La recogida de basuras en el medio rural es fundamental para garantizar una gestión eficiente y sostenible de los residuos. La provincia palentina cuenta con varias mancomunidades para mejorar la calidad de sus habitantes y optimizar los recursos. Una de las más importantes es la ... Mancomunidad de Campos con 14 municipios (Abarca, Autillo, Belmonte, Boada, Boadilla de Rioseco, Capillas, Castil de Vela, Castromocho, Cisneros, Mazariegos, Meneses, Pozo de Urama, Villamartín y Villarramiel). Y todas estas localidades han estado bajo la tutela de Benito Cartujo desde la creación de esta mancomunidad el 16 de mayo de 1990.
Publicidad
Después de 34 años de trabajo, ha llegado el momento de su jubilación pasando por todo el cariño de sus familiares, alcaldes y vecinos, que le han visto pasar por las puertas de sus casas durante todos estos años.
La vida de Benito Cartujo cambió en 1987. Este vecino de Villarramiel comenzó a trabajar para el Ayuntamiento de su municipio en la recogida de residuos y, tan solo tres años más tarde, con la creación de la Mancomunidad de Campos, pasó a hacerlo en varias localidades. El número de pueblos fue creciendo hasta los catorce actuales por los que ha pasado su día a día durante estas más de tres décadas.
Una ruta diferente para cada día atendiendo a los pueblos de la zona en solitario con su camión y con una tarea más ardua en verano ante la llegada de más residentes a los pueblos. «He trabajado en la Mancomunidad desde que esta se fundó. Creo que soy de los pocos que seguía desde entonces. Empecé para el Ayuntamiento de Villarramiel y, poco a poco, se fueron agregando pueblos hasta contar con la ruta que hay establecida ahora», señala Benito Cartujo.
Publicidad
Muchos han sido los problemas a sortear dentro de una profesión que, en líneas generales, no está muy valorada. «Es difícil esa rutina porque educar a la gente para que los residuos vayan en condiciones es muy complicado, sobre todo en el medio rural. La gente lo ve muy fácil desde las oficinas, hacen normas y demás, pero en el medio rural vive mucha gente mayor y no puedes colocarles los contenedores muy lejos. No es lo mismo las ciudades que los pueblos, hay que tratarles de otra manera», afirma.
«He hecho muchos amigos en todos los pueblos durante estos años. En la despedida han venido muchos alcaldes de los municipios e incluso hay algunos que no están ya al mando y también han venido. Nunca me he llevado mal con nadie y he podido hacer en todo este tiempo muchas amistades», reconoce.
Publicidad
Una de las principales problemáticas a superar en su puesto era la soledad. «Es un trabajo solitario y siempre he ido acompañado por la radio. Hay días que llueve, días de niebla, de nieve o de calor. Es verdad que no es fácil, que te encuentras de todo. Ahora después de tantos años me toca descansar un poco», añade.
Pasar tantas horas en las calles de los diferentes municipios le ha dejado una enorme huella en forma de anécdotas. «Han sido tantos años que como para no tener buenos y malos recuerdos. Por ejemplo, ir a un pueblo y olvidarse de los contenedores. Llegar a un pueblo y encontrarte un frigorífico dentro del contenedor. Claro, a ver quién saca ese contenedor trabajando solo. Muchas historias casi a diario», rememora Benito Cartujo.
Publicidad
Treinta y cuatro años trabajando para la mancomunidad dan para muchos cambios. «Este trabajo ha cambiado mucho. Antes la basura casi se iba recogiendo puerta por puerta y ahora es diferente. Con los contenedores diferentes, la gente está más preparada con más recursos y los camiones son más modernos. Han sido muchas novedades con el paso de los años y la verdad que es muy diferente», expresa.
Con vistas al futuro, siguen quedando mejoras por implementar en este tipo de servicios de recogida de basuras. «Siempre he dicho que la clave para poder mejorar en este trabajo es facilitar las cosas a la gente. Ponerles facilidades a las personas mayores, porque la mayoría de la gente que reside en los pueblos son personas mayores. No saben dónde tienen que tirar las cosas y no les damos soluciones. Prohibir está muy bien, pero cuando uno establece una prohibición debe dar también una solución a ese problema», analiza.
Publicidad
La presencia de decenas de personas este pasado viernes para despedir a Benito Cartujo no fue una casualidad. Un pequeño reconocimiento al enorme trabajo que ha desempeñado este vecino de Villarramiel durante tantos años para toda una mancomunidad. Una grata sorpresa para despedirse con alegría de todas las amistades creadas durante más de treinta años. «No me esperaba esta despedida y la presencia de tanta gente en mi último día de trabajo. Me ha sorprendido mucho. Me he quedado alucinado, mi compañero del relevo me ha liado para llevar el camión una última vez y me he encontrado con esta gran sorpresa. Han venido también todos mis compañeros de teatro, además de la familia y los alcaldes. Sorpresas así siempre son gratas», concluye Benito Cartujo.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.