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Sin duda ha sido el San Antolín más tempranero, con el pistoletazo de salida para las ferias del Libro y de Artesanía el viernes, 23 de agosto. Y este mismo lunes, coincidiendo con el día del patrón, de San Antolín, echarán el cierre a ... esta nueva edición, que ya suma 48 años (ahí es nada, en la de los volúmenes y las lecturas) y 25, las bodas de plata, la del arte del barro, papel, jabones o cremas. Con estos diez días ya concluidos (a falta del último y encima festivo), la opinión de los libreros y artesanos es bastante uniforme: más floja de ventas y con menos afluencia que años anteriores. Siempre hay excepciones, claro que sí, pero ese es el clamor general. En lo que sí que coinciden todos es que el primer gran día de ventas habría sido el sábado, pero un gran aguacero quebró todas las esperanzas de incrementar el número de clientes.
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Un total de 43 talleres de artesanía y 22 expositores de libros llevan casi dos semanas ofreciendo lo mejor de sus productos, tanto a palentinos como visitantes en el centro de la ciudad, en el parque del Salón, dentro de las Fiestas de San Antolín. «Mi opinión es que está siendo bastante peor que otros años. Yo creo que ha influido la elección de las fechas, que aún había menos palentinos en la ciudad, al comenzar el último fin de semana de agosto, y los que están de paso están más de paseo», señaló este domingo José Antonio Largo, de La Boutique del Cuento de Urueña, en Valladolid.
La misma opinión con respecto a las ventas la compartía el gerente de la Editorial Menoscuarto, José Ángel Zapatero. «Las ventas han ido más flojas que otros años. No sabemos si las fechas han tenido que ver, pero ha habido menos afluencia en general que en ocasiones anteriores. Este año, más gente paseando y menos comprando».
Por su parte, desde la palentina Librería Iglesias, también en el parque del Salón, Ángel Iglesias afirmaba que «estamos bien, al mismo nivel que otros años», a la vez que subrayaba la importancia de que se hubiesen recuperado las actividades para los más pequeños, «los futuros lectores».
Los artesanos también reconocían este domingo que la afluencia había sido menor, al igual que las ventas. «Ha ido mal en general», resumía la artista Victoria París. «Unas veces va mejor y otras, peor. La calle es lo que tiene, aunque cuarenta puestos son muchos para Palencia», añadía. La misma opinión la compartió la diseñadora de joyas Elena Álvarez, de Toska, quien aseguró que había habido menos afluencia y «menos capacidad económica. Además, ha podido influir el cambio de fecha y que se solape con el mercado medieval», agregó.
Laura Martínez, de La Moonda, que suma su segundo año en esta feria y cuyo producto se está conociendo aún, argumentó por su parte que las ventas se habían incrementado, sobre todo en los puzzles de La Olmeda.
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