El juicio al exalcalde de Collazos de Boedo por acoso laboral, visto para sentencia

La fiscal, en su escrito de acusación, hace hincapié en que, «en diversas ocasiones y siempre con el ánimo de ridiculizar y humillarla», Antonio Herrero, en su condición de alcalde de la corporación, y hallándose en las dependencias del Ayuntamiento de Collazos, supuestamente profirió contra la secretaria interventora del Consistorio expresiones como «maliciosa, veneno, inútil o, para lo que pintas, estás mejor en la cocina». Incluso, según sostiene la Fiscalía, formuló en ocasiones amenazas contra la mujer en el sentido de que «la echaría del trabajo».

Con el mismo ánimo, la fiscal relata que el acusado, cuando estaba presente la secretaria interventora, «daba puñetazos encima de la mesa, al tiempo que le gritaba, sin llegar a agredirla nunca físicamente». De forma más pormenorizada, detalla que un día de junio de 2015, Antonio Herrero supuestamente impidió a la secretaria salir del Ayuntamiento y cuando esta consiguió hacerlo y llegó hasta su vehículo, el acusado fue detrás de ella y la agarró del brazo, aunque finalmente la mujer pudo arrancar el vehículo para irse del lugar.

La Fiscalía relata también que el 23 de marzo de 2017 el acusado se presentó en el despacho que la secretaria tiene en el Ayuntamiento exigiéndole que firmara un decreto de la Alcaldía de fecha 16 de marzo de 2017, negándose a hacerlo, ya que no estaba presente en el momento en que fue redactado y firmado por el alcalde. Según apunta la fiscal, le propuso a Antonio Herrero hacer una copia y registrarlo con fecha 23 de marzo de 2017, a lo que se negó el acusado, que insistía que debía hacerse en la forma que él decía.

Durante la vista oral, el exalcalde de Collazos negó las acusaciones y aseguró que mantuvo una relación cordial con la secretaria interventora hasta que se fue enfriando debido al acercamiento que esta fue teniendo con los concejales de la oposición. Por su parte, la mujer negó que fuera la «autora intelectual» de los escritos que mandaron dos ediles del PP en la oposición a la Inspección de Trabajo y a la Delegación de la Junta para que se apercibiera al regidor, que solo se limitó a transcribir lo que ellos le dictaron y que su enemistad con el alcalde no ayudó para que ella ayudara a los concejales de la oposición a preparar los plenos.