A Jorge Bores García, de 22 años, la pasión por los malabares le viene desde Primero de la ESO, cuando en una clase de Educación Física hizo un ejercicio con pelotas de arroz y le picó tanto el gusanillo que, posteriormente, se fue a Burgos ... a conocer a artistas de calle. Pero este velillense no se detuvo ahí y se fue después a Barcelona para matricularse en el Centro de las Artes del Circo de Rogelio Rivel (hermano de Charlie Rivel, que fue el payaso, mimo, acróbata, trapecista y artista circense de España más popular, universal y uno de los mejores del mundo de su época). Y en esa escuela (es, junto a Carampa, en Madrid, la única en España) nda ya por su segundo año de estudios, pero ha tenido tiempo para sorprender en su Velilla natal a los vecinos de la localidad norteña con un reto que inscribirá en el libro 'Guinness World Records'. Y es que el domingo, en el Centro de Día de Velilla y como homenaje a la minería de la comarca, paró el crono en 1 hora, 44 minutos y 17 segundo haciendo malabares con tres piedras de carbón de la zona.
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«Quería batir un récord en las navidades, y como la Térmica de Velilla se ha ido al garete, quería hacer un homenaje a la gente que había trabajado allí y también a los mineros, así que, qué mejor que hacer malabares con piedras de carbón. Buscamos unas que fueran redondas, aunque algunas ha habido que limarlas un poco», señala Jorge Bores García, que aprovechó también el reto para colaborar con Cruz Roja y recoger comida para familias necesitadas.
«No pudo ir mucha gente por la situación de pandemia», agrega este joven velillense, que graba todos los retos que se propone y los manda a la marca global para que quede constancia de ellos. «Tardan mucho en revisarlos, pero ya me cercioro yo antes de que los retos que hago son récord Guinness», agrega Jorge Bores García, que el pasado verano, en su propósito igual que ahora de promocionar también el circo, ascendió todos las cumbres de la Montaña Palentina haciendo malabares.
«Peñamayor, Peña Lampa, La Cruz... Menos el Espigüete, todos. Fue una forma de promocionar también la Montaña Palentina de una forma distinta», concluye el joven de 22 años.
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