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La periodista y escritora Nieves Herrero, segunda por la izquierda, el sábado en un coloquio sobre Guiomar. Marta Moras
La Guiomar más palentina

La Guiomar más palentina

La exposición sobre Pilar de Valderrama redescubre a una familia creadora que tuvo  como referencia geográfica la finca El Carrascal, entre Villaldavín y Paredes

Domingo, 24 de junio 2018, 23:43

El gran poeta sevillano Antonio Machado, Pilar de Valderrama, su musa, y el escultor palentino Victorio Macho son los protagonistas más conocidos de la exposición, pero hay otros menos conocidos pero no menos importantes. Otros protagonistas son Rafael Martínez Romarate, el marido de Pilar de Valderrama; Soledad Martínez Romarate, hermana de aquel y primera mujer de Victorio Macho; y Domingo Viladomat, pintor, yerno de Rafael y de Soledad. En este esquemático árbol genealógico el último eslabón es Alicia Viladomat, hija de Domingo y de Alicia, hija mayor de Pilar de Valderrama y Rafael Martínez Romarate. Esta mujer, hija única y nieta única, se ha convertido en el custodio del archivo familiar, que después de investigar y ordenar, ahora expone para divulgar la dimensión creadora de su familia, pero también para demostrar que Pilar de Valderrama, su abuela, no fue una simple musa de uno de los mas grandes poetas españoles, sino que ella también escribió poesía, era una mujer culta, formada intelectualmente y que se codeó con lo más ganado de la vida literaria e intelectual de su época.

El matrimonio de Pilar de Valderrama con Rafael Martínez Romarate une a la musa de Machado con Palencia. La casa familiar de los Martínez Romarate en la capital, ubicada en la plaza de San Pablo, y sobre todo la finca El Carrascal, entre Villaldavín –pedanía de Perales– y Paredes de Nava, van a ser testigos y escenario de la vida de este linaje que hoy popularmente se calificaría de abolengo, y que tiene en Alicia Viladomat, psicóloga y comisaria de la exposición, el eslabón que ha hecho florecer su pasado.

La muestra 'En torno a Guiomar. Pincel y pluma por tierras castellanas', que se puede contemplar en el Centro Cultural de la Diputación hasta el 6 de julio, está estructurada en tres partes: la primera está centrada en la figura de Pilar de Valderrama; la segunda, en su familia y a tercera consiste en una exposición de cuadros de Domingo Viladomat inspirados en Castilla, fruto de las estancias del artista en El Carrascal.

Pilar de Valderrama Alday de la Pedrera nació en Madrid el 27 de septiembre de 1889. Su padre fue un político militante del Partido Liberal que, como gobernador civil de Zaragoza le toco gestionar unos disturbios contra el jefe de la oposición, Antonio Cánovas del Castillo, en una visita a esa ciudad aragonesa. La gestión de esos disturbios y las tensiones que padeció este joven político desencadenaron una enfermedad mental que obligó a la familia a trasladarse a la ciudad cordobesa de Montilla, donde vivía la familia Valderrama.

Pilar vivió una infancia y adolescencia difícil, marcada por la enfermedad de su padre y la tristeza que embargaba a su madre. El progenitor falleció cuando Pilar tenía seis años. Con su madre y sus hermanos se trasladó a Córdoba y dos años después a Madrid, donde estudió en un colegio donde se educaban las hijas de las familias más distinguidas de la burguesía madrileña.

La sensibilidad que evidenció más tarde en su poesía se arropó con una educación que le proporcionó una amplia cultura en literatura, música o francés, entre otras especialidades, que le permitieron cartearse con lo más granado de la cultura española.

La exposición lo ratifica. En ella se presentan cartas y libros de Gerardo Diego, Francisco Cossío, Concha Espina, Vicente Alexandre, José Luis Cano y Azorín. No obstante, en el catálogo se recogen otras relaciones de Pilar, como Ramón Menéndez Pidal, María de Maeztu, Zenobia Campuri, Mariano Fortuny, Gregorio Marañón y Jorge Guillén, entre otros muchos.

Pilar de Valderrama escribió cinco libros de poesía: «Huerto cerrado» (1929), «Esencias. Poemas de verso y prosa» (1930), «Holocausto» (1943), «Espacio» (1958) y «De mar a mar», libro póstumo editado en 1984, de los que se muestra ejemplares. Fue miembro de la Real Academia Hispanoamericana, como se constata en el diploma de 1930.

Expuesta esta visión de Pilar de Valderrama como una mujer culta y refinada, el visitante se adentra en su relación con el poeta de Campos de Castilla, que parte de un cuadro de grandes dimensiones titulado 'Antonio Machado y su musa', pintado en 1924 por Leandro Oroz Lacalle (Bayona, Francia, 1883-Madrid, 193), un pintor y grabador que participó en las Exposiciones Nacionales, logrando en dos ocasiones las segundas medalla. El lienzo expuesta muestra a un Machado pensativo mirando hacia el espectador, mientras que ella aparece leyendo, de perfil orientado hacia su amante, todo ellos envuelto en un paisaje romántico.

La historia de Pilar de Valderrama y de Machado comenzó en junio de 1928. Él era profesor en Segovia y ella una mujer casada que recibe de su marido, Rafael Martínez Romarate, una noticia: una mujer que se había tirando por la ventana de su casa en la calle Alcalá era su amante desde hacía dos años. Despechada, Pilar se marcha a Segovia, donde pasaba los veranos con sus hijos y donde encontraba paz y sosiego. A través de María Calvo, hermana de actor Ricardo Calvo, que era profesora de sus hijos, lleva un carta de presentación para conocer a Machado, que se hospedaba en el hotel Comercio. Fue en el vestíbulo, el 2 de junio de 1928, cuando se produce el primer encuentro, en el que ya Machado, que tenía 53 años y estaba viudo, se enamoró de Pilar, de 39. «En mi jardín te he soñado, / alto, Guiomar sobre el río, / jardín de un tiempo cerrado / con verjas de hierro frío», escribió el poeta en un verso escrito en la sala del Centro Cultural. Y Ella responde: «Y al fin, irás un día a tenderte en el suelo, / ¿cerca o lejos? ¡Qué importa! por la vida pasó / este amor sin mancharse, y al reencontrarse luego, / con mi mano en su mano, te llevaré hasta Dios».

La relación duró ocho años. Se veían en Madrid, en los jardines de Moncloa y en un café en Cuatro Caminos, cuando hacía frío. Se tiene constancia de que él la escribió más de 200 cartas –una o dos por semana–, pero Pilar de Valderrama las quemó todas menos 36, que se conservan en la Biblioteca Nacional.

Muchas de esas cartas tenían como destino El Carrascal, así como la de otros muchos intelectuales con los que se carteaba Pilar. Visi, de 90 años, la hija del cartero que entrega la correspondencia a la finca –y ella misma fue cartera también–, no ocultó el pasado martes su emoción al contemplar la exposición en el Centro Cultural Provincial.

La musa de Machado fue también determinante en la obra machadiana de teatro 'La Lola se va a los puertos', como se constata en documentacón expuesta.

¿Por qué Machado llamaba Guiomar a Pilar? Alicia Viladomat, comisaria de la exposición, dice que no se conoce una respuesta contundente, pero que pudo ser porque Guiomar, que rima con Pilar, era la mujer del genial paredeño Jorge Manrique, autor de las 'Coplas a la muerte de su padre', por el que machado tenía una devoción literaria. La relación de los dos amantes la reveló ella misma en un libro póstumo publicado en 1981, titulado 'Sí. Soy Guiomar'.

La muestra incluye un rincón dedicado a Victorio Macho, con la exposición de cuatro cuadros que nunca se habían expuesto: los retratos de Pilar de Valderrama y Rafael Martínez Romarate y otros dos de Soledad Martínez Romarate, la primera mujer de Victorio Macho, con la que se casó siendo ella viuda; un busto de Alicia Martínez Romarate, madre de la comisaria de la exposición, y una maqueta del monumentos dedicado a Benito Pérez Galdós que está dedicado a Rafael.

El segundo capítulo de la exposición está dedicado a la dimensión creativa de la familia de Pilar de Valderrama. Su marido fue un conocido luminotécnico del teatro María Guerrero –tuvo mucho éxito la representación de 'Don Juan Tenorio', dirigido por Luis Escobar y con decorados de Salvador Dalí– y anteriormente un precursor del teatro de cámara con la puesta en marcha del Teatro Fantasio, en 1929 y 1930, que creó en el palacete donde residía en el paseo del Pintor Rosales en Madrid.

Los tres hijos del matrimonio también fueron creadores: Alicia fue actriz del María Guerrero, María Luz fue poeta y dibujante y Rafael, el pequeño, que murió con 23 años, es autor del libro 'Ofrenda de sombras'. Alicia destaca también por laaugora de la obra de teatro 'El faro de Festelnay', que fue adaptada en 1948 al cine con el título 'Dos mujeres en la niebla', dirigida por Domingo Viladomat, su marido.

Precisamente, con Domingo Viladomat concluye la exposición. Viladomat fue un reconocido pintor (Madrid, 1913-Polop de la Marina, Alicante, 1994) del que se exponen trece cuadros inspirados en motivos castellanos, fruto de sus estancias en la finca El Carrascal. Una de las obras es el gran cuadro 'El Cristo de los cardos', pintado en los años setenta, un original crucificado, en el que Cristo aparece rodeado de cardos, que simbolizan el sufrimiento y la humildad, y sin rostro, ya que el pintor se hace eco del desconocimiento de cómo era realmente la cara de Jesucristo, y mucho más en el padecimiento en la Cruz. Domingo Viladomat evidencia en estas obras su buen hacer pictórico, su conocimiento y manejo de dibujo y una pintura creada a base de oficio y una técnica exquisita, como se observa en los pliegues de las telas, en el tratamiento de las figuras y en las tonalidades de ocre que caracterizan los campos castellanos.

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