El hotel Colón abrió con la llegada de la Vuelta Ciclista a Palencia en 1986

Rosón recuerda también el día de la apertura porque ese año pasó por Palencia la Vuelta Ciclista a España y muchos periodistas que cubrían la ronda se iban a alojar allí. «Necesitábamos abrir cuanto antes, porque ya teníamos apalabradas muchas habitaciones», rememora. La décima etapa partió de San Isidro y concluyó en Palencia, un total de 193 kilómetros, donde el irlandés Sean Kelly cruzó la meta palentina en primera posición (concluiría tercero la Vuelta) y donde el gallego Álvaro Pino se proclamaría ganador de la misma, según rememora también.

El hotel lo construyó su padre en 1986, mientras Raúl Rosón trabajaba en la industria farmacéutica en Jerez. A su fallecimiento, en 1995, decidió volver a Palencia y hacerse cargo del mismo. De lo que más orgulloso está de todo el hotel es de dos cosas: los huevos de Colón, tan característicos en la entrada del hotel, y unos arlequines dibujados en el lateral del mismo. Ambas obras son de Adolfo Paris Matías, aunque las figuras de la pared fueron tapadas por el edificio de al lado al año de pintarse. Aún se acuerda de ellas, que siguen escondidas entre ladrillos y hormigón.

Lo dirigió con ahínco desde entonces hasta hace diez años, que decidió que era el momento de jubilarse y se quedaron a cargo del mismo las empleadas del complejo. Hasta el 14 de marzo de 2020, cuando le anunciaron que lo cerraban para siempre. «Entonces, pensé en venderlo. Esperé un mes y lo puse a la venta, y en tres días estaba todo hecho, porque lo puse a buen precio», añade.

«Me explicaron que lo querían para abrir como apartamentos turísticos. Creo que es lo más rentable y lo pueden controlar ellos desde Venta de Baños y muy bien, se manejan muy bien en este sector y en Palencia no hay», analiza. «La inversión es costosa y lleva tiempo, pero les irá muy bien porque son empresarios», concluye.