Ilusión y miedo en el primer día de la fase 1 en Guardo

Durante la jornada de ayer, en la que el comercio tenía permitida su apertura y en la que se esperaban, por los memes en las redes sociales, colas en los bares, fueron dos los establecimientos hosteleros abiertos en el centro de la localidad, ambos con todas las medidas de seguridad exigidas por la normativa de Sanidad.

Uno de ellos, el Bar Venecia, cuyo dueño, Javier Fernández, aseguraba que la jornada estaba siendo tranquila, con una sensación «de muchas ganas, tanto la gente como nosotros». «Se ve que tienen ganas de salir y de poner venir a los bares», afirmaba este hostelero, que elogió el comportamiento de los guardenses.

«Se está viviendo con mucha ilusión y algo de miedo. Tenemos mucha ilusión por volver a empezar y por dar servicio a la gente, además de porque es una señal de que todo va a mejor y pronto comenzaremos la nueva vida normal, pero también algo de miedo a lo que pueda pasar», relató Susana García, gerente del Bar Centro, que también se mostró satisfecha con el comportamiento de su clientela. «La gente, muy bien. Les explicas que no pueden pasar al local, que no pueden consumir de pie, que tiene que ser sentados y no ponen ni una pega, esperan tranquilamente a que desinfectemos para sentarse. Así que muy bien», continuó.

Pero la hostelería no es el único sector que ayer abría sus puertas en la villa. Las administraciones de loterías eran otros de los negocios que han comenzado a recuperar la normalidad. «Necesitábamos trabajar, porque estábamos sin ingresos. La gente que vivimos de un negocio tenemos que abrir», incide Fidel Luis, de la administración de loterías número 2 de Guardo. «La gente está respondiendo, aunque estamos teniendo algo menos de afluencia de lo habitual, porque la gente aún no se ha enterado y no se realiza toda la actividad», prosigue. Además, el lotero explicaba que «en el estado en el que estamos, la gente está siendo muy responsable, aunque se nota algo de miedo». «Queremos funcionar con normalidad y, por supuesto, que empiece a trabajar todo el mundo», detallaba.

El único negocio abierto en la Calle Mayor era Fotografiarte, un establecimiento especializado en la fotografía y regentado por Nieves Ibáñez. «El confinamiento te hace perder clientela. Han sido muchos los trabajos que teníamos contratados, como bodas y comuniones, que han sido anuladas o aplazadas», explica esta joven guardense. Y es que lo que se deseaba en las calles de Guardo era, una y otra vez «que no volvamos para atrás».