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Visitantes en el cementerio de Palencia. Marta Moras

La lluvia da un respiro en Palencia en la festividad de Todos los Santos

Miles de personas visitan el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles, entre un importante despliegue de velocidad

El Norte

Palencia

Lunes, 1 de noviembre 2021, 22:06

Disfraces de brujas, desfiles de muertos vivientes y todo un sinfín de monstruos variados ha tomado las calles un año más durante estos días de muertos y difuntos. Halloween se ha colado ya en la vida de los palentinos como una celebración más del año, ... que incluso puede dar la impresión de que está relegando al olvido a tradiciones que se han venido celebrando durante generaciones.

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La televisión, los escaparates de las tiendas y por supuesto los colegios, en su afán de sumergir a los escolares en la cultura anglosajona para mejorar su nivel de inglés, han potenciado la celebración de Halloween hasta convertirlo en casi unas anticipadas fiestas de Carnaval, que, por momentos, parece haber fagocitado por completo la fiesta de Todos los Santos.

Pero es sin duda una falsa impresión provocada por el aluvión de imágenes televisivas y la excesiva decoración de bares y tiendas, porque todavía las familias palentinas sienten esa necesidad de cumplir con sus difuntos cuando se acercan las fechas de Todos los Santos. Y así ha podido verse también estos días en los cementerios de toda la provincia y especialmente en el de Nuestra Señora de los Ángeles, el camposanto municipal de la capital palentina, que ha recibido durante los últimos días miles de visitantes.

Las restricciones impuestas el pasado año con motivo de la pandemia, que obligaban a los visitantes a mantener una prudencial distancia de seguridad y que provocaron un notable descenso en el número de visitantes, han quedado totalmente superadas y riadas de personas se encaminaron durante toda la jornada de ayer hasta el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles.

Los días previos, el número de visitas ha sido también muy elevado, aunque la lluvia retrajo a muchos posibles visitantes, que prefirieron esperar a que hiciese mejor tiempo. Por ello, la jornada de ayer, en la que el sol era el gran protagonista, el cementerio parecía haberse transformado en punto de encuentro para toda la ciudad.

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Así, la Policía Local tuvo que emplearse a fondo para intentar organizar el acceso de todo el aluvión de personas que intentaba llegar hasta el cementerio, mucho de ellos en vehículos particulares, aunque también en autobuses totalmente repletos. El camino del cementerio estaba únicamente reservado para el transporte público y las personas con movilidad reducida, por lo que también volvían a la calle los puestos de venta de flores, muy concurridos y activos, ya que muchas personas optan por comprar en las proximidades del cementerio para no tener que acudir cargados.

Ante las puertas, los integrantes de Cruz Roja, con un pequeño puesto de atención de campaña, en el que tuvieron que atender diversos desvanecimientos e incluso, días antes, la caída de una mujer al interior de una sepultura sobre la que pasaba cuando cedieron las losas. «Fue una buena caída, pero salió por su propio pie con una escalera que le pusimos. Luego vimos que tenía daños en la clavícula», explica uno de los voluntarios de Cruz Roja que la atendió.

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La mañana también se complicó para los operarios del cementerio, ya que, además de la atención a los miles de visitantes, tuvieron que efectuar un enterramiento.

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