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Las mascotas piden protección a San AntónCarmen Aguado
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Jueves, 18 de enero 2024, 00:12
Más de un centenar de animales han sido bendecidos este miércoles a las puertas de la Iglesia de San Miguel con motivo de la festividad de San Antón. Agua bendita se ha derramado con el hisopo sobre decenas de perros de todas las razas, el único gato que se ha visto en la celebración y los dos caballos que han bajado expresamente desde Monte El Viejo hasta el templo.
Una tradición muy arraigada en la capital palentina pero que este año ha contado con algo menos de seguimiento debido a la amenaza de lluvia presente durante toda la mañana. A pesar de ello, los palentinos no han dudado en desafiar a la meteorología y acercarse desde algo antes del mediodía a las inmediaciones de San Miguel para guardar cola y pedir por la salud de sus mascotas.
La bendición ha ido acompañada de una galleta para los animales, que han visto premiada así su paciencia (algunos han esperado durante más de una hora). Un tiempo en el que la mayoría de los dueños han aprovechado para charlar y reencontrarse, ya que muchos de los asistentes repiten año tras año para renovar así una protección para sus animales que, según aseguran, «nunca está de más«.
«Llevo muchos años viniendo. Primero con mi anterior perro, que murió con 14 años, y ahora con este otro, Rocco. Igual que me gusta venir a misa a mí, también me gusta venir con él por San Antón. Así siento que está protegido, como cuando te bautizan», explica Laura Quirce, que ha asistido durante cinco años a esta celebración, dos ya con su segunda mascota.
El único gato, gata en este caso, que se ha dejado ver por San Antón ha sido 'Pumba', en brazos de su dueña, novata en este día, y acompañada por su abuela, venida expresamente desde Carrión de los Condes. A las dos les une un especial deseo por proteger a este animal de 3 años, que, a pesar de estar rodeado de perros, en ningún momento se ha sentido incómodo. «El año pasado me enteré justo después de la misa y este año hemos decidido venir las dos. Nos hace mucha ilusión porque en la familia siempre hemos tenido animales: perros, gatos, pájaros y peces. En Carrión siempre íbamos con los perros, pero este año hemos venido directamente aquí», señala Belén García.
También es el primer año de 'Nemo', venido directamente desde Fuerteventura. Hasta Palencia le ha traído su dueña, Pilar González, quien ya promete repetir el próximo año. «La experiencia ha sido muy buena, se ha portado muy bien», comenta. Por su parte, 'Bimba', una chiguagua toy, hacía cola en brazos de Baltasar Pérez, veterano en San Antón ya que ha acudido anualmente a esta fiesta con los otros animales que ha tenido. «Aquí estamos un año más a que sea bendecida», incide.
Y un día muy especial también para 'Indie', una pequeña perrita mestiza de dos meses que ha hecho su primera salida desde su casa en el barrio del Cristo para acudir a la fiesta. «Toda la vida he tenido perros y nunca me había dado por ahí, pero cuando me la han traído estas Navidades y la he visto tan pequeña y simpática, me he dicho que había que venir», confiesa María Ángeles Mangas.
La bendición a las mascota se la ha otorgado el párroco de San Miguel, que ha estado acompañado por la alcaldesa, Miriam Andrés, y parte de la corporación municipal y que durante más de media hora no ha dejado de recibir a los animales, algunos tirados por correas y otros muchos en brazos de sus dueños. Diferente ha sido la llegada de dos caballos, al final del rito.
«Venimos todos los años. Bajamos del Monte el Viejo poco a poco. Llevamos viniendo más de veinte años a San Antón», comenta Ángel Torio, propietario de los dos equinos, que han irrumpido en la plaza de San Miguel cuando la mayoría de las mascotas ya comenzaban a irse.
Al término de la bendición, los cofrades han ofrecido dentro del templo un panecillo a todos los asistentes y han insistido en la importancia de aumentar el número de miembros de la Cofradía de San Miguel para evitar que tradiciones como esta puedan llegar a desaparecer por la falta de personas implicadas en su organización. «Queremos animar a la gente a que se haga cofrade para que no desaparezca. Somos muy pocos y, si desaparecemos, también desaparecen fiestas en días como este», reclama Rosa Blanca Duque, miembro de la cofradía.
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