

Secciones
Servicios
Destacamos
Luis Antonio Curiel
Lunes, 13 de julio 2020, 08:16
En pleno corazón del Cerrato se localiza Antigüedad, remanso de paz y silencio que rompen las campanadas de su reloj parroquial. Lugar ideal para hacer senderismo y contemplar el azul del cielo tumbado sobre la hierba, dejándose llevar por el rumor de los chopos y el sonido de las esquilas de las ovejas, degustar su miel de plantas aromáticas o probar su variedad de panes y dulces. Un pueblo que conjuga tradición y modernidad.
Prueba de ello es que Antigüedad homenajea a los pilotos españoles, con especial reconocimiento a los pioneros de la aviación militar nacidos en la villa, los hermanos César y Augusto Martín Campos, que lucharon en la Guerra Civil cada uno en un bando. El avión McDonnell Douglas F-4 Phantom II cedido por el Ejército del Aire es hoy un símbolo de Antigüedad, 'cuna de pilotos'. Un pueblo con grandes referentes en la aviación, como Valentín Marcos Clavero, hoy retirado tras ser alférez piloto del Ejército del Aire y comandante y Jefe de Flota de DC10 de Iberia. Dos antigüedeños mantienen el espíritu de volar, Andrés Sanzo Gil, madrileño cuya madre es natural de Antigüedad que es comandante del Ejército del Aire y piloto de caza y el general Jorge Clavero Mañueco. En mayo se reúnen en la localidad los antiguos pilotos del 123 Escuadrón de Torrejón que volaron este avión. El Ayuntamiento organiza actos conmemorativos todos los años, con lanzamientos paracaidistas o exhibiciones aéreas.
Hay otro lugar muy frecuentado por antigüedeños y visitantes: la ermita de Nuestra Señora de Garón, con elementos románicos del siglo XII y en un paraje especial al contar con una fuente cuyas aguas nacen bajo el templo, una chopera, el arroyo y varias instalaciones ideales para llevar la merienda. Otro lugar de referencia es la ermita de la Virgen de Villella, sobre una iglesia de planta prerrománica, mozárabe, del siglo IX. En las obras de reconstrucción aparecieron restos de un yacimiento romano. Por su parte, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción fue reconstruida en el siglo XVII.
Una cabaña pastoril recibe a vecinos y visitantes en una de las entradas a Antigüedad. Fue construida por el pastor Adolfo Cancho, quien durante años ha reconstruido esta arquitectura tradicional y ha enseñado el arte a otros vecinos, para que tomen el testigo y conserven este patrimonio singular. Junto a la cabaña, un panel ofrece las coordenadas para visitar estos chozos diseminados por el entorno. Casi una veintena de cabañas, algunas con corralizas, son un atractivo más para visitar Antigüedad.
Las cabañas eran las viviendas de los pastores cuando estaban en el campo con sus rebaños. La entrada, de escasa altura, miraba hacia el mediodía, aunque algunas la tienen al sureste, quizá para recibir los rayos del sol naciente. En el suelo, el pastor esparcía algo de paja o extendía su manta, que le servía de lecho.
Las bodegas, fuentes y colmenares son otro de los atractivos de Antigüedad. El Ayuntamiento cuenta con rutas diseñadas para realizar senderismo o ciclismo en un entorno único. Otro espacio que acaba de rehabilitarse ha sido el Torreón de la Greda, medio caído tras las abundantes lluvias en la primavera de 2016. La construcción, probablemente del siglo XVIII, tenía por finalidad la vigilancia del ganado. Se levantó en mampostería reforzada con piedra sillar en las esquinas. Está declarado Bien de Interés Cultural desde 1949 y cuenta en la parte superior con un punto geodésico que indica la máxima altitud del páramo: 950 metros. Aunque pertenece al término de Cevico Navero, es uno de los emblemas de Antigüedad y se localiza a 11 kilómetros.
Y lo más reciente, Antigüedad homenajeó la vida personal y deportiva del estadounidense Lance Armstrong, que se cayó y se partió la clavícula en la localidad durante la Vuelta de Castilla y León, el 23 de marzo de 2009. Era entonces el texano, el ganador de siete Tour de Francia. Luego se supo que se había dopado, le retiraron los premios y Antigüedad cambió el sentido de su bici sobre un pedestal en medio del monte, que recuerda aquella caída, pero ahora se dedica al esfuerzo de todos los ciclistas.
Publicidad
Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Gonzalo Ruiz y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.