Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de la Policía Local, controlaron el cumplimiento del toque de queda decretado por la Junta de Castilla y León a partir de las 20:00 horas. Desde ese momento, patrullas de la Policía Nacional, la ... Guardia Civil y las policías municipales se desplegaron por la ciudad y la provincia para vigilar que los ciudadanos no circulasen por las calles y carreteras, salvo en el caso de las excepciones contempladas en la ley.
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El trabajo de los agentes fue, en principio, pedagógico y disuasorio ante las dudas que los horarios han generado entre los ciudadanos. Fuentes de la Delegación del Gobierno explicaron que el objetivo era «informar y orientar» sobre las normas a respetar. Eso sí, en caso de incumplimiento estaba previsto aplicar la sanción correspondiente, especialmente en caso de desacato. El cumplimiento por parte de los vecinos de la provincia fue alto y no se registraron incidentes destacables en Palencia.
En el caso de la Policía Local de la capital ,también recibió órdenes para vigilar el cumplimiento del toque de queda, según confirmó la concejala de Seguridad del Ayutamiento, Carolina Gómez, aunque con la indicación de que no se hiciera propuestas de sanción, sino que únicamente se recomendase a los ciudadanos que se retirasen a sus domicilios y redujeran al máximo el contacto social. «Ante la situación tan grave y excepcional, no podemos seguir con esta incertidumbre y el TSJ debe pronunciarse con urgencia. De momento, este fin de semana no se va a sancionar, pero el lunes, si no hay contraorden, la Policía Local tendrá que comenzar a proponer para sanción a quienes salgan después de las ocho, porque así lo ha indicado el Bocyl», explicaba Carolina Gómez.
La edil explicó, sin embargo, que la única duda que existe hace referencia al toque de queda, pero no a las otras prohibiciones, como la de la limitación en las reuniones a cuatro personas en el caso de los no convivientes. Pero la concejala quiso dejar claro que la interpretación del Ayuntamiento con respecto a las reuniones en terrazas no ha cambiado y se seguirán permitiendo seis personas, dado que el decreo indica que la nueva limitación no se aplica a los espacios ya regulados anteriormente con criterios y medidas de seguridad.
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Por su parte, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, reiteraba, durante la rueda de prensa que ofreció por la mañana, que el Gobierno no contemplan ningún confinamiento domiciliario por el momento e insistió en que el toque de queda es a partir de las 22.00 horas, aunque se mostró abierto a estudiarlo. «Si hay que revisar esta franja horaria vamos a hacerlo hablando con todo el mundo, con las máximas garantías jurídicas», explicó el máximo responsable de Sanidad. «Estoy en comunicación y diálogo permanente con a los gobiernos autonómicos, pero si hay que adoptar nuevas medidas, el foro para estudiarlo es, como hasta la fecha, el consejo interterritorial», afirmó.
Ante la posibilidad de que el Ejecutivo de Sánchez pudiera tomar la decisión de tumbar el toque de queda regional con un recurso ante los tribunales, la Junta de Castilla y León publicó ayer las restricciones en tres acuerdos diferentes con el objetivo de que si se anulaba el de la limitación nocturna el resto de las prescripciones se mantuvieran. Por eso, la limitación de reuniones a cuatro personas tanto en la calle como en los domicilios (25 en en el caso de las celebraciones religiosas) y la prohibición de la entrada y salida de personas del territorio de cada una de las provincias de la comunidad de Castilla y León se incluyeron en otros dos acuerdos diferentes.
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Así, las autonomías presionan pero el Gobierno pide tiempo. La tercera ola está registrando cifras récord de contagio y la presión hospitalaria no para de crecer. La pandemia se ha descontrolado tras la relajación general –ciudadana y de las autoridades– de las Navidades y las administraciones autonómicas vuelven a pisar el acelerador en la toma de medidas más drásticas que puedan contener la curva. El confinamiento domiciliario vuelve a sonar con fuerza. Illa, en cambio, lo descarta de plano.
El argumento que puso sobre la mesa es que no fue necesario confinar a la población para doblegar a la segunda ola y no lo será para esta tercera. Sí reconoció que las cifras a día de hoy son «muy preocupantes», con 230.000 casos en los últimos 14 días y una incidencia de 535 positivos por cada 100.000 habitantes.
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