Palencia

'Tan como tú' lucha contra los estereotipos y busca la empatía con las personas Down

Y es que, tanto los 45 chicos y chicas que conforman Asdopa como sus familias han vivido este día como uno de los más importantes del año. Está señalado en rojo en su calendario y es muy especial para ellos porque se trata de una jornada de reivindicación que este año lleva por lema 'Tan como tú'. A través de un vídeo, Down España trata de combatir los estereotipos que existen sobre esta discapacidad reproduciendo escenas cotidianas de un día cualquiera.

Se trata de un cortometraje que pretende reivindicar el derecho de las personas con síndrome de Down a poder tener una vida independiente y autónoma, a tomar sus propias decisiones, a acceder al empleo, y a un envejecimiento activo. Esta campaña sigue una línea muy parecida a la que tenía el pasado año 'Extracapacitados', con la que se pedían más oportunidades de empleo para estas personas que siguen viéndose discriminadas aún en la actualidad.

El mejor ejemplo de que estas personas tienen una gran capacidad para poder trabajar y desarrollar un empleo adaptado a sus necesidades es la experiencia de dos de los chicos de la asociación de Palencia, Álvaro y Gonzalo, quienes han podido realizar con éxito sus prácticas formativas en distintas empresas de Palencia, obteniendo ambos un sobresaliente en su evaluación final por parte de los tutores que supervisaron su rendimiento durante el tiempo que duró su labor.

Actualmente, Álvaro se encuentra trabajando en el comedor del colegio San José, donde ya es un miembro más del equipo de cocina. Él se encarga de lavar los platos, colocarlos y ayudar a recoger. Está muy contento y su familia todavía más, ya que ven cómo su hijo se puede realizar laboralmente y ha sido acogido con muchísimo cariño por parte de toda la comunidad educativa a través de una experiencia muy positiva.

Este trabajo ha llegado después de que anteriormente también haya estado como auxiliar en un centro geriátrico, un trabajo que también ha desempeñado Gonzalo, ambos en la residencia Doña Juana. «Yo estaba con los abuelos, les ayudaba un poco en lo que necesitaban y les acompañaba al comedor y después a descansar», recuerda Gonzalo, quien recalca que lo que más le gustó de esta experiencia fue poder compartir tiempo con todos los residentes.

Además, Gonzalo pudo realizar de igual forma tareas más complejas como ducharles o cambiarles el pañal. «Los dos son muy buenos en residencias de ancianos, lo dicen las profesionales, no es que lo digamos nosotras. Son profesionales muy considerados por todos los que trabajan con ellos», afirma Sonia Barrasa, madre de Álvaro.

También hay cinco chicos y chicas más de Asdopa que se encuentran trabajando en distintas empresas de Palencia que han decidido apostar por esta inclusión que tanto siguen reclamando las familias de Palencia. «Parece que la cosa empieza a rodar, pero realmente cuesta que se les haga un contrato remunerado. Y es muy frustrante porque ellos también se sienten muy frustrados», lamenta Barrasa.

La formación que reciben desde Asdopa no puede ser más completa, ya que estos dos jóvenes cuentan con los cursos de Sociosanitario y también el de Conserjería y Ordenanza. Ambos también han podido hacer prácticas, Álvaro en el CEAS de San Antonio y Gonzalo en el que fue su instituto, el IES Canal de Castilla. Los dos dieron la talla y recibieron el reconocimiento de sus responsables y compañeros. «Son muy dispuestos, ordenados y muy bien mandados. Son metódicos y no dan ningún problema. Además, trabajando se sienten de maravilla. Pero es difícil y por eso muchos también optan por prepararse una oposición, que tampoco es nada fácil. Las empresas todavía tienen miedo y por eso hay que hacer mucha pedagogía en ellas. En ciudades más pequeñas como Palencia es complicado porque en Valladolid, León o Burgos, al haber más infraestructura, hay más oportunidades», resume la presidente de Asdopa y madre de Gonzalo, Rosabel Obispo.

Actualmente en la asociación trabajan nueve personas para poder ofrecer los servicios de logopedia, fisioterapia o autonomía personal a los que acuden diariamente todos ellos. La labor que realizan con los 45 chicos y chicas es encomiable y prueba de ellos ha sido también la reciente publicación de su propio libro de cocina con las recetas y elaboraciones que cada viernes realizan en su sede. «Vamos a la compra, vemos los precios de los ingredientes que necesitamos, realizamos el pago y luego venimos aquí y lo cocinamos», explican los dos chicos. «Para ellos es muy importante porque van a la compra, aprenden el precio de las cosas y el manejo del dinero que para ellos es generalmente muy complicado. Y el taller de cocina es lúdico y se lo pasan genial, aunque siempre está enfocado en que desarrollen ciertas habilidades», aseguran.

La asociación constata que el número de niños Down que se incorporan a la entidad decrece, ya que son cada vez menos los niños que nacen con este síndrome. Quienes sí engrosan la lista de usuarios de la organización son personas con discapacidad intelectual que encuentran aquí el mejor lugar para poder desarrollarse y encontrar un apoyo, no solo de las profesionales que forman parte de Asdopa, sino también de todos sus compañeros.

Este acompañamiento es esencial cuando alguien comienza a formar parte de una asociación como es esta, y según incide su presidenta, el ambiente que se vive cada día en esta sede es inmejorable tal y como destaca su presidenta. «No podemos admitir a nadie más este curso porque no tenemos espacio. Hay 25 niños que acuden todas las mañanas y por la tarde vienen los demás. Las nuevas incorporaciones nos dicen que están muy contentos, que han encontrado aquí su sitio y que les encanta».

A Álvaro y Gonzalo lo que más les gusta de la asociación es, sin duda, compartir tiempo con sus compañeros. Aquí tienen su segunda casa y una nueva familia que camina junto a ellos en cada paso que dan en la vida.

La mayoría de ellos entraron a una edad muy temprana y han ido creciendo y desarrollándose juntos, lo que hace que tengan un gran vínculo dentro y fuera de esta sede. «La piscina, el deporte, la cocina y estar con los demás», así es como resume Álvaro lo mejor de su semana en Asdopa. Todo ello sin olvidar las excursiones que realizan regularmente, la última ha sido a Medina del Campo, donde han podido aprender un poco de historia y cultura sin olvidar algo que nunca falta, la diversión. «Cada vez hay más actividades de ocio, sobre todo de fin de semana que les está gustando muchísimo y bueno, pues parece que sí que va saliendo adelante. Los chavales están contentos, les gusta y se les está dando mucha visibilidad y ellos están encantados porque se lo pasan genial», afirma la madre de Álvaro.

Ambas madres son solo un ejemplo del trabajo que cada familia realiza con sus hijos desde su nacimiento, cuando las primeras dificultades comienzan a aparecer. «La sociedad ha evolucionado, pero quedan muchas barreras todavía por superar». Ahora, lo que más preocupa a estas dos madres es que sus hijos puedan ser independientes y eso pasa por que tengan acceso a un empleo y a un trabajo como cualquier joven más.

«Se están incorporando al trabajo poco a poco y cada vez son más visibles porque intentamos que hagan una vida lo más normalizada posible», defienden estas dos mujeres.

Aunque desde Asdopa están satisfechos con las administraciones, sí que necesitan más recursos, sobre todo a la hora de llevar a cabo alguna actividad concreta para la que tienen que buscar su propia forma de conseguirlo y financiarlo.

Logopedia y fisioterapia

La presidenta destaca también la relación que existe entre los 45 miembros de la asociación. «Es una familia. Vienen todos los días, sobre todo el grupo de la mañana y muchos de los que vienen por la mañana, también vienen por la tarde a refuerzo de logopedia, o al fisio. El roce de ellos es constante y continuo, se ven todos los días, se llevan genial y se lo pasan fenomenal. Desde primera hora aquí hay un gran ambiente de alegría y de compañerismo».

Por eso, «para ellos es su casa, es importantísimo para ellos este sitio y para los padres que los vemos que están felices, igual. Te puedes imaginar. Yo cuando llegué, lo único que quería era estar en un entorno arropado. Verte reflejada en un espejo y rodeada de quien comparte mis inquietudes, mis problemas, mi día a día. Y eso te hace sentir acompañada», recuerda Obispo.

De igual forma lo rememora Barrasa. «Cuando vienes aquí por primera vez, lo que necesitas es que te cuenten sus experiencias, que te digan cómo han vivido esos primeros momentos en los que tú tienes tanta angustia. La vida es complicada para todo el mundo, para ellos también, especialmente. En el día a día vamos salvando muchos baches, y solo verles a ellos tan felices…», resume.