Ocurrió en mayo de 2016, cuando J. C., de 43 años, acudió como de costumbre a su gimnasio en el Sector 8. Cuando el hombre realizaba ejercicios en una de las máquinas de musculación, el cable de acero se partió, golpeándose fuertemente en la cabeza ... con la barra de agarre.
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Tras el accidente sufrido, J. C. fue atendido en el Hospital Recoletas de la capital palentina, donde le fue diagnosticado un traumatismo craneoencefálico que fue empeorando con mareos, cefaleas, ansiedad generalizada, crisis de angustia e imposibilidad para conciliar el sueño. Como parte de su recuperación, ha tenido que participar durante varios años en programas de rehabilitación en centros de atención del daño cerebral y tratamiento psicológico, evidenciándose finalmente por los servicios de neurología déficits significativos en su memoria, fluidez verbal, velocidad de procesamiento, sueño poco eficiente, muy perturbado y muy fragmentado, tratándose de secuelas que dificultan seriamente su interacción social.
El abogado al que la familia de J. C. encargó el caso, Abelardo Moreno, miembro del Colegio de Abogados de Madrid especialista en daño cerebral y presidente de la Asociación Neurolegal, asegura que, entre las principales secuelas de un traumatismo craneoencefálico están las neuropsicológicas, con alteraciones en la atención, la memoria, el aprendizaje, las funciones ejecutivas, las emociones, necesidades e impulsos, que plantean una «enorme dificultad para su valoración, al ser invisibles».
Esta invisibilidad da lugar, en muchas ocasiones, según el jurista, «a una infravaloración del daño cerebral ante la falta de información y formación de los operadores jurídicos que redunda en los derechos del afectado y su entorno familiar».
«Es una de las indemnizaciones más altas que se han reconocido en un accidente de estas características. Una cantidad que, por lo menos, podrá garantizar una vida más digna al lesionado, con acceso a mejores tratamientos para su mejor recuperación y calidad de vida, aunque nunca el dinero es lo suficiente para mitigar el grave daño sufrido», subraya el letrado Abelardo Moreno.
Tras la demanda interpuesta por J. C., que achacaba al responsable de la instalación deportiva palentina no haber mantenido los aparatos en condiciones de seguridad, un juzgado de Primera Instancia ha reconocido una de las mayores indemnizaciones por accidente en un gimnasio acordadas en España, ya que la víctima percibirá de la compañía aseguradora la cantidad de 300.000 euros.
La compañía aseguradora sostenía en un principio la falta de responsabilidad del gimnasio por la indebida utilización de la máquina de la que hacía uso el perjudicado, razón por la que la familia de J. C., a través del abogado Abelardo Moreno, interpuso una demanda, consiguiendo finalmente el letrado de J. C. y el de la compañía de seguros lograr llegar a un acuerdo, fijando una indemnización de 300.000 euros que fue aprobado y homologado por el juzgado.
«El sistema judicial y administrativo español debería contar con una guía definitiva para la valoración correcta de los graves daños y repercusiones que conlleva un daño cerebral», precisa el abogado especialista en daño cerebral y presidente de la Asociación Neurolegal.
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