Villarramiel, un municipio con historia agrícola

Ahora que tanto se habla de la economía circular, puedo decir que Villarramiel es un pueblo pionero ya que los productos agrícolas se han dedicado habitualmente a la alimentación de los animales del propio municipio, del que todo se ha aprovechado siempre, como reza el dicho popular: «Al lado de un curtidor hay un zapatero y al lado de un zapatero hay un cecinero». Estas actividades han supuesto en nuestra historia un ciclo cerrado que nos ha diferenciado, sin obviar otras como la agricultura o como nuestros importantes servicios, por los que desde el Ayuntamiento seguimos apostando fuertemente.

El mantenimiento de esta industria tiene una importancia capital para el municipio, ya que sigue dando de comer a muchas de sus familias y a sus gentes. Este trabajo debemos agradecérselo a todas aquellas personas que siguen apostando y luchando de modo privado y personal por algo tan nuestro y que forma parte intrínseca de Villarramiel, como lo hace el sector pujante, tan necesario y tan demandado de la marroquinería, el mundo del caballo y los artículos de lujo de la curtición, que son un motor de nuestro pueblo.

En estos tiempos modernos, hablar de innovación es obligado, aunque el teletrabajo en el mundo rural es más complicado que en las capitales. No obstante, como a cada persona que quiera emprender un proyecto de vida profesional en nuestro entorno, a los que lo desarrollan les abrimos los brazos, ofreciéndoles nuestras infraestructuras necesarias para ejercer su actividad al tiempo que pueden disfrutar de nuestra hospitalidad y nuestra calidad de vida.

Entendemos que es preciso apoyar y creer en la iniciativa privada, y aunque entendemos que hay situaciones que no dependen del Consistorio, garantizamos a todos los emprendedores nuestra cooperación en el área administrativa para facilitarles el acceso a sus proyectos, aun sabiendas de que transformar la economía requiere de un auténtico Plan de apoyo y desarrollo.

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