Dos hombres asumen siete años de cárcel por un atraco en el club Sotoblanco de Villamuriel
Agredieron con una barra y una lima metálicas y robaron a un cliente, el cocinero y tres mujeres, y reventaron las máquinas tragaperras
Dos hombres, A. F. J. e I. M. R. A., que se encontraban en prisión provisional por los hechos, asumieron ayer en el Juzgado de ... lo Penal de Palencia una pena de tres años y medio de cárcel cada uno por un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada y tres multas cada uno de 180 euros por tres delitos leves de lesiones, después del acuerdo de conformidad al que llegaron con la Fiscalía, que solicitaba inicialmente para cada uno de ellos una pena de cinco años de prisión por el atraco cometido el 5 de junio de 2020 en el club Sotoblanco de Villamuriel de Cerrato.
Los hechos se produjeron en torno a las 16:00 horas y se prolongaron hasta prácticamente las 17:00 horas, cuando los acusados A. F. J. e I. M. R. A., «puestos previamente de común y mutuo acuerdo, y guiados por la intención de obtener de forma rápida un ilícito beneficio», según el escrito del fiscal, se acercaron al Club Sotoblanco, ubicado a la altura del punto kilométrico 86,500 de la carretera N-620, en el término municipal de Villamuriel de Cerrato. Tras entrar en el interior por la puerta trasera que se encontraba abierta, I. M. R. A. con la cara a medio cubrir hasta la nariz con un pañuelo y A. F. J. a cara descubierta y con guantes de béisbol, accedieron al comedor, asumiendo ambos el uso de violencia física frente a quienes les sorprendieran en su ejecución.
Allí se encontraban G. R. S., hospedado en el establecimiento y J. J. A. M., cocinero del mismo, manifestando los condenados a gritos que «venían a por las perras y todo lo que hubiese, que se lo dieran porque si no les mataban», según el fiscal. Al tiempo, A. F. J. sacó una varilla metálica de más de un metro que llevaba por dentro de la camisa por la parte izquierda e I. M. R. A. esgrimía una lima metálica con mango de madera de 27,5 centímetros la parte metálica y 12 centímetros el mango de madera.
Cuando G. R. S. intentó salir para llamar a la Policía, I. M. R. A. le arrebató su teléfono móvil, esgrimiendo la lima diciéndole que «si denunciaba los hechos, le mataba, que ya le conocía», y en su segundo intento le golpeó con la barra de metal en la espalda, cayendo al suelo, al tiempo que era conminado por A. F. J. diciéndole '!mátalo, mátalo!, porque si se van nos denuncian', quitándole igualmente dos anillos que posteriormente tiraron al suelo. Cuando J. J. A. M. intentó salir hacia afuera, A. F. J le golpeó con la lima de madera dándole en la parte derecha de la espalda.
A continuación, los acusados destrozaron la máquina tragaperras, de la cual sustrajeron 620 euros en billetes y 714,50 en monedas. Posteriormente, se dirigieron a las habitaciones, rompiendo cerraduras y puertas en su acceso, en una de las cuales se encontraba acostada C. A., conminándole A. F. J., quien llevaba una mochila, a que le diera el dinero, portando la barra de hierro en su mano, cogiéndole de la mesilla el teléfono móvil y anillos de plata, dándole una patada en el costado cuando se levantó de la cama diciéndole que 'si se movía le mataba'.
A continuación se dirigió a la habitación de otra mujer, G. C. P., con la barra en la mano, gritándole '¡esto es un atraco!' 'Si te mueves te pego', cogiéndole una tablet y gritándole 'dame el dinero, dame el dinero', para a continuación salir de la habitación y dirigirse a otra máquina tragaperras golpeándola con la barra.
Después se dirigió a la habitación de otra mujer, M. A., que se encontraba descansando, intentando abrir la puerta de su habitación, llamando esta al gerente del club, entrando con la barra de hierro y solicitando que le diera el dinero que tuviera, manifestando la misma no tener nada, revolviendo en sus cajones y denunciando que se habían apoderado de dos cadenas de plata, unos pendientes chapados de oro, una alianza de plata y un anillo de plata. Posteriormente, y en su salida, se encontraron con el dueño del club, J. L. C. E., y según salían, I. M. R. A. le amenazó con la barra que portaba.
Ambos acusados se dirigieron hacia la autovía, saltando la valla de seguridad de la autovía A-67, atravesando la misma y saltando del otro sentido de circulación, para pasar a un camino de servicio paralelo a la autovía. Una vez establecido el dispositivo de búsqueda, en el camino de servicio con dirección a Calabazanos se procedió a interceptar un vehículo, personándose el responsable del establecimiento, quien reconoció a A. F. J. e I. M. R. A. en el interior del mismo, interceptados 'in fraganti' huyendo del lugar con los objetos del delito en su poder.
Como resultado de la conducta de los condenados, J. J. A. M. sufrió una contusión de unos 10 centímetros de longitud en región subescapular derecha; G. R. S., una contusión equimótica en espalda con dolor lumbar y hematuria microscópica; y C. A., una contusión en hombro derecho y contusión costal en base de hemitórax derecho y contusiones equimóticas circulares en brazo derecho.
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