Palencia

El Juli impone su magisterio

El acero, primero, y el presidente, después, privaron al joven talaverano de la Puerta Grande en su presentación en Palencia

Patricia melero

Palencia

Viernes, 2 de septiembre 2022

El Juli volvió a reivindicarse como figura del toreo en el día grande de la feria de San Antolín. Abrió la Puerta Grande tras cortar sendas orejas a los dos de su lote: dos toros manejables del hierro de Montalvo. Mientras, la falta de acierto ... con la espada en su primero y el palco en su segundo privaron a Tomás Rufo de acompañarlo a hombros en su debut en el coso de Campos Góticos. Manzanares, por su parte, dejó detalles de calidad y de mando en sus dos faenas.

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Bonito de hechuras, el castaño primero fue noble de salida y se dejó en el capote. El Juli le ganó hasta los medios. Cumplió en el caballo y dio juego en banderillas. Hubo ligazón y limpieza en las primeras por la derecha, aunque por la izquierda el toro tenía menos recorrido. Lo apuró Julián y lo despachó con una estocada un tanto trasera que le valió su primer trofeo.

El cuarto, más serio de cara, fue manejable y noble, aunque no terminó de romper. Al son de los compases del pasodoble Pedrito de la Cruz y tras brindar la faena al hijo de Manzanares, El Juli se recreó en la muleta, dando a su enemigo lo que pedía con firmeza y mando. Cuajó una obra de poder, en la que el tendido disfrutó de un trasteo de técnica y firmeza por ambos pitones y momentos de mano baja de gran calidad. Lo despachó con otra estocada efectiva y se cobró el segundo trofeo, que le abrió la puerta del triunfo

Después de su falta de acierto con los aceros ante el tercero, que ensombreció unas buenas tandas de naturales, salió con hambre de triunfo Tomás Rufo a encontrarse con el segundo de su lote. El sexto de la tarde mostró nobleza, pero anduvo muy justo de fuerza. Rufo lo recibió con mimo en el capote, lo cuidó y le fue dando ventaja en una faena que iba creciendo de menos a más. Se abandonó muleta en mano, toreando largo y profundo por ambos lados. Reservó lo mejor para el final y alargó su actuación, mientras sonaban los acordes de Marcos de Celis, intentando al ralentí arrebañar al toro y el triunfo que se había dejado en la espada en el tercero. Una buena estocada y las ganas y el tesón que empleó le valieron al de Talavera un trofeo y una fortísima petición del segundo, con bronca al palco por no atenderla.

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Exigente el lote de Manzanares, dejó el alicantino detalles en ambas faenas de calidad y de mando. Le costó estar cómodo con el segundo, en que dejó destellos de calidad a la verónica y en el remate. El quinto, incierto de salida, le fue ganando con la muleta. La falta de efectividad con la espada tal vez le costó un trofeo.

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