La ITA transforma Palencia en una gran fiesta universitaria

Los más madrugadores comenzaron a formar la cola en los alrededores del recinto sobre las 9:30 horas. El retraso de los autobuses provocó que esas primeras plazas fueran en su totalidad para palentinos, con una gran presencia de jóvenes de los pueblos más cercanos como Venta de Baños o Villamuriel. «Hemos llegado las primeras porque queríamos estar pronto y nos coincidía uno de los autobuses de línea a esta hora. Somos de Villamuriel y es nuestro primer año. Como no sabíamos demasiado sobre la entrada y las colas, hemos preferido madrugar», señala Sara Gatón, una de las primeras jóvenes en llegar al recinto. Decenas y decenas de jóvenes fueron llegando a cuentagotas a la fila, aunque la espera para entrar al recinto no fue en ningún momento de la mañana tan extensa como en otras ediciones. Sobre las 11:15 horas las puertas quedaban abiertas y los más madrugadores entraban al recinto para disfrutar un año más de la fiesta palentina.

El despliegue de todas las Fuerzas de Seguridad está siendo de unas 300 personas entre los vigilantes privados del interior del recinto y los agentes apostados en los alrededores. Los controles han sido exhaustivos desde la misma cola con las unidades caninas como protagonistas. Una vigilancia centrada en evitar la entrada al recinto de menores de edad y de sustancias estupefacientes. «Las horas previas han ido según lo previsto. El despliegue es perfecto en todos los aspectos y me ha parecido una novedad el camión que ha venido como escenario, esperemos que no de problemas de peso. El despliegue de seguridad de más de 30 personas están controlando entradas, policía local accesos y aparcamientos, Cruz Roja con el tema de los hospital han venido voluntarios de cuatro provincias», Ángel Miguel subdelegado del Gobierno en Palencia.

Otra de las grandes luchas de la seguridad será frenar el lanzamiento de botellas y otros objetos al finalizar la fiesta. Una costumbre en las últimas ediciones que ha provocado más de un altercado. «A ellos les sigue preocupando al tener en cuenta la experiencia del año pasado, más que las intoxicaciones etílicas que también, esa costumbre entre comillas de lanzar botellas y otras cosas al aire. Se va a advertir desde el escenario y si vuelve a suceder ese lanzamiento se cortará la música», afirma Ángel Miguel.