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Jose Rojo
Palencia
Sábado, 27 de enero 2024, 00:21
Almeriense de 65 años, José Fernández Torres, 'Tomatito' o 'Tomate', como quieran llamarle, se ha encumbrado en el mundo como uno de los máximos exponentes de la guitarra flamenca. Este virtuoso músico lleva 52 años en los escenarios y ha contribuido a ensalzar el arte ... gitano más universal. Todos recordarán a esta leyenda viva de la guitarra por acompañar a los legendarios Camarón de la Isla, con quien estuvo mano a mano los últimos 20 años de vida del mítico cantaor, y a su maestro Paco de Lucía, sin olvidar sus intervenciones en conciertos de Frank Sinatra o Elton John y la grabación de tres discos junto a Michel Camilo, con quien sacará en breve el cuarto álbum. Tomatito paseará su arte con su cuadrilla, de la que forma parte su hijo José del Tomate, por el Teatro Principal de Palencia este sábado a las ocho y media de la tarde. Una velada intensa y apasionada en la que se fusionará la tradición flamenca con toques contemporáneos.
–¿Cómo le llaman en casa o sus allegados?
–En casa me llaman José y mis allegados, José, Tomate o Tomatito. No tengo problema con ninguno de esos nombres porque soy el mismo.
–¿Sigue teniendo presente el barrio de la Pescadería de Almería, su lugar de nacimiento?
–Hombre claro, siempre. Nunca tienes que renegar de donde vienes ni de lo que eres y más si te ha ido bien.
–Se lo pregunto porque cuando contaba con 11 años su familia se trasladó a vivir a Málaga.
–Sí, sí, pero con los años volvimos a Almería. De hecho, yo vivo en Aguadulce y mi familia y mis hermanos, en Pescadería.
–¿A qué edad comenzó a actuar?
–Pues yo me acordaba mucho y me lo recordó el periódico La Voz de Almería, que me enviaron el recorte de una noticia de sus archivos que decía: 'José Fernández, con 13 años y tres de artista…'. Me quedé helado cuando lo leí. Porque sí recuerdo que empecé a tocar la guitarra en serio con trece años en la Taberna Gitana de Málaga. Y por allí pasaron Paco de Lucía y Camarón, que eran pareja artística en aquellos años, Fosforito,… Era un tablao flamenco donde había un cuadro flamenco, en el que tocaba, y allí actuaban figuras del cante de la época. Llevo 52 años actuando, como que no quiere la cosa.
–A lo largo de esa carrera fulgurante, ¿qué etapa recuerda con más añoranza?
–Sin duda, la etapa con Camarón. Yo me hice solista porque él se fue; si él viviera, yo seguiría tocando con él; eso es lo que ronda por mi cabeza.
–¿La huella de Camarón le perseguirá toda su vida?
–Hasta que me vaya de este mundo. Y yo encantado. Es irrepetible. Fue el genio de nuestra época y probablemente saldrá alguien similar a él, pero nosotros no lo veremos.
–¿Aún no ha heredado ningún cantaor el duende de la voz de San Fernando que revolucionó el flamenco?
–No, no, no. Eso sale cada equis años, largos años. Revolucionó el flamenco. Hace 32 años que nos dejó y seguimos hablando de él como si estuviera presente, como si estuviera cerca; hablamos de él con fuerza. Su voz sigue fresca. Y dentro de 100 años se seguirá hablando de él.
–Hoy, ¿con quién se entiende a la perfección en los conciertos?
–Yo, con todos. Me siento feliz con quien esté. La guitarra es una ayuda para el cantaor, tienes que mimarle, tienes que ponerle el 'colchoncito' para que él esté cómodo y contento y que disfrute e improvise.
–¿Qué identifica a Tomatito cuando toca la guitarra?
–Ahí ya me pierdo. Quizás haya gente que diga «ése que toca es el Tomate», pero yo toco y no me doy cuenta. No soy crítico para mí.
–¿Qué músico o cantante con los que ha compartido escenario le han deslumbrado?
–El cantante, compositor y guitarrista George Benson, que me acogió en su casa y conmigo ha sido muy cariñoso y muy generoso. El pianista Michel Camilo, con quien he grabado tres discos, 'Spain', 'Spain again' y 'Spain forever', y en breve saldrá a la venta un nuevo álbum de los dos. Con él lo paso muy bien y me ha enseñado mucho. También, el guitarrista argentino Luis Salinas, que me hizo escuchar la música de Astor Piazzola, que es una belleza, Aprendiendo por todos los lados con grandes artistas, como estos tres que te he nombrado. También estuve actuando en una gira de Frank Sinatra, pura leyenda, y en otra de Elton John, además de haber colaborado con los grandes del flamenco. Hay tantos momentos tan bonitos que he vivido a lo largo de mi trayectoria…
–¡Y Paco de Lucía!
–Qué decir de Paco, Para mí es el mejor guitarrista que ha dado la historia. Está Paco de Lucía con mayúsculas y luego estamos todos los demás.
–¿Y el trío que formabais Camarón, Paco y Tomatito?
–¡Buah! Era una pasada, Escuchándoles yo hablar a ellos, luego tocando, ensayando, grabando en los estudios,… ¡Qué bonito! ¡Precioso!
–¿Qué ha significado Paco de Lucía para los artistas de la guitarra que llegasteis después y para el flamenco en general?
–Paco nos abrió las puertas del mundo al flamenco. Yo actúo en el extranjero gracias a él. Es uno de los grandes artistas de nuestro país. Él fue donde nunca había ido antes un flamenco y, encima, a tocar con los mejores músicos del mundo. Era un referente de la guitarra y de la música y lo sigue siendo. Todos los artistas del mundo le admiraban.
–Tomatito tampoco se le queda muy atrás.
–Donde me quieras poner tú está bien. Pero todos los guitarristas estamos por detrás de Paco.
–¿Qué ha aportado usted al arte gitano más universal?
–Por ser de etnia gitana algo habré aportado al llevar la guitarra flamenca por sitios a los que igual no han podido ir otros. Malo no ha sido; ha estado bien. Yo tengo el privilegio y la suerte de andar por el mundo y afortunadamente allá por donde vaya tengo público. El flamenco es la música española que tenemos para exportar al mundo entero y necesita más apoyo institucional para seguir promocionándola y, al mismo tiempo, promocionar nuestro país.
–¿Cómo se consigue llegar a lo más alto del flamenco?
–Si lo supiera, lo haría (risas). No lo sé. Hombre, se da por supuesto que estar ahí requiere mucho esfuerzo y trabajo. En mi caso hablo de la guitarra, que es un instrumento muy complicado y por muchas habilidades que tengas de pequeño a la hora de tocarla, sin esfuerzo ni trabajo no se consigue nada. Lo demás es mentira. Tienes que nacer con esa gracia, con esas ganas y con esa pasión. Yo de nene prefería la guitarra a cualquier otro juguete, pero sin esfuerzo no vale nada nada. Hay que trabajar y aprender cada día. La música es infinita, no se sabe nunca todo, siempre hay cosas por aprender y por investigar; eso sí, sin obsesionarse. Yo, con la edad que tengo, sigo aprendiendo y esto no se termina nunca.
–¿El flamenco vive hoy su mejor momento?
–El flamenco siempre tiene su momento. En la época que yo toqué con Camarón estaban los grandes del flamenco. Quizás, fue la época más preciosa del flamenco. A finales de los 70 y la década de los 80 fue el boom del flamenco. Estaba todo el mundo y había una competencia sana. En un concierto salían seis cantaores, los mejores del momento y era una maravilla escucharles. Había infinidad de tablaos en Madrid, Sevilla, Málaga, Cádiz,… y festivales preciosos. Era una gozada.
–La quinta edición del Festival Noches Flamencas del Principal se abre con su actuación. ¿Por dónde paseará al público palentino?
–Yo voy con mi grupo: a la percusión, 'Piraña'; a la guitarra, José del Tomate, mi niño; y al cante, Morenito de Illora y Kiki Cortiñas. Al público de Palencia les pasearé por mis discos, por mi música, por mis 50 años en ella, dedicaré al gran Paco de Lucía una balada de uno de los discos que grabé con Michel Camilo, recordaré a Camarón en 'La leyenda del tiempo', bulerías del disco 'Paseo de los castaños',…
–Por cierto, ¿bautiza a sus guitarras?
–Sólo tengo una bautizada que se me quemó en Suiza, se salvó y me dio tanta alegría que la puse 'La quemá'. El resto de las guitarras no tienen nombre.
–¿Qué guitarra no vendería por todo el oro del mundo?
–Tengo 70 y no vendería ninguna, no tengo necesidad de eso. Me gusta verlas, mi niño las toca, se las toco yo a él. Tengo una colección bonita, estoy enamorado del instrumento y no me hace falta vender ninguna. Y mis ojitos derechos son unas pocas y son con las que tocaba con Camarón; hay otra de hace 30 años a la que tengo mucho cariño y con la que toco en directo, suena muy bien y que va muy bien conmigo.
–¿Es supersticioso?
–Lo mínimo.
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