Los jóvenes entran en la vida económica de Villarrabé

Aquellos que hablan de renovarse o morir no suelen tener en cuenta que, en muchas ocasiones, cuando uno no sigue la máxima no es porque no quiere, sino porque no puede. En cierta manera, esto le sucede a Villarrabé; aunque el Ayuntamiento trabaja con los vecinos buscando un rejuvenecimiento que alargue la vida del pueblo, con la voluntad no basta. Aunque, todo hay que decirlo, la que han mostrado algunos jóvenes hijos de la localidad acerca a ese objetivo de aminorar el envejecimiento paulatino que ha vivido el municipio.

Así, aunque la mayoría de los vecinos ya están jubilados y los menores de 40 años no son tantos, lo cierto es que los hay que han apostado por quedarse en Villarrabé y labrarse, en el mayor de los sentidos del término, un futuro donde lo hicieron sus padres y abuelos. No en vano, tradicionalmente la principal actividad económica estaba en el campo, en la agricultura y la ganadería, que si bien hoy se mantienen como poco más que de subsistencia, al menos lo hacen, si uno ve el vaso medio lleno como desde el Ayuntamiento lo quieren hacer.

Conocedores de las artes de la labranza o del cuidado ovino y vacuno a través de sus mayores, las nuevas generaciones que se han hecho cargo de estos dos sectores han roto con la creencia de que en el pueblo no hay oportunidades y de que lo mejor es irse a la capital. Así, donde hace años muchos no querían quedarse, otros están apostando por la vida tranquila del pueblo, por conservar sus tradiciones y cuidar un legado que también renuevan, puesto que las nuevas tecnologías ofrecen nuevos métodos que alternar con aquellos empleados durante toda la vida.

En este sentido, a la producción de cereales o la cría de ganado ovino le acompañan la existencia de dos empresas relacionadas con los lácteos, como son la quesería artesanal Valle de San Juan y la Central Lechera Vega Saldaña, que ofrecen una alternativa laboral bien valorada en la zona, ya que entre los cuatro núcleos poblacionales suma varios trabajadores de entre sus plantillas. Estas industrias, de tamaño considerable, permiten no solo a vecinos de Villarrabé mantenerse en sus domicilios sin tener que dejar vacía 'su' España, sino también a otros de otros municipios colindantes y de la comarca continuar con su arraigo.

Fue hace un cuarto de siglo, en 1998, cuando el emprendedor Juan Manuel Rodríguez sembró la semilla de Valle de San Juan, un proyecto familiar que hoy en día está presente a lo largo y ancho de la geografía española, y que lleva desde entonces buscando la excelencia en la fabricación de quesos castellanos elaborados al modo tradicional, con leche cruda de las ovejas de la tierra, siempre cuidando la perspectiva de la innovación, la seguridad y el crecimiento sostenible, rasgos que han caracterizado desde sus orígenes a la empresa y a su apuesta por Villarrabé, donde en 2004 adquirieron su planta, posteriormente ampliada en 2008.

Algo más de tiempo lleva asentado en el núcleo poblacional de Villambroz Leche Vega Saldaña, proveedor de leche que se encarga tanto de la fabricación como de la comercialización de productos lácteos, abarcando todo tipo de leche, así como sus derivados, en sus modernas instalaciones, en las que cuentan con tecnología puntera, como lo es la de Valle de San Juan, que ha obtenido varios reconocimientos en materia de seguridad alimentaria. Tanto en un caso como en el otro, la calidad de los productos viene favorecida por la materia prima de primerísima orden que los criadores de la Vega de la Valdavia cuidan, continuando con los oficios de padres y abuelos, hoy orgullosos jubilados.

La economía

Población. La mayor parte de los vecinos son jubilados, aunque el campo se está rejuveneciendo.

Empresas lácteas. Dos empresas del sector lácteo ofrecen alternativas al campo en la zona.

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