Palencia

Juzgado por empujar a la directora que prohibió entrar a su hija al instituto sin mascarilla

Mañana de mucho ajetreo, de megáfonos, proclamas y pancartas la de este jueves a las puertas de la sede de los juzgados de la calle Menéndez Pelayo, con presencia de varias dotaciones de la Policía Nacional y refuerzo del personal de seguridad ante la concentración de más de medio centenar de personas en apoyo del polémico abogado y médico aguilarense Gabriel Ruiz, que durante la pandemia defendía que se hiciera «vida normal, con naturalidad» ante la covid y que en febrero de 2021 tuvo un incidente en una vista en la que participaba por un recurso en la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en Burgos, cuando fue conminado por el presidente del tribunal, José Luis Concepción, a ponerse el tapabocas.

Gabriel Ruiz, que insiste en que no es negacionista pero que aseguraba en su día que las mascarillas no protegen del coronavirus y que las personas que las llevan durante horas «se están autointoxicando, porque condensan CO2, nos quitan la comunicación y originan depresión, pérdida de fluidez mental y, a la larga, demencia», se sentaba este jueves en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal de Palencia por un presunto delito de atentado, después de que en enero de 2022 supuestamente empujara a la directora y a la secretaria del instituto donde estudiaba su hija por impedir que la joven entrada a clase sin mascarilla, y el juicio quedó visto para sentencia, con el Ministerio Público elevando a definitiva su petición de 18 meses de cárcel. A la salida del juicio, el abogado y médico fue recibido con fuertes aplausos por sus defensores, que habían intentado todos estar presentes en el juicio (algo imposible por la capacidad de la sala) y que presentaron reclamaciones por ello. Al grito de 'Dejad de acosad a un hombre ejemplar, su único pecado es ser un tipo honrado', abrazaron y pidieron a Gabriel Ruiz que se despidiera tocando el saxo (lo llevó al juicio en su estuche), interpretando en plena calle el protagonista el 'Himno a la Alegría' de Beethoven.

Los hechos por los que fue juzgado Gabriel Ruiz se remontan al 19 de octubre de 2021, cuando, según el escrito de la Fiscalía, la junta directiva del IES Santa María la Real de Aguilar de Campoo acordó denegar el acceso al mismo a toda persona que no siguiera las normas sanitarias contra la covid en centros educativos de Castilla y León y no portara mascarilla, tal y como decía la 'Guía de actuación ante la aparición de casos covid 19 en centros educativos de Castilla y León', del 14 de septiembre de 2021. «Desde esa misma fecha, el acusado vino presentando un justificante para la exención de la mascarilla de su hija, C. R., estudiante en dicho centro, justificante que fue declarado por Sanidad como no válido para acreditar la exención, lo que fue comunicado al acusado», señala el Ministerio Público.

«El 10 de enero de 2022, sobre las 8:15 horas y siendo el acusado perfectamente conocedor de la normativa sobre covid que regía en el instituto en el que estudiaba su hija, se personó con la misma en la entrada del mismo sin cumplir dicha regulación. La directora y los profesores del centro, encontrándose en el ejercicio de sus funciones, le negaron la entrada tanto al acusado como a su hija por no portar la correspondiente mascarilla, lo que provocó que el acusado, sin atender a sus explicaciones y con una actitud violenta e intimidatoria, comenzase gritar a la directora y a los profesores allí presentes, sin respetar la necesaria distancia de seguridad exigida ni con los docentes, ni con el resto de alumnos que acudían al centro», prosigue la Fiscalía en su escrito.

«A continuación, el acusado profirió descalificaciones e improperios hacia los docentes refiriendo expresiones tales como que se iban a presentar allí 'los jueces y fiscales' o 'sois provocadores de suicidios'. En un momento dado, el acusado, siendo plenamente consciente de la condición de directora del centro de M. C. P. R., así como de la condición de secretaria del instituto de L. E. V., las propinó varios empujones, provocando que llegasen a retroceder por la fuerza que ejercía. Un profesor, B. J. D., al oír los gritos de la directora, intervino en su defensa, propiciando que el acusado abandonara el lugar. Como consecuencia de esos empujones, ninguna de las afectadas sufrió lesión alguna», concluye el escrito de la Fiscalía.

«Esto está ocurriendo a raíz de toda la trayectoria que llevo desde que defendí hace diez años a un hombre por una denuncia de su exmujer por violencia de género, que está en prisión y es inocente. Fui capaz de plantarme ante los fiscales y los jueces. En otro caso también de un inocente me estuve manifestando ante la Audiencia de Palencia porque le habían condenado, hay una persecución sutil hacia mí por jueces y, sobre todo, por los fiscales. Si pueden meterme en la cárcel, me van a meter. Los hechos de hoy son falsos, en ningún momento he empujado a la directora, no dejaban asistir a mi hija y a otro menor a clase porque no llevaban mascarilla con certificado especial de exención y yo me manifestaba ante el instituto pidiendo que les dejaran entrar. Así que han utilizado la forma de denunciarme por atentado, porque de otra forma no me pueden callar», señalaba Gabriel Ruiz a la salida del juicio.

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