Palencia

Mochilas, filas en el patio y reencuentros

Las mochilas contaban con menos peso de lo normal, la mayoría solo portaban el estuche y el almuerzo porque «el primer día no hay deberes». Pero ya volvieron las rutinas, los horarios, las filas en el patio del colegio y los reencuentros entre compañeros. «Yo no quiero volver, ya veo a mis amigos en la calle y en el parque», decía muy serio Pablo instantes antes de cruzar el umbral de la puerta del colegio.

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Los padres, muy sonrientes y deseando, al menos la mayoría, la vuelta al cole, a los horarios y al orden tras la playa, las terrazas y los días sin prisa, se sorprendían de lo altos y morenos que estaban los demás niños, de lo que habían crecido en el verano. Los que empezaban Primaria sabían que iban a tener deberes todo el curso porque «es clase de mayores», los de Infantil, con algún mohín de pena, se iban de la mano de la profesora, sin dejar de mirar hacia atrás, mientras que los más pequeños comenzaban el periodo de adaptación, con pocas horas en las aulas y con sus seres queridos dentro.

Un año más se escuchó el pistoletazo de salida de la vuelta al cole en forma de barullo en el patio, de ruedas de mochilas, de partido en el recreo o del pilla-pilla antes de formar la fila. Ahora llega el fin de semana para asumir que ya sí que sí se han terminado las vacaciones y para forrar los libros y preparar la retahíla de material escolar. Los de Infantil y Primaria, junto con los de Educación Especial, han sido los primeros. Pero el miércoles que viene llega el turno de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional.