Palencia

El grado de Relaciones Laborales celebra una década con un 80% de empleabilidad

Con motivo de esta fecha, se ha celebrado una jornada sobre salidas profesionales de este grado protagonizada por algunos de los alumnos de la primera promoción, que presentaron y compartieron su trayectoria con los actuales estudiantes para poder resolver sus dudas o consultas.

Este aniversario coincide con la reciente creación de la Facultad de Comercio y Relaciones Laborales tras suprimirse las de Comercio del campus vallisoletano y Ciencias del Trabajo, del palentino. Esta decisión no ha implicado la extinción de ninguna de las titulaciones, que se imparten actualmente y, además, ha incorporado la doble titulación en Comercio y en Recursos Humanos y Relaciones Laborales.

El objetivo principal de esta unión ha sido poder conseguir una mejora en la ordenación académica, un fortalecimiento de la oferta formativa, una optimización de la utilización de infraestructuras y una organización de recursos humanos. De hecho, esta titulación solo se imparte en la Universidad de Valladolid, siendo los campus de Valladolid y Palencia los únicos en acogerla.

Ana Ortega, que ha sido vicedecana de Extensión Universitaria y Comunicación de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Valladolid, explica que este es un grado «muy polivalente» y que también «permite salirse de lo que es propiamente las relaciones laborales y recursos humanos ya que en todos los ámbitos hay que gestionar personas».

En este mismo sentido, José Antonio Orejas, decano de esta facultad desde hace más de 16 años, señala que se trata de una titulación demandada dentro del mercado de trabajo porque es fácil encontrar un empleo. «Muchas veces no se traslada la demanda de esta titulación al mercado de estudiantes», agrega.

También afirma que uno de los puntos débiles de esta titulación es la falta de graduados que se dediquen al emprendimiento ya que, a pesar de lo que se ha trabajo desde las aulas, solo el 2,7% de alumnos se ha dedicado a ello. «Hemos sembrado mucho en este aspecto, pero nunca hemos recogido la cosecha», reconoce José Antonio Orejas.

Una jornada en la que se compartieron muchas experiencias laborales y personales y un gran número de testimonios que aportaron todo lo que han aprendido durante estos diez años de experiencia laboral tras salir de las aulas. Es el caso de Soledad Fernández, actual profesora de Derecho Mercantil de la facultad tras haber hecho el doctorado para poder impartir clase.

Fernández apostó por la carrera universitaria dejando su trabajo en Siro, donde entró como becaria en tercero de carrera, para optar a uno de los contratos. Finalmente, consiguió uno en la Universidad de Valladolid donde ha podido trabajar como profesora predoctoral. Actualmente, ya es doctora y ahora puede optar a una plaza que espera poder obtener en este campus.

Una experiencia muy diferente ha vivido Héctor González, que trabaja como director comercial en una empresa de Cuéllar (Segovia) en la que hay más de 170 trabajadores. «Los recursos humanos son esenciales, pero las ventas también. Tengo suerte porque siempre me ha gustado vender y mi carrera siempre ha ido encaminada al departamento comercial», reconoce.

González asegura que una de las características por las que eligió esta carrera es su transversalidad. «Lo más importante son las personas y me fijé en que dentro de la carrera había cinco o seis tipos de derechos, estadísticas o psicológicas. Tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta y esta es de las pocas carreras que tiene esta faceta transversal», sostiene.

En este sentido, recomienda a los jóvenes que lo más importante es «estar implicados en lo que hagáis, sea lo que sea. Es la única forma de triunfar y que no seáis uno más».

David Fernández empezó en la Fundación Intras, donde lleva más de diez años integrando personas con enfermedad mental grave y prolongada en el sistema laboral. «Hacemos lo que otras empresas no hacen o no quieren hacer. El mismo problema que tienen mis compañeros para encontrar personal le tengo yo. Cada día hacemos una cosa nueva», asegura. Fernández recuerda que entró como becario gracias a una beca del Banco de Santander y animado por el decano, José Antonio Orejas, que le empujó a elegir esta oportunidad frente a otras. Una decisión de la que no se arrepiente y que le ha permitido crecer laboralmente en la misma organización durante los últimos diez años.

Elena Santander, otra antigua alumna, comparte desde Vitoria, donde trabaja, su experiencia profesional, que le ha llevado a ser consultora en una empresa tecnológica de la capital vasca. Nunca pensó que este sería su trabajo ya que tiene un componente digital muy importante, pero le está permitiendo aprender y crecer profesionalmente.

«Me ha permitido conocer la realidad de muchas empresas ya que nosotros trabajamos por proyectos. Aparte de la formación de la carrera también me he tenido que formar tecnológicamente en programación y base de datos. Es diferente pero también muy interesante. Nuestros puestos por lo general están ocupados por un perfil informático», afirma.

«La fusión, que se materializó en diciembre, ha sido muy larga en su tramitación. Nosotros sentíamos eso. Creo que empezamos antes el doble título que la fusión y tenemos un doble grado del que nos sentimos tremendamente orgullosos porque realmente el coste es cero. No costó nada a la Universidad de Valladolid. Tiene cuarenta plazas, se cubren y hay personas que quedan fuera», destaca el decano de Ciencias del Trabajo, José Antonio Orejas, en relación a la doble titulación en Comercio y en Recursos Humanos y Relaciones Laborales.

«Combina dos aspectos, el marketing y los recursos humanos, ambos aspectos muy importantes en la empresa. Esta primera promoción tiene un nivel altísimo. Yo creo que ese alto nivel, unido al liderazgo y al espíritu vivo que tienen estos jóvenes, pueden dinamizar el territorio. Y, además, yo creo que tanto Comercio como nosotros tenemos la misma visión de lo que ha de realizar la Universidad en relación con el territorio donde se encuentra. Por lo tanto, estamos muy orgullosos del doble grado, que es lo más importante de la fusión», agrega.

«El doble grado se imparte tres años en Valladolid y dos en Palencia. Lo esencial es que, al unirse dos centros que participan de una misma filosofía, se puedan crear nuevas sinergias y, por supuesto, atraer talento. Yo tengo tres ideas muy claras en la Universidad. Una es la internacionalización. Comercio y nosotros somos los que más convenios Erasmus tienen de toda la Universidad de Valladolid y, posiblemente, de Castilla y León. Internacionalizar significa que un alumno pasa por una experiencia única en la vida que hoy en día se valora mucho a la hora de seleccionar a una persona para un puesto de trabajo», señala José Antonio Orejas, que alude también a la virtualización.

«Lo he dicho hace muchísimos años, la Universidad de Valladolid es muy reacia todavía al ámbito virtual. Por lo tanto, vamos con muchísimo retraso con relación a la virtualización. Y después hay un aspecto que tiene que ver con la sostenibilidad. Y sostenible significa que la Universidad pueda devolver de alguna medida todo aquello que recibe, que es un esfuerzo muy importante de los que pueblan este territorio que está, por cierto, muy escasamente poblado», concluye.