Dawei Ding, micrófono en mano. El Norte
Dawei Ding | Secretario general de la Federación de Industrias y Comercios Chinos en España

«En el futuro, la raza será algo secundario y prevalecerán las cualidades humanas y profesionales»

«Nos interesa la paz, no las guerras, y el buen entendimiento entre los países», afirma antes de la conferencia que ofrecerá este viernes a las 20 horas en el Castilla Vieja

Jose Rojo

Palencia

Viernes, 22 de marzo 2024, 17:10

El periodista Dawei Ding, nacido en la ciudad china de Suzhou (1986), que dista una hora en coche de Shanghái, aterrizó en Madrid en agosto de 2010 como corresponsal en España del 'Renmin Ribao' ('Diario del Pueblo'), el periódico oficial del Partido Comunista de China, ... después de haber trabajado dos años antes en el departamento nacional de este rotativo fundado en 1948 y cuya tirada diaria ronda los cuatro millones de ejemplares. Tras cuatro años desempeñando sus funciones en la corresponsalía, abandonó el trabajo para crear Radio Internacional de España, de corte generalista y en castellano, que se fusionó con Radio Intercontinental, adquirida en 2019 por la sociedad de Ding, grupo que también se embarcó en 2017 en el lanzamiento de China FM, ésta en chino mandarín. Asimismo, este licenciado en Filología Hispánica (cursando estos estudios conoció a su mujer, titulada también en esta carrera y en Economía, que trabajó como profesora en la Universidad Carlos III y que actualmente ejerce como traductora de novelas de autores como Javier Marías, Arturo Pérez-Reverte e Isabel Allende, entre otros) y en Relaciones Internacionales, dirige negocios de logística aérea, de asesoramiento y comunicación y de exportaciones. Este empresario de éxito, residente en Las Rozas (Madrid) y con dos hijos, acudirá al hotel Castilla Vieja de Palencia, hoy viernes a las 20 horas, para hablar del pasado, presente y futuro de la comunidad china en España en el marco de una conferencia organizada por el club de opinión Criterio.

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–En su etapa como corresponsal del 'Renmin Ribao', ¿le censuraron algunas de sus informaciones?

–No, nunca.

–En su país natal, los periodistas no pueden ejercer la libertad de prensa por la censura impuesta o las represalias.

–En China no es que no se pueda escribir, sino que uno tiene que respetar las leyes dictadas. Y los temas que se abordan tienen que pasar previamente por un criterio profesional y cada medio de comunicación, sea prensa, radio o televisión, tiene su propia línea editorial y los periodistas no tienen que sobrepasarla.

–¿Qué tal marcha el negocio de las ondas?

–No es un negocio rentable (risas), pero es una buena plataforma de influencia y de contactos y también nos sirve como herramienta de intercambio cultural y de integración de la comunidad china en España.

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–Con sus otras empresas no le va nada mal… ¡Es un empresario de éxito!

–Ya no dependo de un salario fijo del gobierno chino y hay que ganarse la vida (risas).

–Es, además, secretario general de la Federación de Industrias y Comercios Chinos en España. ¿Cuántos empresarios forman parte de ese colectivo?

–Alrededor de cien empresas forman parte de esa federación. Para ser socios las empresas tienen que facturar, como mínimo, tres millones de euros; para formar parte de la junta directiva, cinco millones; y para pertenecer al Consejo de Administración, diez millones. El sector empresarial chino en España, y más concretamente en Madrid, ha crecido mucho, ya no se dedica exclusivamente al sector de la importación-exportación, sino que son empresas con titularidad china, pero españolas, con marca europea y con plantilla y distribución locales.

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–También ostenta el cargo de vicepresidente de la Asociación de Chinos en España. ¿Cuántos chinos residen actualmente en el territorio español?

–Aproximadamente, 240.000 residentes, de los cuales 50.000 tienen ya la nacionalidad española, como es mi caso y el de mi mujer.

–¿Madrid ya es su casa o piensa volver a su pueblo natal?

–Madrid, España son mi casa. A China voy de vacaciones para estar con mis padres y, también, por trabajo. Cuando mis padres sean más mayores, probablemente tendré que ir con más frecuencia o con estancias más largas para atenderles y cuidarles.

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–¿Qué atrae a los chinos para establecerse en España?

–El Estado español presta una alta calidad de vida y tanto su sistema político como el económico son estables. Además, el pueblo español es hospitalario y, al haber sido un país de emigrantes, tiene asumida una cultura de acogimiento hacia los ciudadanos que proceden de otros lugares y por esa razón los que llegamos aquí nos sentimos como en casa. Yo creo que los inmigrantes que se establecen en España y se integran contribuimos a incrementar población y generamos riqueza al país. Conviene apuntar que más del cincuenta por ciento de la comunidad china está cotizando a la Seguridad Social como empresario o autónomo, es decir, que nos hemos autoempleado y, al mismo tiempo, hemos contratado a otros trabajadores.

–¿Y cuáles son los mayores obstáculos que se encuentran a la hora de emprender su vida aquí?

–La mayor barrera la ha vivido más la primera generación de chinos y es la lingüística. Y aunque las culturas son diferentes, una occidental y otra oriental, hay muchas similitudes entre ambas: el respeto por la familia, el contacto físico con los amigos o conocidos, compartir y disfrutar de la comida,… Cuando los chinos sobrepasan la barrera lingüística, nos integramos sin problemas en la sociedad española y nos sentimos muy cómodos viviendo aquí. Yo, personalmente, me siento un español más. Sólo he vivido algún episodio discriminatorio aislado, pero por la ignorancia de algunos jóvenes, aunque no es representativo de la mayoría de la sociedad. Lo que aún falta en España es tener mucho más conocimiento de la comunidad china y, quizás, en parte por nuestra culpa que no sabemos comunicarnos correctamente, y este aspecto tenemos que mejorarlo. España es un país muy acogedor en el que no hay un racismo generalizado.

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–En Palencia hablará sobre el pasado, presente y futuro de la comunidad china en nuestro país. ¿Qué camino han recorrido sus compatriotas del pasado al presente?

–Se ha avanzado muchísimo. Los primeros inmigrantes chinos llegaron a España en 1973, cuando se establecieron las primeras relaciones diplomáticas entre ambos países. En los años 80 y 90 llegó más población china y desde entonces hasta ahora la economía de nuestra comunidad ha evolucionado mucho. Al principio, se ceñía a los restaurantes, tiendas de alimentación y bazares, pero en la actualidad se ha diversificado mucho: empresas de telefonía, despacho de abogados, clínicas,… Hoy hay diversidad profesional y los cambios que se han producido en este sentido han sido muy grandes en muy poco tiempo. Y todavía se verán muchos más cambios en los próximos años porque los que eran niños entonces ya son mayores y tomarán las riendas de esas empresas con una integración plena en la sociedad.

–¿Y qué futuro cree que les deparará?

–En cuanto al incremento de población china en España, creo que no crecerá mucho, sino que se producirá un crecimiento natural, con nuevos nacimientos, pero ya españoles, que, cuando se conviertan en jóvenes, la mayoría estará muy bien preparada académicamente. En la actualidad, los nuevos inmigrantes chinos no llegan para buscarse la vida en España, sino para mejorar su calidad de vida porque son gente con más recursos económicos que la primera generación que se estableció aquí. Yo veo un futuro muy prometedor para nosotros y para España, ya que la raza pasará a ser algo secundario y prevalecerán las cualidades humanas y las aptitudes profesionales de las personas.

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–¿Cómo calificaría la relación bilateral comercial entre China y España?

–Muy buena, tanto en el plano comercial como económico, aunque hay aspectos por mejorar, como que se permita la exportación de carne de lechazo a China, algo que afecta a los ganaderos palentinos. Todavía no hay un protocolo sanitario firmado entre ambos países, pero confiamos en que se resuelva lo antes posible.

–¿La Unión Europea podría jugar un papel determinante como interlocutor entre China y EE UU en la guerra comercial que lidian ambas potencias?

–Por supuesto. Es un conflicto que no interesa a nadie. Nos interesa la paz, no las guerras, y un buen entendimiento entre los países para la buena marcha del comercio, de la economía y de los intercambios.

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–Uno de los bulos que siguen circulando y que estigmatizan a su pueblo es que no contribuyen al pago de impuestos...

–Cuando yo llegué a España hace quince años, había mucha gente que así lo creía, cuando no era cierto. Pero hoy se escucha mucho menos porque lo hemos desmentido ya tantas veces… Y en esta pelea ha contribuido positivamente la labor informativa de los medios de comunicación. Y de surgir ese tipo de bulos, se escucha más en las ciudades pequeñas o en los pueblos.

–Otro bulo que les persigue es la baja calidad de los productos de sus establecimientos.

–Sí, pero ese pensamiento está cambiando. Al inicio de la apertura de los bazares, quizás había esa percepción por tener precios más bajos que en otros establecimientos, pero ahora se venden teléfonos móviles, vehículos y otros productos fabricados en China con resultados excelentes. Convencer de lo contrario es un proceso que lleva su tiempo.

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–También se tiene esa percepción porque la mayoría de las copias y falsificaciones proceden de su país.

–Sí, sí, por supuesto. China es la mayor fábrica del mundo en falsificaciones. Pero la industria de allí también está cambiando mucho y esa transformación se irá comprobando a medida que pase el tiempo.

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