en la televisión. Mi vida profesional ha sido una fiesta. En 'Médico de familia' yo cocinaba de verdad y los platos que preparaba nos los comíamos cuando se apagaban las luces del plató y, en una ocasión, los directivos europeos de la cadena en la que se emitía la serie estaban visitando las instalaciones y nos pillaron comiendo. Yo recorrí toda España con la compañía Teatro Estudio 80, que creó Ángel Gutiérrez, que fue mi maestro y que ha fallecido hace poco, y en esos viajes hemos vivido situaciones rocambolescas. Y tengo muy fresca la gira de 'Salomé', con la que he sentido una felicidad absoluta y todo el reparto lo hemos vivido como si fuéramos una bandada de pájaros, íbamos juntos a todas partes.
–¿Y en el plano personal? ¿disfrutó de la década de los 80?
–Totalmente, tengo documentos gráficos… La noche madrileña y la movida la viví muy de cerca, muy intensamente, como tenía que ser. Fue una época apasionante, que se vivió mucho y en la que había que disfrazarse un poco para que te dejaran entrar en las discotecas y en ciertos bares. Incluso pertenecí a un grupo de rock un tanto especial. Esa época me aportó muchas experiencias, pero nunca traspasé líneas peligrosas. Eso sí, mi vocación siempre fue y sigue siendo la interpretación.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.