Fernando Aristín y Juan Manuel Sebastián, este último mostrando las heridas del accidente. Marta Moras
Capturaron al 'rey del alunizaje'

«A 240 kilómetros por hora íbamos nosotros, y su coche era mejor...»

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía Fernando Aristín y Juan Manuel Sebastián afirman que «quizás el exceso de celo y la adrenalina nos impidió tener miedo»

Viernes, 22 de abril 2022, 00:06

Se les notaba tensos, incómodos, fuera de su hábitat natural: las calles de la capital y su vehículo radiopatrulla, donde desarrollan cada día con pericia y arrojo su labor de prevención de la seguridad ciudadana y de persecución de la delincuencia. Solo insistían en que « ... tenemos un grupo de radiopatrullas magnífico, el grupo de Seguridad Ciudadana en Palencia trabaja fenomenal», como queriendo dejar muy claro que el mérito de la intervención policial era colectivo, de ellos pero también de los otros dos coches de compañeros que estrecharon el cerco para acabar deteniendo a los cuatro integrantes de un grupo criminal especializado en robos con fuerza con alunizajes y con una peligrosidad y una actividad delictiva que les coloca muy alto en el 'top ten' de los malhechores.

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Fernando Aristín, de 46 años, y Juan Manuel Sebastián, de 49, son los dos agentes de la Policía Nacional de la Comisaría que el pasado domingo protagonizaron una de las actuaciones policiales más sobresalientes habidas en la capital palentina. Una actuación en la que pusieron en juego su vida, conduciendo su vehículo a 240 kilómetros por hora por la A-62 en celosa persecución de los delincuentes y siguiéndoles a pie uno de ellos, Fernando, tras colisionar ambos vehículos en una rotonda (Juan Manuel quedó atrapado en el vehículo y tuvo que romper a patadas la puerta para salir y seguir detrás en auxilio de su compañero).

«Quizás el exceso de celo y la adrenalina nos impidió el tener miedo, pero después sí lo hemos tenido, con el paso de los días. Tengo que agradecer tener al lado a mi compañero, porque resulta difícil conducir un vehículo a esa velocidad, pero la templanza y la sangre fría de Fernando, que no se puso nervioso, hizo más fácil la actuación», comentaba este jueves Juan Manuel Sebastián. «Aparte de compañeros somos amigos, llevamos años juntos y Juanma es una persona que conduce de forma impresionante. Es verdad que se pasa mal, porque a 240 kilómetros por hora íbamos nosotros, que el coche no daba más de sí, y eso que era bueno, con 225 caballos, pero el suyo era mejor. Lo pudimos hacer gracias a la pericia de mi compañero. Sí hubo momentos en que temimos por nuestra integridad, porque vas a 240 kilómetros por hora y ves que el coche que vas persiguiendo se va marchando...», añadía por su parte Fernando, que aludió de soslayo a un instante en que ese temor fue muy fundado, pues los delincuentes adelantaron por la derecha a un camión en la A-62 muy justos y los dos policías se vieron obligados a hacer lo mismo pero con mucho menos espacio porque el camionero se alarmó por lo que estaba viendo y se tiró para la derecha con la intención de dejarles pasar. «Menos mal que reaccionó a tiempo y volvió a ir a la izquierda», recordaba Fernando. «La verdad es que se pusieron las cosas complicadas», añadía el agente, que no sabe si la colisión de ambos vehículos«me perjudicó o me activó más».

«Cuando chocamos con los coches y salieron corriendo, pegué dos tiros al aire, pero ninguno de ellos se amilanó»

«Salí del coche y vi que Juanma había partido la luna del coche con la cabeza y no podía salir, y que salían corriendo esas cinco personas del otro vehículo, que eran de gran envergadura y con una apariencia peligrosa, así que saqué mi arma, disparé dos veces al aire y fui detrás de ellos, sobre todo para intentar no perderles de vista. Tuve la destreza de ir estrechando el cerco y acabamos en un pinar, cogí a uno que ya no podía correr más (la persecución en carrera fue de tres kilómetros y medio) y luego vi que estaban ocultos otros dos en una acequia. Saqué a uno de ellos del agua y mis compañeros de las otras dos patrullas al otro», hace hincapié Fernando Aristín, que tuvo que saltar las vallas de separación de la autovía, de una altura de 1,90 metros, atravesar la A-62 (como habían hecho los delincuentes) e internarse por tierras de labor y por un pinar para no perder la pista a los individuos. «Los dos vehículos quedaron totalmente inutilizados, no nos quedó otra que seguirles a pie. Ninguno de ellos se amilanó cuando pegué dos tiros al aire», enfatizaba el agente.

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Juanma, que era el policía que conducía, relataba por su parte cómo fue el accidente. «Ellos, en un momento de duda durante la persecución, al llegar por Magaz levantaron el pie y optaron por meterse en dirección a Valladolid, pero después se metieron por dirección hacia la urbanización Castillo de Magaz para hacer la rotonda y volver otra vez hacia Palencia. Pudimos recortarles distancia y frenaron bruscamente al incorporarse a la autovía en dirección prohibida hacia Magaz, ahí impactamos», señalaba.

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