Monzón celebra sus fiestas de El Salvador, punto de partida para citas imprescindibles como la Batalla Nabal

Las fiestas de El Salvador, en el corazón del verano, abren la puerta al mes de agosto y a las actividades que el Ayuntamiento de Monzón tiene preparadas para el resto del verano. El programa de estos días incluye actividades infantiles, actos religiosos, competiciones deportivas música y otras propuestas lúdicas y festivas pensadas para promover la convivencia entre los vecinos y los visitantes que estos días llenan de nuevo las calles de los pueblos palentinos.

El chupinazo abrirá el próximo jueves 3 de agosto los festejos, que tendrán como prólogo un taller de repujado por la mañana en la ludoteca. Las fiestas comenzarán con la animación de las peñas y la charanga los Duendes, que realizarán un desfile por las calles de la localidad todos disfrazados, antes de la cena de hermandad, un momento de convivencia entre todos los vecinos. La velada la cerrará un monólogo del actor Alberto Castrillo.

Para el viernes, hay programado un cuentacuentos en la piscina municipal por la mañana y la gimkana para peñas por la tarde, en el campo de fútbol. Después, a partir de las 20 horas, el escritor Nacho Rodríguez presentará su libro Tránsito en el Centro Cultural. Y ya por la noche, la música llegará de mano del grupo Low Riders y del Dj Marq.

El sábado, durante toda la mañana, se instalarán juegos hinchables para los niños y a las 19.15 horas se dará la salida a la XXVII edición de la Milla Urbana, organizada en colaboración con las peñas La Finca, Los Chiguitos y Los Nabitos. Después habrá una representación de Teatro de calle y la verbena, a partir de medianoche, a cargo de la Orquesta Flamingo, con bingo en el descanso y reparto perritos calientes de madrugada, antes de que comience la sesión del Dj Alberto Bodega.

El domingo 6 de agosto, festividad de El Salvador, la jornada comenzará con la misa y un vermú musical organizado con la colaboración de las peñas. Por la tarde habrá tiro al plato y la fiesta de la espuma. Cerrará la jornada y el programa de fiestas la música de la Orquesta Kosmos.

El patio del Castillo de Monzón se recuperó el verano pasado como escenario privilegiado para conciertos. Este año, dentro de la programación Allegrissimo de la Diputación, se han programado tres citas en la fortaleza. El pasado 14 julio se disfrutó de los fados de Iria Estevez, el 21 de julio fue el turno de la Noche de Boleros a cargo del Cuarteto Amaranto y el pasado viernes, día 28, se cerró el ciclo de Puestas de Sol, atardeceres musicales, con la actuación de jazz de Sean Clapis Quartet.

En el capítulo deportivo, las piscinas tendrán gran protagonismo como cada verano. Además de la campaña de natación infantil que se ha desarrollado a lo largo de todo el mes de julio, en el mes de agosto continúa el programa Muévete en las Piscinas. Hay dos sesiones programadas mañana día 1 y el próximo martes 8 de agosto a partir de las 18.30 horas.

La batalla nabal

La otra gran cita del verano es La Batalla Nabal, que este año va a celebrarse el próximo sábado 19 de agosto con el impulso del Centro de Iniciativas Turísticas Villas, Bajo Carrión y Ucieza. Ese día, la localidad volverá a transformarse por un día para recordar una boda real y la revuelta del pueblo contra las autoridades musulmanas. Cada año en Monzón de Campos se representa el enlace entre Urraca, hija de Alfonso VI y Constanza de Borgoña, y Alfonso I en 1109. Después se desarrollará la Batalla Nabal, que recuerda el momento en el que, en el siglo X, los lugareños de Monzón se enfrentaron a las huestes moras para evitar pagar los impuestos. Como no tenían armas y arrojaron a las tropas los nabos que se cultivaban popularmente en el pueblo hasta que las hicieron huir.

La Batalla Nabal entre moros y cristianos es la conmemoración histórica de una leyenda del siglo X, que cuenta cómo los musulmanes a cargo de Abderramán III y los condes de la familia Banu-Ansurez se disputaron el cobro de las parias en este territorio. El pueblo, suponiendo que estos elevados impuestos que se pagaban en especie les haría pasar hambre, dieron como respuesta a la reclamación del pago una tremenda lluvia de nabos lanzada por los vecinos de Mundonia (Monzón). Aquel gesto derivó en una auténtica batalla nabal que, según cuentan, se desarrolló en las inmediaciones del Puente de Piedra y que ahora se rememora en ese mismo lugar.

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