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Cristina C., la madre de las dos menores que el pasado 10 de febrero acudieron por la mañana semidesnudas y sucias a un supermercado de la calle Diagonal, en el barrio de San Antonio, a comprar comida por orden de su padre, que fue detenido ... después por un presunto delito de abandono de menores y puesto en libertad con cargos, se encuentra a la espera del informe psicosocial solicitado por la Junta de Castilla y León para celebrar la vista en el Juzgado de Instrucción número 6 de Palencia, que instruye el caso, con la esperanza de poder recuperar a las dos niñas, que en el momento de los hechos contaban con 6 y 8 años y que siguen acogidas temporalmente por la Fundación Mensajeros de la Paz.
Cristina C., de 44 años cuando fue detenida el 11 de febrero, un día después de los hechos, a su vuelta de Madrid, adonde asegura que fue en busca de trabajo, ve a sus hijas en el punto de encuentro familiar de la Asociación para la Protección del Menor (Aprome) y ansía poder recuperarlas, más ahora que el padre de las dos menores, un gaditano que contaba con 59 años en el momento de los hechos, fue encontrado muerto el pasado 30 de octubre en la habitación de tenía alquilada en la zona de la avenida de Santander.
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«Cristina está trabajando y está en los planes de intervención del Ayuntamiento», subraya su abogado, que espera que la vista en el Juzgado número 6 pueda celebrarse antes de Navidad.
Los hechos se remontan a las 10:30 horas del pasado 10 de febrero, cuando las dos niñas, semidesnudas y sucias, accedieron al supermercado Dia ubicado en la calle Diagonal, en el barrio de San Antonio de la capital, para comprar comida por mandato de su padre. «Una de ellas iba con un chaleco con los brazos desnudos, sin más ropa por arriba, y la otra, con una abrigo que no sabía atarse y tampoco llevaba nada más por arriba. Zapatos sí que llevaban, y vestidas de cintura para abajo, también. Las conocemos de verlas con sus padres, que viven a la vuelta de la esquina. Las vimos que estaban comprando con el carrito y que iban con el dinero, son muy listas pero pensamos que venían con sus padres. Cuando vimos que no, les preguntamos que dónde estaban. Nos dijeron que su papá estaba en casa y entonces ya llamamos a la Policía Nacional y estuvimos un ratito con ellas, les dimos de desayunar», señaló a este periódico días después de los hechos la responsable del supermercado, que no podía dar crédito a lo que estaba viendo.
«Los policías estuvieron de maravilla. Uno de los agentes se quitó la chaqueta para tapar a una de las niñas y las metieron en el vehículo patrulla diciéndoles que se lo iban a pasar 'guay' en el coche. ¡Unas niñas tan pequeñas solas y semidesnudas!», enfatizaba la responsable del establecimiento, que fue quien dio aviso a la Policía. Tras localizar el domicilio de las menores, los agentes se trasladaron a la vivienda, donde se pudo comprobar que se encontraba en un absoluto estado de insalubridad, con basura, suciedad e incluso insectos. En el interior de la vivienda estaba el padre de las menores, que fue detenido y puesto en libertad por necesidades médicas, no sin antes informarle de las advertencias legales respecto a la obligación de comparecer ante el juzgado y de la obligación de comunicar cualquier cambio de domicilio.
Cristina C., que se encontraba fuera de la ciudad, fue detenida a su regreso en la tarde del domingo y, tras ser puesta a disposición judicial, quedó en libertad con cargos. Las niñas, una vez reconocidas y acreditado su buen estado de salud por los médicos del Servicio de Urgencias del Hospital Río Carrión de Palencia, quedaron a disposición de los Servicios Sociales.
Violencia de género
La madre de las dos niñas sigue insistiendo en que en el germen de todos los problemas está en su expareja, encontrado sin vida el pasado 30 de octubre. Ella asegura que ha sido víctima de violencia de género durante dos años y que le denunció el pasado 13 de febrero, dictando la titular del Juzgado número 6 de Palencia orden de prohibición de acercamiento a menos de 200 metros, de comunicarse con ella y la inmediata salida del domicilio. Cristina C. ya le había denunciado anteriormente y retiró la denuncia «porque se puso enfermo y me daba pena».
Esta fue la segunda vez que a esta mujer le quitan la tutela de las niñas. Recuperó a las dos menores en septiembre del año pasado, pero su pareja volvió a tener problemas con el alcohol y de salud. «Desde entonces hubo insultos, maltrato... Yo aguantaba porque si denunciaba, él decía que me mataba o que le hacía daño a las niñas, por miedo seguí adelante. Llevábamos casi diez años juntos», apostillaba la madre de las dos menores.
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