Tercera RFEF

Inesperada derrota de un Becerril, que cae hasta el octavo puesto

Por su parte, el Mirandés B logró su tercera victoria consecutiva, además de tomar siete puntos sobre la decimoquinta posición, la de máximo riesgo de descenso por arrastre de la Arandina.

El entrenador del Becerril, Francis Olea, presentó las novedades de Riki en el lateral derecho y de Amado por el extremo izquierdo con respecto a la igualada contra La Virgen del Camino. Las sensaciones iniciales no fueron nada positivas. El visitante Gabri lanzó una vertiginosa diagonal desde el exterior derecho y disparó a las manos de Sevi. Una fuerte granizada superado el cuarto de hora de juego fue la antesala del primer tanto visitante. Aarón sacó tajada de un error en la salida del balón y atacó el espacio para plantarse en un mano a mano ante Sevi, al que superó con una vaselina de altura que se coló por la escuadra.

La velocidad de Blanco fue el recurso al que se aferraron los jugadores de Francis Olea. Sus desmarques de ruptura obligaron al portero Iago Domínguez a salir de la denominada zona de confort, además provocando una falta al borde del área por la que recibió tarjeta amarilla poco después de alcanzarse la media hora de juego. El propio Blanco ejecutó el tiro libre directo, que se marchó unos metros desviado de la portería. Ninguno de los entrenadores permutó piezas al arrancar la segunda parte. Amado intentó dar valor al paso adelante adoptado por el Becerril tras el paso por los vestuarios mediante una jugada individual de desequilibrio que concluyó con un lanzamiento que cogió más altura de lo aguardado. Toquero recambió al propio Amado unos minutos después.

La mejoría local desde el paso por los vestuarios tuvo la recompensa de la igualada momentánea. El delantero Mikel, el hombre más inspirado del Becerril de cara a portería a lo largo de la temporada, refrendó la mayor confianza del cuadro morado al materializar su decimosexto tanto del curso al recoger el rechace de una falta ejecutada por Blanco al poste en el minuto 59. Una de las claves de la inesperada derrota fue la fugacidad del empate. El Mirandés B volvió a apaciguar los ánimos de las gradas del Mariano Haro con la ejecución del 1-2 definitivo: el central Maiso fue muy valiente para avanzar en conducción y filtrar un pase interior que dejó a Gabri, un auténtico tormento para los defensores locales, en un nuevo mano a mano ante Sevi, y el atacante del filial jabato definió ajustado al palo en el minuto 65. Nachín relevó a Alberto como segundo y último recambio introducido por Francis Olea.

Por su parte, el técnico del Mirandés B, José Manuel Trejo, agotó el cupo de cinco sustituciones y tres ventanas a tal efecto. Los locales acusaron el nerviosismo de una situación inesperada. Será muy importante el encuentro de este miércoles (17:00 horas) ante el Cristo Atlético, séptimo y con un punto más, de nuevo en el Mariano Haro.