Una gestora toma el control de Lantadilla tras la dimisión de la corporación municipal

La secretaria volvió a su cargo en enero después de una sentencia absolutoria y, tras su vuelta, todos los concejales decidieron abandonar sus responsabilidades políticas porque entendían que el funcionamiento normal del Consistorio era imposible con la presencia de Romero, contra la que en 2015 hubo incluso una manifestación «ante la posible desaparición del Ayuntamiento por la reiterada negligencia en el cumplimiento de sus funciones».

Cuatro meses llevaba el Ayuntamiento sin alcalde ni concejales y ha sido necesaria la constitución de una junta gestora –formada por los populares Maribel Campos, Raúl Vallejo, Ana Rosa García Benito, Narciso Coloma y Beatriz Martín– para que se retomara la actividad municipal en un ambiente que solo Berlanga podría relatar de una forma fidedigna.

Este insólito acto de constitución de una gestora por la dimisión de toda la corporación se dio ayer por primera vez en la provincia. El miembro más joven de la comisión, Raúl Vallejo, entregó el bastón de mando a la presidenta de la gestora, Maribel Campos, que hará las veces de alcaldesa. Vallejo espetó un «enhorabuena» a Campos tras entregarle el bastón, y de esta forma arrancó esta nueva etapa para el Ayuntamiento de Lantadilla. No obstante, esa felicitación del miembro más joven de la mesa bien podría haber sido un pésame, y es que el problema al que se enfrenta ahora Campos se antoja enorme por la cantidad de trabajo pendiente y la necesidad de saber si las razones que llevaron a la corporación municipal a dimitir son tan graves como aseguraban los anteriores dirigentes. «Queremos hacer borrón y cuenta nueva», apuntó la presidenta de la gestora, que, tras ese borrón del que habla, volverá a dar el bolígrafo a la secretaria para que haga esos papeles que corresponden a su cargo y que, según el Movimiento Vecinal de Lantadilla, no hace.

El orden de prioridades de la comisión gestora está claro y Maribel Campos asegura que la primera actuación que desea llevar a cabo es pagar a los empleados municipales –el alguacil, la empleada del centro de día y la propia secretaria del Ayuntamiento–, a los que se les adeudan cuatro meses por el vacío de poder generado tras la dimisión de la corporación. Una vez que se solucione ese asunto, la presidenta de la gestora espera que el orden sea el que marque la agenda municipal hasta el próximo año, en el que habrá elecciones. «Nuestro trabajo en estos primeros días se centrará en saber qué documentos hay y cuáles parece que no hay para recuperarlos», explicó Maribel Campos, que fue concejala popular del Ayuntamiento de Palencia en la oposición durante dos mandatos y que regresa de esta manera a la vida política de la provincia.

El entendimiento entre la gestora y la secretaria se antoja importantísimo para llevar a buen término servicios como el de la piscina o eventos como las fiestas de Nuestra Señora y San Roque. Al parecer, la primera impresión ha sido buena, tal y como apunta Campos. «La veo con predisposición. Ella lleva aquí 29 años. Yo no puedo entrar a valorar lo que ha pasado, lo que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo y normalizar las cosas», explicó.

Ahora falta por saber si esta gestora podrá devolver la actividad al Ayuntamiento, pero los vecinos tienen claro que será complicado. «Igual la gestora viene con idea de hacer muchas cosas, pero la secretaria no le va a dejar», apuntaba un vecino que se negó a que su nombre apareciese publicado en el periódico por temor a represalias.