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nuria estalayo
Jueves, 8 de abril 2021, 07:04
La Unidad Militar de Emergencias (UME) es una fuerza conjunta, organizada con carácter permanente, que tiene como misión la intervención en cualquier lugar del territorio nacional para contribuir a la seguridad y bienestar de los ciudadanos, junto con las instituciones del Estado y las administraciones públicas, en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas. Está compuesta por 5.000 militares distribuidos por todo el territorio español en cinco batallones, además del regimiento de apoyo a las intervenciones y el cuartel general.
El quinto batallón se encuentra en León (el resto en Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza), y tiene tres compañías de intervención. Una de ellas, la compañía 52, apoyada por otros soldados de la 53, se ha desplazado hasta la Montaña Palentina con 101 militares para realizar maniobras. El jefe del subgrupo táctico 52, el capitán Javier Pascual, está al mando de esas maniobras, en las que han simulado inundaciones. Por ello, entre los trabajos realizados en diferentes zonas del embalse y los alrededores se encuentra la construcción de un dique. Aunque también han estado achicando agua con su maquinaria y han atravesado las aguas del pantano con una especie de minitodoterreno que es capaz de flotar y navegar.
En otro lugar, se han centrado en el rescate y localización de víctimas de zonas inundadas. Para ello, han instalado una tirolina para el rescate de supervivientes, y han contado con la participación de pequeñas embarcaciones y la intervención de perros para la búsqueda de personas.
«Uno de nuestros cometidos es hacer maniobras dentro de nuestra zona de acción, que en el caso del 5º Batallón de la UME es Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Y hemos elegido en particular Aguilar de Campoo porque es un sitio donde nunca habíamos venido de maniobras y aquí tenemos un embalse muy cerca, a cinco minutos de los pabellones de Aguilar donde tenemos nuestra zona de vida (lugar donde se alojan). Hace un mes vinimos a hacer el reconocimiento y vimos que la zona para hacer instrucción y la zona de vida era compatible, y todo ello conllevó a que tomáramos la decisión de venir aquí a hacer las maniobras. Además, la acogida ha sido encomiable desde el primer momento, tanto del Ayuntamiento como de los responsables del embalse. Han sido todo ventajas y nos han permitido hacer todo lo que teníamos previsto», señala el capitán de la UME, que desgrana en qué han consistido esas maniobras.
«Estamos simulando todos los supuestos que engloban unas grandes inundaciones. Se han realizado trabajos de contención y achique; también la búsqueda y rescate de personas con las embarcaciones, con personal de a pie en orillas, con perros; de movimiento de cargas, retirada de obstáculos de las vías, y todo lo que conlleva unas grandes inundaciones. Y todos estos factores han hecho que este lugar sea óptimo para estas maniobras», comenta.
«Hemos venido en total 101 personas y 43 vehículos, de los cuales 21 son ligeros tipo 4x4, de otro tipo para llevar personal y carga, y furgonetas; y luego los pesados, que son sobre todo las autobombas, que hay de muchos tipos, como las nodrizas, también están los camiones de carga, vehículos de extracción de aguas y lodos, las góndolas con las máquinas. En total, 22 vehículos pesados», agrega Javier Pascual antes de referirse al papel jugado por la UME en la pandemia.
«Nosotros comenzamos el 14 de marzo del 2020. De nuestro batallón salieron dos compañías para comenzar a actuar. Al principio estaba extendida la incertidumbre porque no sabíamos a qué nos enfrentábamos, nadie lo sabía. La premisa era que la UME fuera la punta de lanza de las Fuerzas Armadas para coger las riendas en este estado de alarma. Los tres primeros días estuvimos solo haciendo labores de presencia para que la gente viera que estábamos con ellos y que íbamos a hacer todo lo posible para ayudarles. Luego empezamos a realizar desinfecciones. Comenzamos a desinfectar edificios públicos y residencias, pero solo los accesos, no entrábamos; pero rápidamente fuimos adaptando protocolos con el apoyo del Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales que está en Madrid, que nos ayudaron a afrontar el coronavirus», afirma Javier Pascual.
«Fuimos aplicando diferentes procedimientos y adquiriendo material, y poco a poco empezamos en la segunda semana a hacer desinfecciones más precisas, sobre todo en residencias. Nos enfocamos en estos centros porque vimos que era donde estaba la mayor necesidad de nuestra acción. Hemos estado en muchos sitios, incluidas todas las provincias de Castilla y León, y fuimos capaces de coordinar a todas las instituciones (sanitarias, servicios sociales, Protección Civil…) para que marcaran los mismo protocolos en la lucha contra el coronavirus», apostilla el capitán.
«Estuvimos dos meses con la operación 'Balmis' (apoyo a la población en la lucha contra la pandemia de la covid-19) hasta que el resto de las Fuerzas Armadas se fueron sumando al operativo y les fuimos cediendo los cometidos en desinfecciones para poder nosotros hacer frente a la campaña de lucha contra incendios. La campaña de verano es el objetivo más fuerte que la UME tiene que afrontar todos los años, normalmente de junio a septiembre, aunque hay incendios todo el año. A partir de septiembre empezamos con la operación 'Baluarte', colaborando como rastreadores para ayudar a los saturados centros de salud de las cuatro comunidades que están bajo nuestra responsabilidad», agrega Pascual, que explica también las labores de la UME durante el temporal Filomena, que llegó a España a principios de enero.
«Madrid no está dentro de nuestro ámbito de trabajo, pero casualmente mi compañía fue desplegada en Segovia y desde allí nos desplazaron a Madrid. Primero, a ayudar a las personas atrapadas en la autopista, luego a limpiar la nieve y después a quitar el hielo, porque el termómetro llegó a caer hasta los 12 grados bajo cero. Estas mismas autobombas que hemos traído a Aguilar son polivalentes y se les puede amoldar, pasando de lucha contra incendios a nevadas. Se le pone una cuña delante, se le cambia la caja de atrás y tenemos unos vehículos muy buenos para este tipo de intervenciones», asevera el capitán.
«Estuvimos unos seis días, empezamos con los edificios más críticos como los accesos a hospitales, centros logísticos como Mercamadrid, laboratorios de covid donde llegaban las vacunas, arterias principales de Madrid, extrarradios y otros municipios alrededor...», incide Javier Pascual, que cree que la UME ha ayudado a mejorar aún más la imagen del Ejército español.
«El objetivo que hemos tenido siempre todos los militares es apoyar a la población. En este caso se ha hecho más visible gracias a la UME, y aún más debido a la pandemia y a las intervenciones que estamos teniendo, que últimamente tienen más visibilidad gracias a los medios de comunicación, pues la gente tiene más posibilidad de tener más información a este respecto. Es un hecho que la UME ha cogido mayor protagonismo últimamente, pero lo que siempre ha sido igual es que las Fuerzas Armadas siempre han estado de una u otra forma para ayudar a la población», concluye.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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