El Hospital de Palencia incorpora un láser para tratar la próstata

Este procedimiento ofrece una serie de ventajas frente a las técnicas de cirugía tradicionales, como podrían ser la resección transuretral de próstata o la adenomectomía abierta, entre otras. Gracias a la técnica con láser, se reduce el tiempo de ingreso hospitalario y las complicaciones asociadas al mismo, el paciente se recupera mejor y más rápido del proceso quirúrgico y existe un menor riesgo de sangrado tanto durante la intervención como en el postoperatorio. Además, en la mayoría de los casos, es posible retirar al paciente la sonda uretral en menos de 24 horas tras la operación.

El nuevo equipo de láser del Caupa, de la firma alemana Richard Wolf, utiliza la técnica denominada Enucleación Prostática con Láser Holmium (conocida también como HoLEP, por sus siglas en inglés), que permite seccionar el adenoma prostático, se fragmenta en el interior de la vejiga y se evacuan los fragmentos a través de la uretra.

La técnica HoLEP es ya una realidad en el Caupa, habiendo precisado por parte de los profesionales de Urología del Complejo de una compleja formación en otros centros sanitarios con gran experiencia, tanto españoles (Hospital Virgen del Rocío de Sevilla), como internacionales en Frankfurt (Alemania) y Sofía (Bulgaria). Además, este láser se utiliza en otras patologías urológicas con muy buenos resultados, como el tratamiento de los cálculos urinarios.

El Servicio de Urología del Caupa, dirigido por Francisco Campanario, está realizando una apuesta clara por la cirugía mínimamente invasiva, tal y como demuestra, por ejemplo, el hecho de haber realizado más de 130 procedimientos laparoscópicos en el año 2022. El objetivo de la incorporación del láser no es otro que el de potenciar el desarrollo de estas técnicas mínimamente invasivas, consiguiendo unos resultados óptimos con el menor número de complicaciones posibles, mejorando así el bienestar de los pacientes.

Más de la mitad de los varones van a tener algún tipo de síntoma urinario a partir de los 60 años, como la dificultad para comenzar a orinar, la presencia de un chorro miccional que se corta, la urgencia o elevada frecuencia miccional nocturna, la incontinencia o, en los casos más avanzados, imposibilidad para poder orinar precisando de la colocación de un catéter en la vejiga para vaciarla. En el caso de que los síntomas anteriores sean leves, el tratamiento sería cambios en el estilo de vida.

Sin embargo, en caso de empeoramiento, habría que recurrir al uso de fármacos, siendo necesaria una intervención quirúrgica para desobstruir la próstata en los casos más graves o que no mejoran con las referidas medidas.