Gafas 3D para operar en los quirófanos de Palencia

La implantación del programa en Cirugía Mínimamente Invasiva, con un desarrollo prioritario de la laparoscopia desde 2018, ha supuesto una mejora técnica desde que se realizan las intervenciones con tecnología 3D. «La usamos para cirugía de riñón, próstata y vejiga... De hecho, la utilizamos para todo en lo que este tipo de cirugía está indicada», señala el jefe de Urología, Francisco Campanario. Y es que más del 90% de las operaciones oncológicas de alta complejidad de este servicio se realizan a través de laparoscopia, que es una técnica quirúrgica que permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal con la ayuda de una lente óptica y sin tener que realizar una incisión grande.

«Trabajamos con una cámara de aumento que tiene dos ópticas y así operamos en 3D y 4K, y las imágenes son más magnificadas con unas gafas en tres dimensiones», señala el doctor Campanario. Por un lado tiene la imagen en tres dimensiones, y por el otro, gracias al 4K, obtienen una imagen en ultra alta definición (Ultra HD) con una resolución horizontal de aproximadamente 4.000 píxeles.

Las gafas no las utiliza solo el urólogo principal durante las intervenciones, sino que también tiene que llevarlas otro médico de la misma especialidad que se encarga de dirigir la cámara dentro del abdomen del paciente para mostrar todo el interior. Y también la instrumentista, para saber en qué momento de la operación se encuentran y qué instrumentos se van a ir necesitando en cada instante. Ytodo esto lo ven a través de dos pantallas que hay instaladas en el propio quirófano, una en 2D y otra en 3D.

«La cámara magnifica las estructuras mucho y cuando ya estamos dentro con la posición y la distancia, nos ponemos las gafas 3D, se conectan las dos cámaras y empezamos a trabajar en tres dimensiones», explica el jefe del servicio de Urología del Hospital Río Carrión.

Cada semana se llevan a cabo varias operaciones por laparoscopia, llegando a hacer hasta cuatro o cinco a la semana. El número de intervenciones mediante esta técnica ha sufrido un aumento exponencial en los últimos años. «Es cierto que hay un porcentaje de cirugías que tienen que hacerse por el procedimiento abierto convencional, pero es un número mínimo. El incremento en cirugía laparoscópica ha sido considerable en los últimos años y batimos el récord en 2022, con un aumento superior al 300% si lo comparamos con los años previos a la implantación del programa de Cirugía Minimante Invasiva», analiza el doctor Campanario. «El incremento es gracias a la tecnología y a la capacidad técnica», añade.

Tecnología y capacidad técnica es el tándem perfecto, sin duda alguna. «La cirugía laparoscópica es mínimamente invasiva y esto a la larga da buenos resultados. Las estancias y el número de complicaciones ha bajado muchísimo, a pesar de aumentar la complejidad y el número de cirugías. Esto nos está permitiendo hacer cosas que igual hace años eran complicadas de pensar con este tipo de acceso a la cavidad abdominal y retroperitoneal», analiza.

Una cistectomía, la operación para extirpar la vejiga, podría suponer un ingreso postoperatorio muy prolongado, suponiendo en muchos casos varias semanas de estancia. No es una intervención sencilla, ya que hay que quitar vejiga, útero y ovarios en el caso de las mujeres; y vejiga, próstata y vesículas seminales, en el de los hombres. Posteriormente, se crea un reservorio para la orina con un segmento de intestino. Y ahora mismo, por laparoscopia, como se hace con incisiones pequeñas, entre otros factores, los pacientes se pueden ir a casa en algunos casos incluso antes de una semana si no hay complicaciones.

Un paciente sometido a una intervención oncológica donde es necesario extirpar la próstata por laparoscopia, una prostatectomía radical, puede recibir el alta a los dos o tres días. Antes era necesario hacer incisiones más grandes, más molestas para los pacientes, con mayor riesgo de sangrado y que incrementaban el tiempo de estancia en el complejo asistencial.

Las gafas no se utilizan solo para cirugías oncológicas, su uso va mucho más allá. Se operan los prolapsos de suelo pélvico de las mujeres (tras los partos) para reconstruirlo, los divertículos vesicales, las reconstrucciones del tracto urinario superior... En realidad para todo lo que implique cirugía renal.

Esta tecnología tan avanzada que parece que llega del futuro, los urólogos que la utilizan «tienen una gran experiencia, dado que en el servicio hay una gran especialización en los diferentes campos», sentencia el doctor Campanario, que pronto podrá contar con una residente, por primera vez, en Urología. «Ha sido necesario hacer un proyecto de docencia con una serie de criterios muy estrictos. El Ministerio de Sanidad evalúa si el proyecto es aceptable. Hemos cumplido los criterios y por primera vez tenemos residente», concluye con satisfacción.