El lento llenado de las piscinas del Monte y el Sotillo retrasa su apertura al miércoles

Por fin se va a poder disfrutar de un verano con normalidad plena, sin pensar el aforos, en distancias o en parcelas del césped. Se va a poder preparar la bolsa con la toalla, el bañador y la crema de sol, junto a un buen libro y el monedero para tomar una caña bien fría, sin mascarillas o geles hidroalcohólicos (que ahora se pueden llevar o no, a elección de cada uno). La piscina más amplia es la del Sotillo (2.000 personas), seguida de la del Monte (1.000), siendo la más pequeña de todas la de San Telmo (350 plazas). «Queremos abrir en óptimas condiciones y esperamos superar los datos de 2021 y, si acompaña el tiempo durante el verano, también los de 2019», afirma el concejal de Deportes, Víctor Torres.

El año pasado, que ya no hubo fraccionamiento del césped para guardar la distancia y solo se redujo el aforo los primeros días, se vendieron 69.421 entradas, más de la mitad de las mismas en el Sotillo (37.193). La afluencia fue tal que varios días hubo que colgar el cartel de 'No hay entradas' al estar el aforo completo. Pero las esperas siempre fueron cortas porque las colas fluctúan mucho entre entradas y salidas.

En 2020, el año más castigado por la pandemia, la cifra se estanca en 28.241, de los que 16.535 usuarios fueron en el Sotillo. Retrocediendo hasta 2019, hasta el último verano normal, los datos arrojan 81.043, cifra que se podría superar este mismo verano si se mantienen las altas temperaturas.

Como novedad para estos meses, la piscina del Sotillo va a ofertar gratuitamente gimnasia los martes y los jueves, a las 11:15 horas en el césped de las instalaciones y una hora más tarde, a las 12:15 horas, en el agua. «Es apta para cualquier edad y tanto para hombres como mujeres», explica Torres, que añade que «el 'aquagym' gusta mucho y es muy demandado».

Horario unificado

Las tres piscinas municipales tendrán el horario unificado, desde las 11:15 hasta las 21 horas. Y tanto el Sotillo como San Telmo bajarán la persiana el 31 de agosto, mientras que la del Monte seguirá abierta hasta el 11 de septiembre por si aún hay ganas de despedir el verano con un baño y el buen tiempo acompaña.

Los precios de abonos y entradas se mantienen con respecto a los del año anterior. Así, el abono individual va desde los 2,50 euros de adulto –1 euro, niños– hasta los 94,35 euros que cuesta el de toda la temporada –36,20 euros el de niños–. Además siguen existiendo los abonos mensuales y los bonos con un número determinado de baños. También están disponibles los descuentos para familias numerosas, carnet joven, mayores de 65 años, personas con discapacidad y desempleados de larga duración. «Los que tenían bonos del año pasado, al no haber modificado las tasas en las ordenanzas no tienen que hacer ningún cambio. Entonces, si les quedaban diez baños, por ejemplo, pues podrán usarlos este año», señala el edil de Deportes.

Se mantiene la venta de entradas en taquilla, en las propias taquillas de las piscinas, como ya se hizo el año pasado (en 2020 era exclusivamente con el carnet por las restricciones derivadas de la situación sanitaria). «Recomendamos que todos los usuarios que puedan lo hagan 'on-line' porque da agilidad y evita colas y esperas», argumenta Torres. El año pasado, la venta de bonos telemáticos y entradas físicas se dividió al 50%, ya que la mayoría de usuarios ya tenía el carnet del Patronato y sabía recargarlo.

Un total de quince socorristas serán los encargados de velar por la seguridad de todos los bañistas y de vigilar que se cumplan todas las recomendaciones de baño. Como en todos los trabajos, hay días y horas donde se tiene que incrementar su atención por la concentración de los bañistas, teniendo a veces que reforzar los puestos. «En el Sotillo, que tenemos la piscina mediada y la grande, a veces es necesario poner otro para controlar. Hay un número total de socorristas, pero si alguna zona está más recargada se van rotando», añade el concejal de Deportes.

Además, para incrementar aún más la seguridad de los usuarios, existen los vigilantes, que operan por las tardes en las dos piscinas más concurridas. «Tenemos estos vigilantes de seguridad en el Monte y el Sotillo por las tardes, que son más grandes y es cuando más gente va», incide.

El perfil de los bañistas, de los que van a la piscina a lo largo del verano, ya sea para nadar durante horas, para leer bajo una sombra o para tomar el sol, es muy variopinto, aunque suelen tener un horario determinado. «Por las mañanas suelen ir mujeres que se han sacado el bono y este perfil se mezcla con los niños de actividades de campus y pequejuegos. Mientras que las tardes son más para jóvenes y familias», concluye Torres.