Miguel del Arco, director de 'Jauría': «Tenía que indagar cuánto de La Manada tenemos cada uno»
El dramaturgo madrileño estrena en el Principal una obra en la que transcribe las declaraciones reales del juicio de La Manada
jesús garcía-prieto
Palencia
Sábado, 15 de febrero 2020, 09:08
El teatro Principal acoge hoy (20:30 horas) la represetación de 'Jauría', dirigida por Miguel del Arco, que se atreve a ahondar en el juicio ... realizado a La Manada, en una dramaturgia construida íntegramente con fragmentos de las declaraciones de los acusados y la denunciante. Una ficción documental muy real, demasiado real, que permitirá viajar dentro de la mente de la víctima y victimarios. Un juicio público, en el que la denunciante es obligada a dar más detalles de su intimidad que los denunciados.
–¿Cómo surgió la idea? ¿Tenía miedo de lo que podía ocurrir con la respuesta del público?
–Al principio no. Cuando Jordi Casanova empezó a escribir sobre esto –es un autor con mucha práctica en el teatro documental que venía de escribir sobre Bárcenas– yo me lancé en plancha. No me esperaba el revuelo social que hubo cuando dijimos que íbamos a hacer una obra sobre La Manada.¡Cómo no vamos a hablar del tema si llenó horas y horas a nivel mediático! Era pertinente hablar sobre ello porque el teatro es el lugar de la empatía, un proceso reflexivo que es necesario en esta sociedad.
–El título de la obra lo dice todo...
–Sí. Es una cosa que cuando empezamos a barruntar el tema le dije a Jordi Casanova. Él me decía que 'Jauría' estaba muy bien, pero que La Manada era más sonoro. Había que reivindicar la manada como un colectivo que ayuda y protege y no esto, que es jauría, porque aquí había persecución y sangre.
–Un año después del estreno, ¿esperaban el éxito que ha tenido?
–Francamente no. Nunca sabes que va a ser del trabajo que empiezas, siempre lo abordas con alegría e ilusión y había muchos nervios por la presión y la inmediatez del tema. Los programadores nos decían que les interesaba, pero que antes querían ver lo que habíamos hecho porque era un tema espinoso. La función tiene algo sanador y hay que atreverse a contar lo que ellos hicieron. Hay una valiente que decide dar vida al personaje principal, que en este caso es María Hervás, una mujer que comparte esos testimonios tan espeluznantes.
–Precisamente que se vendan todas las entradas antes de cada estreno, ¿supone una presión añadida?
–Las incertidumbres eran antes. Me empeñé en que esta función fuese visionada por escolares y me acuerdo que antes del estreno hicimos una función sin escenografía para la comunidad docente. Vinieron cuatrocientos profesores y ahí si que hubo presión porque no sabía sí me iban a tildar de loco por mostrarles esta obra a los chavales.Cerca de 3.000 escolares han visto ya la función. Me llamó la atención que en la última representación se levantó una chica de 16 años y nos dijo que le gustaría que los profesores tomaran nota sobre lo que habían visto en el escenario porque no tienen ningún tipo de formación sobre esto en las aulas.
–En ese sentido, ¿es importante que los alumnos comprendan gracias a esta obra lo que ocurrió?
–Es fundamental. Hace poco tuvimos como espectadora a Victoria Rosell y nos dijo que esto tenía que verlo toda la judicatura para hacer la formación de género que necesita la justicia, porque 'Jauría' también forma parte del sistema judicial y todo el viacrucis que tuvo que sufrir la chica. Esta mujer decía que se puede seguir haciendo más punitivo el Código Penal, pero esto no solucionará el problema de base, que se arreglará solo a través de la educación. No es que ahora hayan salido Manadas, es que ahora se habla de ellas, pero ya las había con anterioridad. Esta chica saldrá adelante porque es alguien con un coraje y una valentía brutal.
–Con respecto a la educación con obras como esta, ¿que opinión le merece el 'pin parental'?
–Una salvajada. El Estado tiene la obligación a través de la educación pública de formar ciudadanos libres y con criterio. Este texto ha escandalizado a algún profesor, pero es que se habla de algo que ha ocurrido.Estamos creando, a través de esta propuesta de Vox, una autocensura a los profesores que no se quieren hacer cargo de nada que les enfrente a los padres y ellos deben saber cuales son las materias a tratar.
–¿Cómo ha conseguido que los actores se metan en la piel de una historia tan cruenta?
–Cuando empezamos les dije a los actores que no quería hacer un retrato de cinco hijos de puta. Había que indagar cuánto de La Manada hay en cada uno de nosotros. Estos cinco individuos siguen creyendo a día de hoy que no fue una violación y que la chica consintió, cuando ella ni sonríe, ni abre los ojos, no habla en ningún momento, además no le dirigen la palabra. Ellos responden que es una parte más de la fiesta, algo terrorífico. La madre de la chica me dijo que tenía un sentimiento de culpa atroz, porque había educado a una mujer libre, en vez de a una mujer segura. Muchos hombres somos muy feministas, pero seguimos educando a nuestras hijas diciéndoles que se bajen la falda, que no lleven escote y que tengan cuidado. No les decimos a nuestros hijos que si se cruzan con una chica y esta tiene miedo, que crucen de acera.
–¿Qué le diría al público palentino que va a ir hoy a ver la obra?
–Siempre decimos que disfruten de la función, pero esta obra revuelve y golpea. Hemos tenido contacto con la familia y estamos muy pegados a la lucha y a la valentía que ha tenido la chica durante este tiempo. A través de sus declaraciones está muy presente en mi vida. Es increíble cómo defiende el tipo ante los envites brutales de la defensa. Hay algo luminoso pero también doloroso. Para sanar las heridas, hay que echar sal.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.