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Montserrat Martí Caballé, junto a su madre. Txema Rodríguez
«De mi madre he aprendido sobre todo la voluntad y el respeto por el compositor»

«De mi madre he aprendido sobre todo la voluntad y el respeto por el compositor»

La soprano Montserrat Martí Caballé ofrece este sábado un recital en Ampudia junto al barítono Luis Santana

sandra ozarín

Palencia

Sábado, 19 de agosto 2017, 13:47

Montserrat Martí Caballé debutó hace casi 25 años junto a su madre, pero deja claro que ha forjado su carrera por sí misma, aunque siempre ha contado con su apoyo, consejos y sabiduría.

–¿Por qué unir ópera y zarzuela? ¿De dónde salió la idea para este recital?

–La idea surgió originalmente de Luis Santana. Los dos géneros se complementan, la ópera suele gustar siempre mucho y llega muy bien al público, y la zarzuela, que ha sido considerada muchas veces como un género más ‘pequeño’, pero que en mi opinión de pequeño no tiene nada, es más animada y divertida, además hace honor a la música de nuestro país.

–Ya ha actuado en bastantes ocasiones con Luis Santana. ¿Cómo ha sido la acogida de esta actuación conjunta?

–Ya llevamos un tiempo haciendo este programa y nos sentimos muy a gusto trabajando juntos. Nos sentimos cómodos cantando y nuestras voces casan a la perfección. Luis Santana tiene mucho carisma, y el hecho de encontrar a una persona con la que te sientes cómoda en el escenario y con la que te entiendes, es fundamental. No me puedo quejar de la acogida que ha tenido el recital, todos los que han podido asistir hasta el momento han salido encantados. También contamos con Antonio López Serrano en el piano, que es como estar acompañados de una orquesta completa al lado.

–¿Cree que este tipo de música tiene aceptación actualmente? ¿O existe una franja de edad que está especialmente interesada?

–Sinceramente, creo que sí. La zarzuela es un tipo de música muy alegre que al público le gusta escuchar, se acoge de una forma festiva. La verdad es que hay un gran público que sigue esta música, no solo la zarzuela sino también la ópera, y otros recitales líricos. En cuanto al rango de edad, es muy variado. En una actuación reciente en San Carlos del Valle, se me acercó un chico en los camerinos, que debía de tener alrededor de 16 años y me dijo que había disfrutado mucho del recital, que era la primera vez que escuchaba este tipo de música y que salía muy satisfecho con la experiencia. El hecho de que las nuevas generaciones asistan a conciertos como estos y comenten cosas positivas es muy gratificante.

–¿Qué podrá verse en el recital de Ampudia?

–Pues habrá bastante variedad. Solemos comenzar con música italiana, arias y dúos de ópera, algunos más conocidos de ‘La Traviata’, por ejemplo. Luego pasamos a la música española, y finalizamos con la zarzuela. Incorporamos también canciones populares que la gente conoce para que se sientan conectados con lo que cantamos.

–¿Cómo invita a los no iniciados en esta música a disfrutar del espectáculo?

–Cuando alguien me dice que no entiende de ópera y que va a venir a uno de los recitales siempre contesto lo mismo, a veces es mejor tener un público que no es tan entendido porque a lo que hay que ir es a sentir. Lo principal es que el público venga a disfrutar, a olvidarse de sus tareas y preocupaciones por un rato. Somos cantantes, pero nuestra función también es entretener.

–¿Qué le sugiere el estar en escenarios ‘más pequeños’? ¿Le supone tener que dar más de sí misma?

–Ningún escenario, en mi opinión, es pequeño. No importa tanto el número de asistentes cuando se trata de un directo, tiene que hacerse igual sin importar si hay 5 o 5.000. Si te equivocas no hay vuelta atrás, en ese sentido, ningún escenario es más grande que otro. La responsabilidad delante del público siempre es la misma, sea donde sea que cantes. En el caso de que un escenario tenga un tamaño más reducido, lo único que cambia es que te sientes más acompañado, sientes a los asistentes más cerca y, cualquier cosa que sucede y no está planeada, se nota en las primeras filas, y se crea un ambiente muy próximo, que a lo mejor no se da tanto en un teatro grande.

–¿Supone una responsabilidad ser la hija de Montserrat Caballé?

–Me han hecho esta pregunta infinidad de veces en los últimos veinte años, y mi respuesta ha ido cambiando con los años y la madurez. La verdad es que yo nunca me lo he preguntado, son los demás los que se lo preguntan. A mí nunca me ha supuesto un hándicap, son los otros los que me ven como ‘hija de’. La responsabilidad me la pongo yo misma. El público que me ve, tiende a compararme con mi madre, es algo a lo que obviamente estoy expuesta, pero no es cosa mía sino del público, que cae en cometer este error.

–Su madre, Montserrat Caballé, es una de las sopranos más conocidas en España. ¿Qué ha aprendido de ella?

–Sobre todo la voluntad y el respeto por el compositor. Siempre pienso que soy una servidora de la creación de un gran compositor, y me siento obligada a hacer honor al papel o a la obra en la que me encuentro. Yo no soy la protagonista, lo es la pieza que estoy representando, es algo que mi madre siempre ha tenido muy claro. También he aprendido mucho a la hora de escoger las obras adecuadas para la voz. La carrera de mi madre ha sido muy longeva y eso se debe a que ella ha sabido cómo cuidar su instrumento. Las cuerdas vocales son como cualquier otro músculo y hay que saber cómo entrenarlo y no sobrepasar los límites.

–¿Por qué deberían los palentinos asistir al recital de ‘La noche mágica de las velas’?

–Sin duda podrán disfrutar de una noche relajada, con buena música y un ambiente festivo, pero a la vez familiar. Invito a todos los que quieran pasar un rato agradable y desconectar de las actividades diarias a que acudan a Ampudia y se unan al espectáculo.

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