El Juzgado de lo Penal de Palencia dejó este martes visto para sentencia el juicio contra una mujer, Laura M., para quien la Fiscalía, que elevó a definitivo su escrito de conclusiones, solicita una condena de dos años y un mes de cárcel y la inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad por cuatro años y seis meses por un presunto delito de sustracción de menores, en concreto el hijo de 12 años, Alejandro, que tiene en común con el demandante, su exmarido, Javier Avellaneda. En la vista, que fue suspendida en dos anteriores ocasiones, el 24 de febrero y el 30 de marzo, declararon ayer la acusada, su compañero actual, el demandante y su mujer, la directora del centro donde estudia el menor, la tutora de Alejandro y dos psicólogas, en una sesión que se prolongó por espacio de tres horas y media.
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La Audiencia de Palencia dictó en enero de 2020 un fallo en el que estimaba en su integridad el recurso de apelación interpuesto por Javier Avellaneda contra la sentencia dictada el 25 de septiembre de 2018 por el Juzgado de lo Penal de Palencia y anulaba dicha sentencia, devolviendo las actuaciones al órgano que dictó la resolución recurrida. La titular del Juzgado de lo Penal absolvió a Laura M. en esa sentencia.
El fiscal, en su escrito de acusación en el procedimiento seguido en su día en el Juzgado de lo Penal, señalaba que Laura M., en su afán de entender que Javier Avellaneda no era apto para ejercer la custodia de su hijo y de no cumplir con las resoluciones judiciales, decidió unilateralmente retener y no entregar al menor a su padre. De manera que en las navidades de 2015-2016 no entregó el niño a su padre, impidiendo a ambos disfrutar de la mitad del periodo navideño que les correspondía estar juntos; y a partir de ese momento, «con el exclusivo fin de impedir cualquier posibilidad de contacto del menor con su padre», dejó incluso de llevarle al colegio, presentando este un absentismo escolar del 98% durante el periodo entre el 8 de enero y finales de junio de 2016.
Agregaba el Ministerio Público en su escrito que Laura M., «tras estos hechos, ha continuado en su conducta de impedir cualquier contacto del menor con su padre durante los años 2016, 2017 y hasta la actualidad, ocasionando con ello al padre la privación de la custodia con sus correspondientes estancias, y de cualquier comunicación y contacto con su hijo».
Los hechos se remontan a diciembre de 2015, cuando el pequeño salió del colegio para disfrutar de las vacaciones navideñas. La custodia por aquel entonces le correspondía a la madre, Laura M., que podía disfrutar del niño hasta el 31 de diciembre, día en el que le tocaba mudarse al domicilio de Javier Avellaneda Martínez, su padre. Hasta esa fecha y desde febrero de 2014, los dos progenitores, en régimen de custodia compartida, se alternaban cada semana al niño, que por entonces tenía 7 años. Su padre lleva 1.952 días sin disfrutar del menor.
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