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San Pedro Cultural fue escenario del homenaje al astrofísico palentino José Francisco Sanz Requena. Algo más de cien asistentes llenaron un monumento estelar que fue en tantas ocasiones hogar de charlas y conferencias de Sanz Requena. Todos ellos se reuniones para recordar la vida y obra del científico palentino ... , en un evento que, lejos de ser una despedida, se convirtió en una celebración de su legado tanto personal como profesional. Un emotivo y sentido homenaje medio año después de que el astrofísico palentino falleciese de manera repentina a los 57 años por un infarto.
José Francisco Sanz Requena, reconocido como el decano de los astrónomos observacionales de Castilla y León, dejó una profunda huella no solo en el ámbito científico, sino también en la vida cultural y social de Palencia. Su figura congregó a compañeros, amigos y familiares en una celebración donde la ciencia, la música y las anécdotas fueron las grandes protagonistas. «Nuestro único deseo es honrar su memoria, pero no con tristeza, sino con alegría. No es una despedida, sino una fiesta para celebrar su vida», destacó su hermano, Jesús Sanz Requena, quien también es miembro del grupo musical Stereo Grace, encargado de amenizar la velada.
El homenaje dispuso de varias intervenciones de amigos, familiares y compañeros de Sanz Requena intercaladas con la música a cargo del grupo Stereo Grace. Las dos grandes pasiones de José Francisco, la ciencia y el rock and roll, encontraron un punto de convergencia en esta tarde especial. «Las experiencias vividas con Fran son el epicentro de esta celebración. No es un evento científico ni tampoco un concierto. Es recordar su figura a través de las personas a las que dejó huella», expresó Fernando Buitrago, investigador de la Universidad de Valladolid (UVa) y excompañero de Sanz Requena.
Nacido en Peñafiel en 1966, creció en la provincia de Palencia, y como bien saben los que lo conocían de cerca, siempre se identificaba como palentino donde quiera que estuviera. Así, entre anécdotas, música, ciencia y rodeado de sus seres queridos, Becerril de Campos rindió homenaje a una figura imprescindible para Palencia, no solo por sus logros científicos, sino también por su imborrable huella humana.
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