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«Tenía miedo a Óliver porque me extorsionaba por vender droga, por eso llevaba siempre el cuchillo»«Le tenía miedo a Óliver, era mejor no tener problemas con él. Se dedicaba al tráfico de drogas y a la extorsión, todo el que vendía droga en Aguilar tenía que pagarle un impuesto o vender la suya. Óliver me extorsionaba por vender droga para pagar mi adicción, hice un negocio con su gente y acabó mal, me apuñalaron y estuve en la UCI en Burgos con un neumotórax, por eso desde entonces llevaba siempre encima el machete. Tenía un trauma, vivía con miedo». Iván S. B., el joven (de 29 años en el momento de los hechos) que el 15 de abril de 2021 apuñaló hasta la muerte con un machete a Óliver G. G., de 47, en el paseo de La Cascajera de Aguilar de Campoo, ha declarado en la mañana de este lunes en la Audiencia Provincial de Palencia en el juicio que se sigue contra él bajo la fórmula del Tribunal del Jurado. Y ha explicado de esta manera por qué llevaba siempre encima el arma blanca oculta en su cazadora y con el que causó las heridas cervical y torácica mortales a Óliver G. G., que falleció a causa de un 'shock' hipovolémico casi al instante.
El acusado, para quien la Fiscalía de Palencia solicita 15 años de prisión como presunto autor de un delito de homicidio simple, pena que la acusación particular eleva a 25 al considerar los hechos como un delito de homicidio agravado (asesinato), ha asegurado además que no quería acabar con la vida de Óliver G. G. y que sufrió «un brote psicótico» a raíz de las dos bofetadas que le propinó la víctima cuando se encontró con ella a la salida del bar Distrito 0, donde Iván S. B. había ido a dejar a la camarera 150 euros en concepto de impuesto para Óliver por vender droga que no fuera la suya. «No quería tener problemas con Óliver ni intención de verle. Cuando salí del bar no vi a Óliver fuera, fue él quien me llamó y me dijo 'ven aquí, niño, ven aquí'. Se acercó a mí y me dijo que qué hacía allí y me dio dos bofetadas mientras me decía 'defiéndete, defiéndete'. Yo me bloqueé y reaccioné así. Cuando me di cuenta, tenía en la mano el cuchillo con sangre», ha agregado Iván S. B., que ha llegado sobre las 9:30 horas a la Audiencia Provincial esposado y custodiado por la Policía Nacional procedente del centro penitenciario de La Moraleja, donde ingresó el 18 de abril de 2021 después de que la jueza del Juzgado de Instrucción número 1 de Cervera de Pisuerga dictara un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza, prorrogada el 29 de marzo de 2023 por otros dos años.
El palentino Óscar Bilbao, abogado de Iván S. B., ha afirmado en su breve exposición ante la sala, incluidos las seis mujeres y los cinco hombres que conforman el jurado popular, que su cliente reconoce la autoría de la muerte de Óliver G. G. pero no está de acuerdo con la circunstancia agravante de alevosía que considera que concurre el letrado de la acusación, Benito González, colegiado en Vizcaya y exrecluso que hizo Derecho durante el tiempo de su condena a 16 años de cárcel (aunque con la reforma del Código Penal se quedaron en once y dos meses) por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Es más, Óscar Bilbao entiende que concurren en su patrocinado las circunstancias atenuantes de arrebato, confesión, colaboración, legítima defensa y alteración psíquica, así como su toxicomanía.
Y es que Iván S. B. ha reconocido que su patrón de consumo de drogas en el tiempo en el que ocurrieron los hechos era de entre 10 y 15 gramos de cocaína diarios «en base, fumada», así como trankimazines, pastillas de metadona «para bajar los colocones» y tramadol. «Empecé a consumir a los 8 o 9 años, llevo desde la adolescencia con el problema de las drogas. En el momento de los hechos estaba en una espiral de decadencia, había roto con mi novia y un mes y medio antes les había dicho a mis padres que no podía seguir así, que la droga me iba a llevar la vida», ha asegurado el acusado, que ha agregado que se había puesto en contacto con la asociación ACLAD y que estaba a la espera de llevar a cabo en el centro Doctor Pampuri, perteneciente al centro asistencial San Juan de Dios, un programa de deshabituación a las drogas. Su abogado precisó que Iván S. B. empezó a consumir cannabis a los 7 años y alcohol, cocaína y anfetas, desde los 15. «Desde el internado donde estaba metido para estudiar y tratar de encauzarme el consumo ha sido prácticamente continuado», ha agregado el acusado, que ha incidido en cómo en el centro penitenciario de La Moraleja, donde este recluido, sigue un programa de ACLAD y «ahora estoy limpio».
A los efectos de la droga el día de los hechos ha achacado Iván S. B. que se grabara sobre las 19:31 horas, unos 25 minutos después de la agresión, un vídeo en el trastero de su padre con dos jóvenes conocidos suyos que 'reclutó' tras marcharse del paseo de La Cascajera de Aguilar de Campoo. «Fuimos a drogarnos al trastero y grabé el vídeo, pero cuando lo hice no era yo, recuerdo haberlo grabado pero tengo lagunas, no recuerdo bien las conversaciones. Me grabé porque estaba bajo los efectos de las drogas, no sabía cómo encajar lo que había hecho. Ese día había consumido marihuana, cocaína y trankimazines desde por la mañana», ha comentado. El vídeo fue difundido en las redes sociales sobre las 19:35 horas e Iván S. B. grabó también varios audios posteriores que envió a diferentes personas, según se detalla en un informe pericial sobre su móvil. «Esto va dedicado a todos los hijos de puta que tenéis miedo a Óliver. A Óliver, a Óliver... A Óliver de qué? Me tenéis que tener miedo a mí, a mí. ¿Sabéis por qué, no? Porque mañana lo sabréis todos». Machete en mano, esas palabras las pronunció Iván S. B. en ese vídeo, que corrió como la pólvora por las redes sociales.
«Me empezaron a acribillar a mensajes, contestaba drogado y no sabía ni lo que ponía», ha asegurado Iván S. B., que fue detenido sobre las 00:15 horas del 16 de abril de 2021 en un domicilio del número 43 de la calle Matías Barrio y Mier de Aguilar, edificio que había sido rodeado por la Guardia Civil y la Policía Local de Aguilar horas antes. Era el piso de un amigo al que acudió buscando refugio y que facilitó la entrada a los agentes, que detuvieron a Iván S. B. cuando salía del baño con el machete en la mano. También se intervinieron diferentes prendas manchadas de sangre que se encontraban ocultas dentro de una bolsa de basura y en un cubo.
«No me resistí a la Guardia Civil, me tiré al suelo y dejé el cuchillo también en el suelo», ha comentado Iván S. B., que ha dicho no recordar bien si le contó lo sucedido a su amigo en el piso al que fue buscando no refugio sino porque era «donde yo vivía, porque no vivía con mis padres».
El acusado ha respondido durante su declaración a las preguntas del Ministerio Público y de su abogado, pero no a las de la acusación particular, que en su breve exposición de los hechos a la sala, que preside el magistrado Mauricio Bugidos, ha explicado por qué concurre a su juicio la agravante de alevosía, razón esta por la que considera los hechos como homicidio agravado (asesinato) y no simple. «El acusado se aprovecha de la situación de indefensión de la víctima. El ataque, el medio y la forma en cómo fue, es sorpresivo. Más allá del cruce de bofetadas, alguien que sale a la calle con ese arma blanca es difícil pensar que no va a acabar con la vida de una persona. Sale a la calle a acabar con la vida de Óliver y antes del segundo bofetón ya le había seccionado la tráquea», ha subrayado Benito González.
El juicio, que se prolongará también durante las jornadas de este martes y miércoles, se reanuda en la tarde de este lunes con la toma de declaraciones a testigos.
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