La mascarilla se impone con fuerza y celeridad entre los viandantes de Palencia

Ampliar

Y así, en la primera jornada obligatoria, era ya difícil encontrar personas en la calle que no fueran cubiertos con algún tipo de mascarilla o que, por lo menos, la llevasen encima, pero guardada, para usarla solo en el caso de que resulte necesario. «He salido a hacer deporte y para correr no me la voy a poner, pero la llevo en el bolsillo, por si paro y veo que hay mucha gente. Me la pondré, aunque agobie un poco», explicaba en la mañana de ayer una joven deportista, que parecía la excepción en una zona centro de la capital palentina en la que costaba encontrar rostros descubiertos.

La principal evidencia del cambio se apreciaba en los niños, que ayer paseaban junto a sus padres y abuelos en su mayor parte cubiertos por una mascarilla. Solo los menores de seis años están dispensados de la obligación y eso se notaba. «Nosotros hemos usado mascarilla desde el primer día que dejaron salir a los niños. Por eso, hoy ya están acostumbrados. Únicamente la pequeña, que no la aguantaría», explicaba ayer Salud Vega, mientras paseaba por la Calle Mayor junto a sus hijos Jorge, Salud y la pequeña Macarena, todos, excepto esta última, protegidos por una de las cotizadas KN95, que junto con las denominadas FPP2, son las más demandadas, dado que cuentan con la doble característica de proteger tanto al usuario como al resto de las personas.

Sin embargo, aunque estas mascarillas sean las más buscadas, no siempre resulta fácil encontrarlas y, además, son mucho más caras que las de tipo quirúrgico, que son las más extendidas entre los viandantes. Son estas las recomendadas principalmente por las autoridades sanitarias y son, por ello, las de más fácil acceso. No solo en las farmacias, sino también en los propios supermercados, resulta relativamente sencillo encontrar mascarillas quirúrgicas, como lo atestigua un simple vistazo a la calle, puesto que su característico color azul claro destaca sobre los demás, que, por otra parte, son muchos. De hecho, el colorido de las mascarillas y también la forma parece enriquecerse con el paso de los días.

A los modelos estándares de confección industrial, principalmente diseñadas para uso sanitario o también profesional en determinados sectores en los que se utilizan materiales químicos, hay que sumar todo un inmenso reguero de creaciones caseras, elaboradas con todo tipo de tejidos, colores, diseños y formas.

Pero además, comienzan a incorporarse al elenco de cobertores faciales los de confección textil creadas por la industria de la moda y que ya se encuentran en algunos de los comercios que recientemente han podido abrir sus puertas. «Están ya haciendo hasta biquinis con tres piezas, con la mascarilla a juego», explicaba uno de los dependientes de un comercio de la Calle Mayor entre risas, pero asegurando que muy pronto casi todas las tiendas comenzarían a vender mascarillas de diseño.