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La posible integración de la Escuela de Enfermería Dacio Crespo en la Universidad de Valladolid se perfila como una oportunidad clave para potenciar la investigación y avanzar en la especialización en el ámbito de los cuidados sanitarios. Esta Escuela, de titularidad provincial, fue creada en ... 1971 como centro de formación de Ayudantes Técnicos Sanitarios por la Diputación para atender las necesidades del entonces Hospital San Telmo. Con el tiempo, se transformó en escuela de diplomados en Enfermería en 1982, manteniéndose como centro adscrito a la UVA, pero sin llegar a integrarse plenamente en la estructura universitaria.
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«La escuela nació con el propósito de formar profesionales que pudieran prestar servicio en las estructuras asistenciales de la Diputación», explica María José de la Fuente, vicepresidenta de la Diputación. Sin embargo, la evolución del sistema sanitario y la apertura de grandes hospitales de la Seguridad Social generaron una mayor demanda de profesionales en otros centros públicos, lo que llevó a la Diputación a conservar esta estructura formativa.
Durante décadas, se han mantenido conversaciones entre la Diputación y la Universidad de Valladolid para explorar la integración total de la escuela. Estas negociaciones han pasado por momentos de entusiasmo y parálisis, incluyendo un intento fallido de completar el proceso en 2009. «Conversaciones y voluntad ha habido en más de una ocasión, pero si no se ha hecho es porque no se podía», sostiene la vicepresidenta. La situación llegó a un punto crítico en 2015 y 2016, cuando la escuela enfrentó el riesgo de desaparecer. «Se tomaron decisiones en inversión y dotación de personal docente, que han permitido a la escuela alcanzar un nivel de madurez que ahora hace viable plantear esta integración de manera realista», asegura.
Con el inicio de la reforma y la construcción de un complejo universitario que costará 7,12 millones, las negociaciones se han reactivado. «Hemos intercambiado datos e información sobre las condiciones actuales de la escuela y las necesidades de estudios similares para encontrar el mejor encaje posible», afirma la vicepresidenta. En este contexto, se creó un grupo de trabajo formado por técnicos de la Diputación y de la UVA para estudiar las cuestiones técnicas y jurídicas. En sus reuniones, la última en noviembre, se abordan temas como el tipo de cesión, la ocupación de los espacios y la financiación de los gastos de funcionamiento.
La Diputación, que actualmente destina cerca de dos millones al año para cubrir los costes de funcionamiento, incluyendo las nóminas del personal docente, mantiene un convenio con Sacyl para contar con profesores asistenciales que dedican parte de su jornada a la docencia. «Nuestro compromiso es mantener la calidad de la plantilla docente mientras buscamos el mejor modelo para avanzar en la integración», reconoce De la Fuente.
Uno de los retos más importantes es el ajuste de la estructura departamental, ya que actualmente la escuela no opera con departamentos como lo hacen las facultades de la UVA. «Es una cuestión formal de organización que requiere encontrar un modelo viable para ambas partes», explica De la Fuente. Además, el traspaso del profesorado supone un desafío significativo, ya que los docentes de la Escuela de Enfermería no están bajo las mismas condiciones. La integración requiere que la plantilla cumpla con la normativa de la Ley Orgánica de Universidades, un proceso complejo que incluye ajustes en las condiciones laborales y contractuales.
Entre las principales ventajas, la integración abriría posibilidades en investigación y especialización. «Palencia cuenta con dos de los centros sociosanitarios más grandes de la comunidad, lo que ofrece un potencial para desarrollar proyectos de investigación en cuidados sanitarios», señala la vicepresidenta. Además, permitiría impartir másteres, doctorados y programas de especialización, fortaleciendo el desarrollo profesional del alumnado y del profesorado. «El campo de la enfermería tiene un gran margen de crecimiento en posgrados y programas formativos que podríamos exportar desde Palencia si formamos parte de la UVA», destaca.
A pesar de los retos, la vicepresidenta insiste en que el nivel académico de la escuela es un motivo de orgullo. En el distrito de la UVA, la Escuela de Enfermería es el segundo centro más demandado, y ocupa el cuarto lugar en Castilla y León. «Nuestra escuela ofrece un currículo perfectamente homologado y equivalente al de cualquier facultad de Enfermería, pero la integración nos permitiría superar las limitaciones actuales y aspirar a nuevas metas», concluye. El grupo de trabajo –creado tras un encuentro que mantuvieron este verano la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, y el rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, en la que se valoró que es el momento de analizar la posible la integración– sigue evaluando todas las opciones para lograr un acuerdo que beneficie a ambas instituciones y garantice la sostenibilidad y excelencia de la Escuela de Enfermería en el futuro.
Mientras tanto, lo que ya está asegurado es que con la reforma integral del centro, la Escuela va a disponer de las mejores instalaciones de la Comunidad para impartir esta enseñanza universitaria y, por lo tanto, se garantizará su permanencia en Palencia.
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