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'El León de Becerril' ha fallecido esta madrugada a los 84 años, horas después de la apertura de los Juegos Olímpicos de 2024, citas en las que Mariano Haro estuvo en México 68, Munich 72 y Montreal 76. Fue el mejor atleta de ... todos los tiempos y entre sus múltiples logros, además de la presencia en tres Juegos Olímpicos, destacan sus cuatro subcampeonatos del mundo de campo a través; dos veces campeón de Europa de campo a través por equipos (Educación y Descanso); dos veces campeón de la Copa de Europa de Naciones en 10.000 metros; dos veces medalla de plata y una de bronce en los Juegos del Mediterráneo; campeón de España de campo a través en once ocasiones; campeón de España en 10.000 metros en nueve ocasiones; campeón de España en 5.000 metros cinco veces y 62 veces internacional absoluto.
Referente en el mundo del deporte a todos los niveles, Haro destacó con un palmarés difícil de repetir por cualquier otro atleta a nivel nacional. 27 veces campeón de España de atletismo, once de ellas de campo a través; cuarto en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972; cuatro veces subcampeón del mundo en cross y doble campeón de Europa por clubes con el club Educación y Descanso son los títulos más relevantes por el león de Becerril en una extensa carrera deportiva que se culminó en 2004 con la entrega de la Medalla de Oro de la Real Orden al Mérito Deportivo. Tras aparcar el atletismo profesional, Haro fue 24 años alcalde de Becerril, además de fundar una empresa de fabricación de prendas deportivas con su apellido.
De Mariano Haro, su descubridor, entrenador y amigo, Gerardo Cisneros, recalcó en 2019 que de haber nacido en el siglo XXI, habría sido tan popular, por ejemplo, como Rafa Nadal. Pero no fue así, Haro nació en 1940, cuando el atletismo profesional no se asemejaba a lo que está viviendo actualmente Óscar Husillos y cuando a España le empezaban a salir los primeros cardenales de la Guerra Civil. De hecho, su lugar de nacimiento, Valladolid, fue el fiel reflejo de lo que padecían muchas familias por aquella época. Sus primeros meses los pasó en Valladolid, al ser su madre sirviente de los padres de Onésimo Redondo. A los pocos meses se volvió a trasladar a 'su' Becerril de Campos, municipio palentino que solo abandonaba cuando le tocaba hacer las maletas para competir en alguna prueba deportiva.
Albañil de profesión, su padre había sido un antiguo campeón de Castilla que llegó a participar en la primera Vuelta a Madrid que se disputó en 1930, pero que pronto tuvo que dejar de correr ante las obligaciones de la vida. Heredero de aquellos genes, incapaz de estar parado, fue creciendo libre por los campos y desde muy pequeño se acostumbró a escaparse de las rutinas del colegio para pasar el día corriendo con su perro detrás de las perdices y los conejos que cazaba únicamente siendo más rápido y listo que ellos. De vuelta a casa, el botín conseguido a la carrera ayudaba en la alimentación de una familia que no paraba de crecer, e incluso comenzó a curtirse en la filosofía del trueque que después siempre le acompañaría durante su etapa de atleta. «Desde bien pequeño tuve que espabilar para ayudar en casa. El primer trabajo que recuerdo que hice fue sacar cestos durante la vendimia junto a mi madre. Había muchas viñas en Becerril y nosotros cargábamos cestos pequeños con las uvas que se cogían y luego se cargaban en otros más grandes. Así desde las nueve de la mañana hasta que se hacía de noche, y no tendría yo muchos años», afirmaba en su biografía autorizada el propio Mariano Haro.
Sin saberlo, el palentino empezó a correr de muy joven. Y lo hizo por necesidad y sin ser conocedor que en esos primeros pasos se empezó a forjar la leyenda del campeón. Aficionado a la caza, en los años 40 y 50 salía a por las presas con su perro Tony para cansarlas y hacerse con ellas. «Seguro que hacía más kilómetros que cuando entrenaba años después», señalaba Haro, que en más de una ocasión completó los 16 kilómetros que separan Becerril de Palencia al trote.
En 1959, la vida de Haro cambió sustancialmente con su primera prueba, una competición provincial a la que iba porque pagaban el viaje y la comida. Y ganó, siendo el propio Haro uno de los sorprendidos. En esa competición, desde la distancia, también se encontraba Gerardo Cisneros, jefe ya del Servicio de Educación Física y entrenador nacional de atletismo desde 1955. «Nadie le conocía porque no podíamos conocerle. Era la primera vez que corría y no podíamos tener referencia alguna suya», relataba Cisneros en la biografía de Haro.
Ahí se sembró la semilla del León de Becerril, que empezó a hacerse un nombre en el panorama nacional e internacional con el paso de los años. Ya fuera en Lasarte, la cuna del campo a través donde se alzó con dos títulos, o en los diferentes campeonatos internacionales, donde destacan sus cuatro subcampeonatos mundiales (Cambridge 1972, Waregem 1973, Monza 1974 y Rabat 1975). En todos ellos, Haro fue superado por un rival diferente. «No es que yo no fuera rápido, sino que en ese nivel máximo siempre encontré a alguien más rápido que yo», afirmaba.
Haro ha sido el referente del atletismo español en el mundo durante muchos años gracias a logros como su cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Munich (1972). En la ciudad alemana, Haro pudo ser el primer español en lograr un oro en atletismo en unas Olimpiadas, pero no fue así. Se quedó a centímetros de la gloria con un cuarto puesto en los 10.000 que aún se recuerda y con el halo de la sospecha del dopaje por los que subieron esa tarde de septiembre de 1972 al podio. «Para mí, me ganó un dopado».
Antes de esa fecha tan señalada para Haro y los palentinos, debutó en las Olimpiadas de México 1968 (3.000 obstáculos) y también acudió a los de Montreal 1976, donde concluyó sexto en los 10.000 metros. La carrera deportiva de Haro también destaca por el doble campeonato de Europa por Clubes (Educación y Descanso) y un subcampeonato en los setenta. Y todo con atletas palentinos.
Su casa es un verdadero museo de trofeos, premios, reconocimientos y fotos de citas importantes. Una de las últimas que recogió en marzo de 2021 fue el l Premio Castilla y León del Deporte, en su edición de 2020, el reconocimiento regional a toda una vida dedicada al atletismo y con inmumerables éxitos.
Entre sus anécdotas, recogidas en una biografía autorizada que editó la Diputación de Palencia en 2016, recordaba cuando en el verano de 1982 entrenó al entonces Príncipe Felipe. «Ya me había retirado de la competición, me llamó la Casa Real para pedirme que formara parte de los instructores. Fui con Sánchez Paraíso y Benardino Lombao, que luego fue preparador de Aznar. Cada uno se dedicaba a una faceta, saltos, velocidad y yo, al fondo. No sólo estaba Don Felipe, eran unos cincuenta chavales. Nos preguntaron cuánto queríamos por dar ese curso y le dije a la Casa Real que nada, que era un favor a la Corona», rememoraba.
En 2019, un ictus le obligó a estar ingresado en la UCI. Allí, como el resto de su carrera deportiva, salió ganador, aunque ha vivido delicado de salud hasta su fallecimiento esta pasada madrugada. El fallecimiento de Mariano Haro ha provocado una marea de condolencias y mensajes de cariño y reconocimiento. El Ayuntamiento de Becerril de Campos ha declarado tres días de luto y por tanto, la suspensión de las citas culturales previstas para este fin de semana.
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