Las ovejas en Autillo de Campos y Abilio Herrador, trabajando. EL NORTE

192 horas de balidos desde Palencia hasta Georgia

Un ganadero de Autillo de Campos se jubila y vende trescientas ovejas al país euroasiático al no encontrar en toda España un relevo a su explotación

Domingo, 21 de noviembre 2021, 08:54

Cuidó a sus ovejas durante cincuenta años en Autillo de Campos hasta que le llegó el momento de jubilarse. Entonces comenzó a buscar quién quería continuar con ese negocio, después de dedicar medio siglo de su vida a la ganadería. Los hijos de Abilio Herrador ... ya estaban colocados -uno de ellos se quedó con la agricultura-, por lo que puso un anuncio en Internet, en portales de agricultura y ganadería como Agroanuncios, Agroterra o Indoagro, poco conocidos para la mayoría, pero de mucho uso y utilidad para los profesionales del sector.

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Y las trescientas ovejas se trasladaron desde Autillo de Campos hasta Georgia, concretamente hasta Tiflis, su capital. Se despidieron de la explotación ganadera palentina y viajaron en camión, cuyo porte costó 18.000 euros, durante ocho días antes de llegar a su destino. «Cada 24 o 30 horas las bajaron para que descansasen, ya tienen ciertos puntos establecidos, sobre todo en la Comunidad Económica Europea, que les obligan a hacerlo por el bienestar animal», señala Abilio Herrador.

El recorrido pasó por Francia, Alemania, Polonia, Bielorrusia y Rusia. No cruzaron por Croacia, que era más directo o por Turquía. «Han tenido que dar la vuelta por Rusia hasta entrar en Georgia, será por motivos políticos», agrega el ganadero. «Lo hicimos a través de una empresa de Madrid que se encarga de exportarlas. Yo he mandado trescientas, pero de Castilla y León han salido más. Y en total, de España llegarán unas 5.000», afirma Abilio, cuya explotación es de raza Assaf, las que se utilizan para la leche.

«Me dio mucha pena haberme despedido de ellas. ¡Me la está dando ahora mismo solo de pensarlo!», reconoce. «Pero por esta zona o por el resto de España nadie las quería, nadie preguntaba por ellas. Se están perdiendo las explotaciones familiares, que llegaban a producir el 70% de los quesos, pero ya no hay continuidad», se lamenta.

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«Es difícil, muy difícil encontrar a alguien que quiera venir aquí a trabajar en la ganadería. Y a mí las ovejas me daban más libertad que trabajar en una fábrica, que me parece más esclavo, que también lo he probado. Eso sí, te tienen que gustar, pero sin duda es un medio de vida bueno», asegura.

Ovejas criadas por Abilio Herrador se pueden encontrar en Ciudad Real, en Navarra, en Cataluña, en distintos puntos de España y ahora también del extranjero. «Tenían una genética muy buena de producción porque las he ido controlando, criando lo mejor, buscando carneros mejorantes, sementales buenos y al final tenía unas ovejas con cuatro litros de leche. Y eso que empecé con medio litro, no más», analiza con orgullo.

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Después de los ocho días de carretera, solo tres ovejas murieron en el camino y Abilio pudo verlas en su nuevo hogar. «Me mandaron un vídeo nada más llegar», argumenta. También le ofrecieron trabajo durante tres meses para que fuese a Georgia a enseñarles el oficio. «Pero yo ya tengo 70 años, tengo mujer y nietos. ¿Dónde voy a ir ya? Además, el idioma es otro obstáculo, sin duda», concluye con pesar.

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