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'Dos tronos, dos reinas' clausura este sábado 28 (a las 20:30 horas) el 45 Festival de Teatro 'Ciudad de Palencia', certamen en el que se han sucedido seis montajes firmados por autores vivos contemporáneos que optarán a los premios que concede el público. ... La pieza que pone el broche final a este añejo certamen, rubricada por Pepe Cibrián y cuyo estreno en Castilla y León acoge la capital del Carrión, está protagonizada por Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa –también, director escénico–, que se meten en la piel de las monarcas Isabel I de Inglaterra y María Estuardo –regente de Escocia–, respectivamente. Guerreros (Calahorra, La Rioja, 5 de diciembre de 1970), conocido a lo largo de quince temporadas por el papel de 'Coque' en 'La que se avecina' – Premio Ondas a la mejor serie de comedia–, irrumpe por primera vez en una obra escrita en verso y, también, se estrena interpretando a una mujer en 'Dos tronos, dos reinas'.
–'Dos tronos, dos reinas' clausura el 45 Festival de Teatro 'Ciudad de Palencia' y supone el estreno de la obra en Castilla y León.
–Así es, el Teatro Principal acoge el estreno en Castilla y León. Por cierto, un teatro precioso en el que he actuado en dos ocasiones anteriores, con 'Bent' y 'Juguetes rotos', y esperamos que esta obra tenga buena acogida de público y lo llenemos porque los espectadores van a encontrarse con una pieza extraordinaria.
–¿Estaba libre cuando le llamaron para protagonizar este montaje?
–Cuando Nico –actor y director de la obra– y yo pergeñamos este montaje, estaba libre entre comillas porque tuve que hacer todo lo posible para encajar esta producción con el rodaje de la serie –'La que se avecina'– y con otros proyectos, pero no me arrepiento de haberlo hecho. Esta obra la estrenamos en los teatros Luchana de Madrid y ahora estamos en la cartelera del teatro Bellas Artes, al mismo tiempo que estamos girando con ella por España. Estamos muy felices del resultado final y de la gran afluencia de público.
–¿Qué le sedujo del libreto que firma Pepe Cibrián?
–En primer lugar, por el texto de Pepe, un maestro absoluto del teatro que firma esta obra escrita en verso, un género que no había tocado hasta ahora y me apetecía muchísimo asumir este riesgo. En segundo lugar, porque representar a Isabel I de Inglaterra es una delicia para cualquier actor que se precie, además de que con este montaje se rinde un homenaje al teatro isabelino, donde los personajes femeninos eran representados por hombres. Y, por último, por la dirección de Nico (Buenos Aires, Argentina, 1984), que es espectacular. Me gusta mucho la escuela argentina, soy discípulo de maestra argentina, Gina Piccirilli, con la que estudié tres años en su escuela, y he trabajado con muchos actores argentinos en teatro; de hecho, espero representar esta obra en Buenos Aires. Todo este cóctel era perfecto para embarcarme en este proyecto.
–Memorizar setenta y cinco páginas en verso no es moco de pavo.
–Desde luego que no es moco de pavo. Durante todo el mes de diciembre del año pasado, incluidas las navidades, estuve memorizando el texto, dedicándole ocho horas diarias, ya que los ensayos comenzaron el 29 de diciembre, el 28 de febrero de 2024 tuvimos un pase con prensa y el 3 de marzo estrenamos la obra. Todo el proceso de preproducción fue muy rápido y muy ilusionante.
–¿Es la primera vez que interpreta a una mujer?
–Sí, aunque en la obra 'Juguetes rotos' representé a un niño que quería ser mujer en la época franquista, pero, nacida mujer, es la primera vez.
–¿Tiene más contras que pros hacer un papel femenino?
–A mí me parece que todas son ventajas a la hora de hacer un papel de mujer, sobre todo, interpretar a la reina de Inglaterra de la segunda mitad del siglo XVI. Yo pensaba que iba a ser el primer actor de España en representar Isabel I, pero lo hizo antes, en 1981, José Luis Pellicena, a quien hay que reconocerle el mérito de atreverse a meterse en la piel de este personaje.
–Esta función versa sobre la relación de dos primas que se convirtieron en reinas y que no se conocieron en persona, sino por correspondencia.
–Así es, nunca se vieron en persona. La obra es un encuentro que pudo ser, pero no fue y el autor nos recrea esa situación inventada. Sólo se comunicaron por carta, pero esa correspondencia duró 19 años, con lo cual había muchísimo material para escarbar en sus pasiones, en sus rivalidades y en sus fobias. Esta pieza es un caramelo y Nico y yo cada vez estamos más a gusto en el escenario porque, al principio, no eres muy consciente de todo lo que entraña el discurso en verso, pero, conforme van sucediéndose las funciones, te das cuentas de los detalles, de las miradas… Cada representación es un descubrimiento y hay que valorar que estos dos personajes fueron dos reinas que ejercieron un gran poder en un mundo dirigido por hombres.
–En esta obra se descubre un meritorio trabajo de caracterización y vestuario.
–Sí, sí, claro. Era necesario reencarnarlas tal y como salen en los retratos: emperifolladas, maquilladas, con esos ampulosos vestidos para sentirse bellas y que, según cuentan, se cambiaban varias veces al día, con ese porte que les otorgaba tanto poder. No puedo imaginarme el séquito que deberían tener para cambiarse a diario de vestidos porque nosotros tardamos casi dos horas en vestirnos y maquillarnos para salir a escena, algo que hacemos nosotros mismos, aunque hubo una profesional que nos enseñó a maquillarnos. Durante esos preparativos, repasamos el texto, comentamos anécdotas de la función anterior, perfilamos los personajes…
–¿A quién recomendaría la obra?
–A todo el mundo. Además de adentrarse en la historia de estas dos reinas, van a descubrir la personalidad de dos mujeres y van a escuchar un verso elegante. Lo que más destaco de estos dos personajes es su absoluta soledad. Sin duda, son mujeres que merecen ser descubiertas.
–Quince temporadas en 'La que se avecina' le han granjeado una enorme popularidad y el aplauso de la crítica.
–Estoy muy feliz por ello. Además, esa popularidad provoca que la gente quiera verte en otros registros. Por eso estoy muy agradecido a todos los personajes que he representado en el teatro y que he construido paralelamente al personaje de 'Coque' en 'La que se avecina'. Además, el teatro es, sin duda alguna, la disciplina que más me gusta de mi oficio.
–Suma más de veinte años de trayectoria y su participación en más de una docena de cortometrajes y en montajes teatrales le han reportado numerosos reconocimientos.
–Sí, sí y, además, tengo pendiente el estreno de la película 'Sobre las olas', dirigida por Horacio Alcalá, que se rodó en México y que se estrenará este otoño o en invierno.
–Desde hace siete años se dedica a la producción teatral contemporánea.
–Es una faceta en la que pongo mucho empeño y que me satisface muchísimo. Producciones Rokamboleskas, como así se llama la productora, la creamos Fabián Ojeda y yo. En enero del próximo año estrenaremos 'Chavela, la última chamana', que está protagonizada por Luisa Gavasa y Rozalén y cuya dirección y dramaturgia corre a cargo de Carolina Román. Deseo que sea un gran éxito porque el texto es de una belleza absoluta.
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