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El presidente de los apicultores palentinos, Julian Caballero, en una de sus colmenas brágimo-icaL
Una marca de calidad para proteger la miel de los apicultores palentinos

Una marca de calidad para proteger la miel de los apicultores palentinos

La provincia tiene una explotación anual de 340 toneladas y 15.200 colmenas repartidas en 742 explotaciones registradas

david herrero

Domingo, 29 de enero 2023, 16:37

«Hay que desconfiar de las gangas y para comer miel de calidad se debe de consumir productos de cercanía y autóctonos envasados en cristal. De lo contrario, es mejor comprar azúcar, porque las otras mieles están llenas de aditivos y edulcorantes». Este es el mensaje esencial en el que radica la creación de una marca de calidad para amparar y proteger esta joya de la provincia, de la mano del sello 'Palencia: miel de mieles', con una producción anual de 340 toneladas y 15.200 colmenas repartidas en 742 explotaciones registradas.

El presidente de la Asociación de Apicultores Palentinos (APA), Julián Caballero, afirma en declaraciones a Ical que la marca de calidad hará posible que los consumidores sepan que se trata de un producto sin adulterar, con origen garantizado y de cercanía. «Creemos que nuestra miel es la mejor», añade.

De esa forma, 'Palencia: miel de mieles' es la apuesta clara para que la esencia de la labor de las abejas de la provincia, que ahora no tiene una unidad en la comercialización, sea reconocida por el comprador en el lineal, tanto de las pequeñas tiendas de alimentación como de las grandes distribuidoras, como ocurre con otras figuras de calidad como la del Pimiento de Torquemada, la Carne de Cervera o las denominaciones de origen de Cigales o Arlanza.

Denuncian que el 62% de la miel que se consume procede de China y que está mezclada con sirope de maíz y arroz

La iniciativa se desarrollará con el apoyo de la Diputación que, gracias a una subvención de 15.000 euros, permitirá la elaboración de los estudios, de la mano del Parque Científico de la Universidad de Valladolid.

Tal es así que, durante la celebración de la cuarta Feria de Apicultura de Castilla y León, el próximo fin de semana, 4 y 5 de febrero, en la capital palentina, los propios apicultores serán los encargados de elegir, entre varios bocetos, la imagen que representará su producto.

La provincia de Palencia se convierte en una representación de la península, porque posee mieles de diversos tipos debido a las distintas altitudes y sus floraciones. Desde el sur del Cerrato, con mieles de flores hasta Tremaya en la punta norte de la provincia, con roble y brezo.

La normativa de Europa lleva a que el etiquetado de las mieles «sea muy difuso», por lo que han solicitado a la directiva de la Unión Europea que se refuerce el etiquetado sobre el país de origen de la miel en las mezclas, acompañado de normas sólidas de trazabilidad favorables a los apicultores para luchar contra el comercio de «miel falsificada a granel».

«Es esencial que la Comisión Europea proponga cambios legislativos y mecanismos de control que apoyen el sustento de los productores de miel, la búsqueda de los consumidores de alimentos genuinos y de calidad y la capacidad de los estados miembros para luchar contra el fraude», apuntó Caballero. Deja claro que no hay ningún problema en competir con otras mieles de calidad, ya que la situación se centra en aquellos productos que no los son realmente, porque es imposible encontrarse mieles autóctonas a dos y tres euros. «Algo falla y en el proceso se han perdido cosas», ya que, por lo menos, se debe cifrar cerca de los diez euros, advierte el presidente de la asociación.

De miel a edulcorante

Desde APA trasladan que el 62% de la miel que se consume procede de China, un producto que tiene un coste menor, dado que, según los expertos, «está mezclada con sirope de maíz y arroz», para lo cual ha sido sometida en origen a un proceso de sobrecalentamiento, por encima de los 45 grados que lleva a perder las enzimas y se convierte solamente en un edulcorante.

Además, Julián Caballero asegura que la buena miel no puede ir en un recipiente de plástico, aunque esté autorizado para el uso alimentario. «Siempre tiene que ir en cristal y los apicultores suelen usar el acero inoxidable en las máquinas, cubos y utensilios. Se intenta que el producto llegue al consumidor de la forma más sana y pura», asevera.

En definitiva, la Asociación de Apicultores Palentinos lanza una campaña en defensa del producto para diferenciar el potencial de su producto y hacer frente a la «invasión» de los siropes en los mercados nacionales, los cuales están «infiltrados por la falta de transparencia en los etiquetados».

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