La medicina rural de Palencia se resiente por la falta de profesionales y de relevo generacional

«En la capital y en la provincia faltan unos 55 médicos y la mayoría, en la provincia. Si aparece alguno, lo llevan a la capital, que es donde más incidencia hay en las consultas. La ciudad y el norte es lo primero que se intenta cubrir y lo peor son los puntos intermedios, que van aguantando», argumenta.

El concurso de traslados que tiene lugar cada año ha ocasionado que se muevan más médicos por la zona de Palencia, sobre todo del norte hacia la capital. Y ahora se tienen que reponer los huecos que han quedado por estos traslados. Los profesionales que han sido movidos porque no tenían plaza fija, tienen que escoger ahora los puestos que han quedado vacantes.

La medicina rural sufre el movimiento de los profesionales a los grandes núcleos urbanos, al igual que pasa con la población. Antes, los trabajadores se quedaban a vivir donde tuvieran su puesto, pero ahora ya no, con las infraestructuras, con los medios de transporte actuales y con todo. Ahora, si la distancia no es excesivamente grande, se puede ir y venir. Por eso, las zonas más alejadas de la capital son, ahora mismo, las más perjudicadas en cuanto a plantilla de médicos. «Cervera, Guardo, Aguilar... Además de médicos de familia, se necesitan pediatras. Aquí, más cerca de Palencia, si desgraciadamente no los hay, pues se acercan, pero en el norte el tema de la Pediatría es sangrante. No se encuentra un pediatra que quiera ir a la zona rural», admite De la Fuente, que lleva más de treinta años atendiendo a pacientes en la provincia.

Una de las razones por las que los médicos de Atención Primaria o de Pediatría no quieren ir a trabajar al medio rural es porque la inmensa mayoría se forman en hospitales y cuando terminan quieren quedarse donde han aprendido.

Para formar a un médico es necesario ser tutor. «Tenemos más de 7.000 médicos que no han aprobado el MIR, que están licenciados y no han podido entrar en el sistema MIR. Y es que hay que retroceder más para entender el problema: faltan médicos tutores, que son los que están acreditados para enseñarles. Si acreditasen a los médicos rurales para dar docencia...», pide.

Cuando realizan la especialidad de Medicina de Familia se forman en el hospital y muy pocos en los centros de salud urbanos, pero prácticamente ninguno en los centros de salud rurales porque no hay tutores rurales, no están acreditado como eso. «¿Cómo van a coger lo que no han conocido y encima tiene mala fama?», se pregunta.

El 45% de los médicos rurales realiza más de 50 kilómetros diarios para acudir a sus poblaciones de trabajo y un 5% recorre más de 200, según el primer 'Estudio de Medicina y el médico rural en la actualidad', realizado por la Vocalía de Médicos de Atención Primaria Rural del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Esto supone un desgaste personal, pérdidas económicas y también riesgo de accidentes, pero, a pesar de ello, un 85% de estos profesionales está satisfecho con su lugar de trabajo. «Para mí trabajar en un pueblo es una gozada. A todos los estudiantes que lo han visto, se enamoran. Ven que aquí hacemos muchas cosas. Cómo se van a imaginar que se puede atender un parto, un infarto, y con éxito, se puede atender todo», afirma con convicción.

Pero, las condiciones no animan normalmente a ir a los pueblos. No tener plaza fija, guardias en distintas poblaciones o contratos de semanas o de días. La pandemia subrayó y acentuó aún más el problema de la sanidad en el medio rural, también sirvió para ponerles en valor, con un trabajo fundamental para luchar contra la covid y cuidar a todos los vecinos.

«Hemos pasado muy mala época porque de diez médicos, nueve con la compañera que se jubiló y aún no sabemos si van a reponer, hemos estado trabajando tres. La pandemia ya va mejor, eso lo notamos muchísimo porque ha habido mucho conflicto, la gente estaba agresiva, estaba mal. Ahora la incidencia de la pandemia está mucho mejor y casi estamos entrando en la nueva normalidad» señala.

Un problema al que se enfrentan diariamente los consultorios rurales es que las plantillas casi nunca están al completo trabajando. «Hay descansos, guardias, días de libre disposición... Siempre tienen carencias y ahora le sumas a todo esto más el concurso de traslados», señala Natividad Cabreros, secretaria del área de Salud de UGT. «Hay bajas, últimamente más. Las salidas postguardia también recortan uno. Y también hay muchos días, porque como no ha habido subida salarial, les han dado días libres», continúa.

No hay una radiografía fija de los profesionales que pueden faltar a diario. «El otro día faltaban la mitad en Venta de Baños, seis o siete de trece. Y en Osorno hace unas jornadas había dos médicos de cinco de la plantilla, por lo que no se pudieron abrir los consultorios locales. Aguilar, por ejemplo, siempre está bajo mínimos», explica Cabreros. «Es un absoluto recorte y siempre a la baja», sentencia.