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Especial Municipalismo: Memoria viva de Castilla y León

Frómista: historia entre santos, romanos y judíos

Ha recibido a lo largo de su historia visitas muy variopintas. Desde época romana se constanta su existencia y su importancia siempre ha ido ligada al Camino de Santiago y a la figura de San Telmo

rebeca adalia

Martes, 28 de junio 2022, 00:10

Resumir la historia de Frómista en unas líneas no es tarea simple. El pasado documentado de esta villa es el de un pueblo medieval con mil años de historia ubicado entre los reinos de Castilla y de León. Pero la realidad, nos lleva mucho más atrás ya que los romanos dejaron también huella como atestiguan los pequeños yacimientos con los que Frómista cuenta, eligieron esta tierra para sembrar sus «frumentum», como ellos llamaban a sus campos de trigo formando así la base actual de la toponimia de Frómista.

El aljibe romano de Pozomingo, hoy totalmente visible a poco más de un kilómetro del núcleo de la villa, hace pensar que la ubicación no fue la misma, pero si muy similar a la que aparece ya en la Edad Media.

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Sea como fuere, el devenir de la historia del municipio va a estar marcado por la construcción del Monasterio románico de San Martín por parte de la condesa doña Mayor de Castilla y su posterior adhesión en 1118 a la orden monástica de los cluniacenses. Tanto doña Mayor como su marido, Sancho III rey de Navarra, serán grandes percusores del Camino de Santiago que tan importante será para Frómista.

Fechas clave

  • Siglo XI: Construcción del Monasterio románico de San Martín.

  • Siglo XII: Nace el personaje más ilustre de Frómista, Pedro González Telmo, patrón de marineros.

  • Siglo XVIII: Construcción del Canal de Castilla. Dejó en el municipio uno de sus hitos más importantes, la cuádruple esclusa, que fue foco de atracción para los mejores ilustrados del momento en España con Gaspar Melchor de Jovellanos a la cabeza.

A finales del siglo XII, nace en el seno de una familia con buena posición en Frómista el que a la postre será su personaje más ilustre con el nombre de Pedro González Telmo, más conocido por San Telmo, patrón de marineros, navegantes y hombres de mar. Se ordena dominico y forma parte de la corte de Fernando III 'El santo', quien le hará confesor y capellán de sus ejércitos.

Entre los siglos XI y el XV, Frómista será una villa donde residirán multitud de judíos en un barrio que contará con más de 200 familias (una de las mayores juderías de Castilla) y que desaparecerá con la expulsión de estos por parte de los Reyes Católicos. El paso de los judíos, se limita a la participación de Matutiel Salomón, prestamista judío de la villa, en lo que luego sería el milagro eucarístico de Frómista. La expulsión de los judíos, trajo una larga decadencia que solo se pudo levantar gracias a la construcción del Canal de Castilla.

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